Columnistas // 2019-06-02
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PANORAMA POLÍTICO
Once
Los candidatos del Presidente Macri acumulan once derrotas electorales consecutivas. Mientras el radicalismo hizo catarsis en su Convención Nacional y Sergio Massa dilata sus definiciones, en Mendoza se avecinan las PASO. El gobernador Cornejo deberá superar a un duro adversario interno y a un peronismo que va por todo.


La Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, capitaneada por Alfredo Cornejo, ratificó su continuidad en Cambiemos. El radicalismo macrista que conduce el gobernador de Mendoza sazonó el encuentro de Parque Norte con la dosis justa de indignación, para tranquilizar a los correligionarios más exaltados, a la vez que otorgaba las concesiones prometidas al Presidente Macri, para no despertar su enojo y reprobación.

Al mejor estilo Poncio Pilatos, y sabiendo que tanto el encuentro como el documento final de la Convención solo tiene un valor catártico y testimonial, se le endosó a Mauricio Macri la responsabilidad por los graves padecimientos sociales y económicos que sufren los argentinos con el pusilánime argumento de que el radicalismo no fue parte del gobierno de Cambiemos sino socios menores de una “coalición electoral”. Según la declaración final de la Convención, el radicalismo tuvo incluso que sacrificar en el 2015 su propia plataforma de gobierno, aprobada en la Convención de Gualeguaychú, para priorizar la derrota del “populismo” (léase kirchnerismo). Ello explica no solo el nombre del documento, "Hacia una coalición de gobierno para construir una coalición sana y previsible", sino que la dirigencia radical reconoce que en el gobierno de Cambiemos, apenas “es posible encontrar avances en áreas diversas” del gobierno. Y trascartón se despegaron del macrismo afirmando que solo “nos hacemos responsables de lo que nos compete”. Sin embargo el radicalismo no podrá fingir que no fue parte activa y estructural del gobierno. La opinión pública fue testigo de cómo sus senadores y diputados defendieron leyes que afectaron salarios, jubilaciones y pensiones; aprobaron normas presupuestarias que recortaron recursos a las provincias, a la educación, a la salud, a la investigación científica, a la obra pública. Con los votos del radicalismo también se autorizó parte sustancial del endeudamiento. El asalto a la independencia del Poder Judicial, la persecución de opositores políticos, el sometimiento de los organismos de control son atropellos graves a las instituciones democráticas del cual el radicalismo fue partícipe y que, una parte mayoritaria del electorado, castigará con severidad en las urnas. El incomprensible empeño de la dirigencia radical por destruir el bienestar de los argentinos, en beneficios de unos pocos socios del macrismo, no podrá ser justificado bajo ningún argumento que pueda salvarlos de una casi segura la derrota como tampoco del implacable juicio de la historia.

Pero a partir de ahora, coincidiendo con un año electoral, la dirigencia radical promete que no se conformaran “sólo con hacer antipopulismo” o un simple frente electoral con el PRO y el ARI. Su objetivo será formar, ahora sí, una coalición de gobierno que “se perfeccione, se amplíe, se reformule, que mejore sus reglas de funcionamiento.” Lamentablemente todo se trató de una formalidad partidaria, con frases de ocasión para que nada cambie. Todo el documento se reduce básicamente a pelar por conseguir una mayor cantidad de cargos para los correligionarios, más espacio en la mesa de decisiones y la remota posibilidad de unas PASO, en el cada vez más lejana posibilidad que Cambiemos vuelva a ser gobierno. Muy poco o nada se dice en el documento de la Convención de la urgente necesidad de cambiar el modelo económico, de proteger el trabajo y la producción nacional, de combatir la inflación y los tarifazos, de defender los salarios y las jubilaciones o invertir en los servicios básicos que debe prestar el Estado. Claro que pretender realizar estas reformas y seguir perteneciendo a Cambiemos es una paradoja sin resolución. La dirigencia radical ha vuelto a decepcionar a sus afiliados y al resto de los argentinos que alguna vez se esperanzaron con la fuerzas de sus ideales y su capacidad política. Nada queda de los 127 años de historia que forjó el radicalismo. El único que se benefició del encuentro de Parque Norte fue el Presidente Macri quien seguirá contando con la estructura territorial que tan solo un partido nacional como la UCR puede ofrecerle.

