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Mendoza vivió una jornada electoral tan decisiva para el oficialismo como para la oposición. Si bien las PASO funcionan en principio como un filtro para resolver quiénes serán los candidatos, de cada frente o partido, que conseguirán su pase a las elecciones generales del 29 de setiembre, en estas Primarias los mendocinos comenzaron a decidir la continuidad del modelo que impuso Alfredo Cornejo o apuestan por un cambio de rumbo en la provincia.
El escrutinio provisorio arrojó los siguientes resultados: el oficialista Cambia Mendoza, contabilizando sus tres listas que encabezaron Rodolfo Suárez, Omar De Marchi y Fernando Armagnague sumó el 42,8%; el frente Elegí articulado en torno al Partido Justicialista que postuló a Alejandro Bermejo y Anabel Fernández Sagasti, alcanzó el 35,6%; Protectora Fuerza Política 7,2%; el Frente de Izquierda 3,6%, el Partido de los Jubilados 1,9%; Partido Federal 1,4%; Partido Intransigente 1,8%; el Movimiento Socialista de los Trabajadores 0,4%.
Las preferencias del electorado mendocino se repartieron mayoritariamente entre Cambia Mendoza y el Frente Elegí que se quedaron con casi el 80% de los votos. Pero sin dudas el dato más relevante es que solo el 7,2% separa a la alianza oficialista de los sufragios obtenidos por el peronismo y sus aliados, un porcentaje que puede reducirse y hasta superarse si se analiza el probable comportamiento de algunos sectores del electorado.
Sin ánimo de analizar las estrategias discursivas de cada uno de los candidatos, claramente las listas del oficialismo que encabezaron el radical, intendente de Capital, Rodolfo Suárez y el PRO Omar De Marchi, intendente de Luján de Cuyo, buscaron provincializar la campaña, y desmarcarse del gobierno nacional para no cargar con el lastre que hoy significa quedar identificado con el Presidente Macri, que en Mendoza tiene una imagen negativa que supera el 70%. El gobernador Cornejo, consciente de las debilidades de su propio candidato y del crecimiento del peronismo, se auto designó jefe de campaña, confundiéndose por momento con el resto de los precandidatos. Obras públicas, orden y seguridad fueron logros de gestión que el oficialismo intentó convertir en votos y apoyos para el candidato de la UCR. Demonizar al peronismo también fue parte sustancial de la estrategia radical. Culpar de todos los males provinciales a las administraciones justicialistas fue uno de los instrumentos predilectos del gobernador para disimular una crisis que no deja proyecto productivo en pie. Si se tiene en cuenta además el escandaloso derroche de recursos publicitarios, Alfredo Cornejo y su delfín Rodolfo Suárez quedaron igualmente expuestos a una derrota electoral el próximo 29 de setiembre. En este sentido se debe subrayar el hecho que, si bien Cambia Mendoza obtuvo el 42,8%, el precandidato radical alcanzó solo el 29,4% de ese total. El resto de los votos los tiene mayoritariamente Omar De Marchi, candidato del PRO, quien alcanzó el 12,5% de los votos. Hay que tener presente que el actual gobernador Cornejo alcanzó en el 2015 el 54% de los votos, 12 puntos más que los obtenidos en esta elección. La diferencia es de 76.062 votos, número que según declaraciones de Anabel Fernández Sagasti y del presidente del Partido Justicialista Guillermo Carmona, es una diferencia que el peronismo se propone superar. El desafío para el radical Rodolfo Suárez es si será capaz, en las elecciones generales, de captar la totalidad de los votos obtenidos por De Marchi, un objetivo sin el cual sus chances se reducen dramáticamente.