En definitiva, los partidos políticos actúan por lo que quieren pero también por lo que son. Fue por eso que la Convención del radicalismo, para no ofender a los nuevos dueños de la argentina, aseguró que “Los pasados idílicos que tuvimos no son recuperables porque el mundo cambia, soñar con ellos es una nostalgia negativa, un lujo que no nos podemos dar” Una verdadera declaración de principios que haría sonrojar al mismo Presidente Macri.

Massa deshoja margaritas. También esta semana se reunió el Congreso Nacional del Frente Renovador que lidera Sergio Massa. El bonaerense se ha transformado en la figurita difícil de cualquier armado electoral. Esta ambigüedad que mantiene el bonaerense alimenta interpretaciones de todo tipo, aunque también comienza a dañarlo. En su discurso de Parque Norte, el tigrense criticó duramente al macrismo a quien endilgó haber “agravado todos los indicadores económicos y sociales” del país. A juicio de Massa, “la Argentina no soporta otros cuatro años así: necesita otro gobierno, otras ideas, otro presidente” aseguró, en un mensaje no solo dirigido a la Casa Rosada sino también a los dirigentes políticos que orbitan el planeta Macri. “Nuestra responsabilidad, nuestro objetivo y ahora también nuestra decisión es transformar esa mayoría de argentinos que quiere un nuevo Gobierno en una mayoría política para construir ese cambio de gobierno” Y es justamente esta voluntad de sumarse a la construcción de una “nueva mayoría” lo que preocupa al macrismo y a sus socios de Alternativa Federal quien por estas horas aprietan, sin éxito, a Sergio Massa para que no abandone ese espacio político y se sume a las PASO que habrían acordado con Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Pero hoy, la tercera vía que intenta Alternativa Federal para salvar la grieta y como una nueva opción a Cambiemos y el Partido Justicialista, se diluye rápidamente y Sergio Massa se aleja cada vez más de esa posibilidad. Este espacio se reduce aún más con la decisión de Roberto de Lavagna de avanzar, junto con el GEN y la UCR anti Pro, con su propia e incierta candidatura presidencial.

Sergio Massa tiene un acuerdo casi cerrado con la fórmula Fernández- Fernández. Muchas razones abonan esta hipótesis. Primero, fuel él mismo quien en Parque Norte dejo abierta la posibilidad de un acuerdo con el peronismo kircherista. También la decisión de Cristina Fernández de ubicarse segunda en la fórmula y dejar la precandidatura a presidente a su homónimo Alberto, reduce el espacio de representación electoral que busca ocupar Sergio Massa. La casi oficializada fórmula Axel Kicillof – Verónica Magario para la provincia de Buenos Aires es otro elemento que agrega una cuota de presión a los renovadores. En consecuencia, el único armado que le podría garantizar a Sergio Massa conservar su capital político y cumplir con las promesas de Parque Norte, sería integrar el gran frente patriótico que propone el tándem Fernández- Fernández. El tiempo empieza a jugarle en contra al Frente Renovador y su definición no admite más dilaciones. Tampoco le sobran espacios.

El Presidente Macri se prepara para otro domingo negro en términos electorales. Hoy la provincia de San Juan elige gobernador además de intendentes, legisladores provinciales y concejales. El triunfo del peronista Sergio Uñac será aplastante. Ya en las PASO se impuso por más del 55% por lo que su triunfo está garantizado y seguirá tiñendo de peronismo el mapa electoral argentino. También el gobernador sanjuanino adelantó su apoyo a la fórmula Fernández – Fernández lo que robustece las chances electorales de este frente.

Otra provincia que va hoy a las urnas es Misiones. Allí Oscar Herrera Ahuad, del Frente Renovador de la Concordia, que integra el Partido Justicialista como principal fuerza política, se quedará con el triunfo electoral en esa provincia litoraleña. Aquí el Presidente Macri no podrá disimular la paliza electoral que recibirá su candidato Humberto Schiavoni, ya que el mismo es el actual presidente del PRO a nivel nacional y un ladero incondicional de Marcos Peña.

También Corrientes va a elecciones. Pero aquí los electores deberán elegir solo senadores, diputados provinciales y concejales. Un pobre consuelo para Cambiemos que podría obtener, frente a la fragmentación que sufre el peronismo, un modesto triunfo electoral.

 Mendoza a una semana de las PASO. El próximo domingo 9 de junio habrá elecciones PASO en la provincia de Mendoza. El Decreto provincial 202/19 manda a que en estos comicios se seleccione los candidatos para los distintos cargos, cuya elección definitiva se realizará el próximo 29 de setiembre. Las categorías en juego son: gobernador y vice, 19 senadores y 24 diputados provinciales. También están previstas PASO en 14 departamentos donde se seleccionarán intendentes y la mitad de los concejales que varían según el municipio del que se trate.

La campaña electoral en la provincia tiende a polarizarse y nacionalizarse. A pesar de que el gobernador Cornejo y su delfín Rodolfo Suarez intentan infructuosamente que los mendocinos voten evaluando la gestión provincial, a la que el oficialismo pondera positiva, el ciudadano de a pie siente y padece la enorme vulnerabilidad económica y la incertidumbre a la que está expuesto. Aunque trate de minimizarlo Alfredo Cornejo, paradójicamente la cara más visible de la campaña, no podrá escapar al castigo político que le propinará el electorado. La presión sobre el oficialismo mendocino se incrementa cuando en la vecina provincia de San Juan y en Misiones, la alianza Cambiemos cae nuevamente derrotada ante el peronismo, sufriendo así 11 derrotas consecutivas. Agitar el fantasma del retorno de presuntos populismos, tal como lo reconoció la propia Convención radical, no alcanza. Tampoco será suficiente para el oficialismo repetir como un runrún las supuestas virtudes del orden y la buena administración provincial cuando hay miles de mendocinos que han sido privados de los bienes y servicios básicos que necesitan para vivir. Desempleo, pobreza, endeudamiento; fábricas y comercios que ya no toleran la presión fiscal, el precio de las tarifas, la falta de crédito ni la caída del consumo; vecinos que se sienten amenazados por el incremento de la inseguridad, entre otros tantos, son problemas estructurales que difícilmente se puedan compensar con el relato del orden y buena administración.

En términos electorales tanto Rodolfo Suarez como Omar De Marchi, precandidatos de Cambia Mendoza, han iniciado una guerra de encuestas donde, según a quien se consulte, se presume ganador. Pero más que números, que a esta altura son un elemento más de propaganda, interesa destacar el crecimiento de Omar De Marchi y el discreto desempeño de Rodolfo Suarez quien, recostado sobre la imagen de Alfredo Cornejo y una abundante cartelería pública donde aparece sonriendo junto al gobernador, cree tener ganada las PASO. Un error de cálculo que puede ser fatídico frente a un adversario experimentado que, a pesar de ser hombre del PRO, ha logrado minimizar el corrosivo efecto arrastre que provoca Macri.

Por el lado de los candidatos del Frente Elegí, que tiene al peronismo como su buque insignia, la campaña se desarrolla sin sobresaltos. El mismo Alejandro Bermejo, uno de los precandidatos a la gobernación, admitió que "En este momento hay que ser abiertos y generosos. Además, no ha habido ningún tipo de agresión ni chicanas políticas. Muy por el contrario, ha habido mucho respeto" dijo, haciendo alusión a la interna del justicialismo. Este mismo dirigente volvió a ratificar su preferencia política: “A mí la fórmula Fernández - Fernández me gusta. Me siento fuertemente identificado como peronista y no visualizo otra posibilidad" En la nota titulada “Alejandro Bermejo respaldó la fórmula Fernández-Fernández” publicada en VCF se dan más detalles sobre estas declaraciones. También la precandidata Anabel Fernández Sagasti recorre la provincia con sus propuestas. En su reciente paso por el sur de Mendoza prometió mejorar la conectividad territorial y fortalecer la operatividad de los pasos fronterizos con Chile y aprovechar los beneficios de Vaca Muerta para el sur de la provincia.

El peronismo mendocino tiene de su lado la confianza y tranquilidad que despiertan sus candidatos. Con toda su militancia convencida que hoy es más importante la unidad que los conflictos, el mensaje esperanzador que el gesto intolerante, avanza con paso firme hacia su principal objetivo: volver a gobernar Mendoza. El próximo domingo se sabrá cuál es el verdadero tamaño de sus sueños.


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