Por el lado del Frente Elegí, que integran fundamentalmente el Partido Justicialista y Unidad Ciudadana, el batacazo lo dio la senadora Anabel Fernández Sagasti quien se impuso al intendente de Maipú, Alejandro Bermejo, por solo 1(un) punto de diferencia. Esta lista, un armado que integra La Cámpora y el espacio que conduce Carlos Ciurca, obtuvo la mayoría de sus votos en los departamentos de Las Heras y Guaymallén. En ambos municipios los precandidatos a intendentes, traccionaron con fuerza el voto a la lista ganadora. Guillermo Amstutz ex intendente de Las Heras por tres periodos fue uno de esos vencedores, al igual que Alejandro Abraham, también ex intendente, quien obtuvo una amplia diferencia frente al candidato que acompañaba la fórmula del maipucino Alejandro Bermejo. Aquí el desafío que tiene por delante Fernández Sagasti es retener los votos de su competidor interno e intentar sumar los sufragios conseguidos por algunas de las fuerzas minoritarias que no alcanzaron el 3% de los sufragios para obtener su pase a la elección general.
Las consultas periodísticas en los búnker de los candidatos giraban en torno a la relación de estas elecciones provinciales con los candidatos nacionales. Mauricio Macri según las últimas encuestas estaría midiendo 17% en la provincia frente a un 30% de Cristina. Sin definiciones nacionales concretas respecto a alianzas, cuyo vencimiento para la presentación de los frentes expira el 12 de junio, es difícil hacer pronósticos en una elección como la mendocina. Sí se pueden sacar algunas conclusiones preliminares: Por un lado, el candidato de Cornejo, y él mismo no quedaron asociados en un 100% al gobierno macrista. Esta ha sido sin duda una estrategia exitosa del oficialismo local dado su esfuerzo por provincializar la elección. Por otro lado, luego de las declaraciones de Ale Bermejo a favor de la fórmula Fernández-Fernández y del protagonismo de Guillermo Carmona dentro de la lista, no se puede afirmar que todos los votos de Cristina fueron a parar a Fernández Sagasti, pero sí es altamente probable que esto ocurra en las generales. Tal como ya lo señalamos, es posible que el piso del peronismo en las próximas elecciones generales sea más alto que el de las PASO. Sin embargo, queda por ver si los votos del precandidato José Luis Ramón, de Protectora Fuerza Política, que obtuvo el 7%, sufrirán alguna variación, y si el peronismo duro acompañará la fórmula Sagasti-Tanús.
En el resto del país Cambiemos sufrió otro capítulo de derrotas. En Tucumán, el gobernador justicialista Juan Manzur obtenía el 51% de los votos, y con apenas el 21% quedaba segunda Silvia Elías de Pérez, de Cambiemos. En Entre Ríos Gustavo Bordet recibió un amplio respaldo y consiguió su segundo mandato como gobernador, al obtener el 57% de los sufragios en representación del Frente Justicialista. Le siguió desde muy atrás el radical Atilio Benedetti, de la Alianza Cambiemos, con el 35%. En Chubut, el actual gobernador Mariano Arcioni, venció con el 41% como cabeza de la boleta del espacio “Chubut al Frente”. El otro fue Carlos Linares, intendente de Comodoro Rivadavia y más cercano al kirchnerismo, que alcanzó al 34% con la denominación electoral “Frente Patriótico Chubutense”. Recién en tercer lugar y con el 15% se ubicó el representante de “Cambiemos Chubut” Gustavo Menna.
Sin dudas el gobierno macrista depositó en Jujuy y Mendoza todas sus expectativas. Estas fueron las dos provincias que luego de 11 elecciones consecutivas le darían a la alianza Cambiemos sus primeros triunfos. En Jujuy Gerardo Morales obtuvo el 43% de los votos frente al 32% del primer candidato del Partido Justicialista Rubén Rivarola. Sin dudas la atomización de la oposición contribuyó al buen resultado de Morales. En Mendoza, si bien el gobernador Cornejo sorteó las PASO con algún alivio, está muy lejos de consolidar un triunfo el próximo 29 de setiembre.
Este fin de semana se vivió una nueva pulseada electoral que siguió modificando el tablero político nacional. Paradójicamente el electorado reclama un cambio que lo aleje del proyecto económico y social que encarna Cambiemos.