Columnistas // 2019-05-05
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PANORAMA POLÍTICO
Derrotas
La seguidilla de derrotas electorales sufridas por los candidatos de la Casa Rosada ha puesto en estado de pánico al Presidente Macri y sus aliados. Desorientados, adoptan decisiones desacertadas que agravan la situación. El gobernador Cornejo también siente el rigor de las urnas.

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 Entre las muchas cosas que tienen  en común Mauricio Macri y Alfredo Cornejo es que ambos son conscientes que, de continuar con esta tendencia electoral, perderán inexorablemente  sus respectivos gobiernos. Y no solo las encuestas les anticipan este preocupante final. También los resultados que arrojan las urnas les van señalando este duro  camino de salida.

Los candidatos del Presidente ya  fueron derrotados en siete elecciones provinciales: Neuquén, La Pampa, San Juan, Chubut,  Río Negro, Entre Ríos y la última, Santa Fe. Sin dudas que en el conjunto de estas provincias,  las PASO santafesinas del pasado domingo han sido cuantitativamente las más relevante, no solo porque es el tercer distrito electoral del país,  sino también por representar un punto de muy difícil retorno político para la alianza oficialista. Sumada las dos listas del justicialismo, la de  Omar Perotti y la de María Eugenia Bielsa, se alzaron con el 42,70% de los votos. En segundo lugar quedó Antonio Bonfatti del Frente Progresista Cívico y Social con el 31%; y tercero , muy lejos, aparece  el actual intendente de Santa Fe y candidato de la Casa Rosada, el dirigente radical José Corral, con el 19, 50%. Cambiemos perdió, desde el 2015 a la fecha, más de 200.000 votos en esa provincia. Santa Fe  mostró también las virtudes que tuvo, para el justicialismo, el armado de un amplio frente político y electoral que le ha permitido quedar a las puertas de recuperar uno de los distritos electorales más importantes del país. Es también un buen antecedente para forjar  la unidad del peronismo – kirchnerismo, la llave que podría abrir las puertas de un triunfo de la oposición a nivel nacional. Otro dato llamativo fue el triunfo del candidato peronista a intendente de la ciudad de Rosario, Roberto Sukerman quien obtuvo, de forma individual, el porcentaje más elevado de votos. Luego de 30 años de gobierno, los socialistas perderán la ciudad de Rosario. La sucesión está abierta y tampoco será para Cambiemos.

Alfredo Cornejo, como presidente del Comité de UCR a nivel nacional, tuvo su cuota de responsabilidad en la derrota que sufrió  Cambiemos en territorio santafecino. Fue el gobernador mendocino quien impulsó la intervención de la UCR local por negarse a ser parte de Cambiemos en esa provincia.  Hay que recordar que el radicalismo es aliado, en ese distrito, del Partido Socialista, el que gobierna la provincia hace desde hace 12 años. Esta vez habían decidido desmarcarse de Cambiemos dando  libertad de acción a sus afiliados. Esto provocó la ira y la intervención de la Mesa Directiva del Comité Nacional de la UCR, que preside Cornejo. El próximo 24 de mayo la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical tendrá su tan postergado  encuentro. En esa cita el oficialismo partidario intentará imponer la continuidad de la alianza con Cambiemos y arremeterá contra quienes sostienen una posición disidente y cuestionan la continuidad partidaria como parte de la alianza macrista. Algo más que el futuro electoral de la UCR se pondrá en juego en la cita jujeña.

En medio del derrumbe político un  Presidente Macri sumamente desorientado, comenzó a tomar  decisiones de emergencia para frenar la sangría electoral. Una tras otras, estas  medidas de urgencia han fracasado. Primero fue el congelamiento de precios de 64 productos esenciales de la canasta alimentaria. Este acuerdo de caballeros, como lo denominó el ministro Dujovne, está muy lejos de cumplirse  ya que la gran mayoría de esos productos aún no están garantizados en las góndolas. Por el contrario, la incertidumbre y desconfianza sobre el futuro de la economía se tradujo en remarcaciones y en retención de mercadería,  lo que anticipa que la inflación de abril estará por encima del 4%.

También el Presidente Macri  llegó ahora a la conclusión de que no puede gobernar solo. Ni siquiera parece estar seguro de contar con suficiente  aire político para llegar a octubre. En medio de un dólar que se escapa y una inflación que se espiraliza, el Presidente hizo un  llamado tardío a la oposición amiga para que firmen un carta de intención sobre diez puntos, que supone le darán cierta estabilidad a las variables económicas  y una cuota mayor de confianza ante los mercados y el FMI. "Esas herramientas nos permitirán decirle al mundo que esto que hemos empezado va a continuar…” intentó aclarar.  Esta iniciativa, previsiblemente, solo ha cosechado desplantes y rechazos. Por un lado muchos sospechan que detrás de la iniciativa solo hay razones electorales. Otros barruntan que  la intención es dividir a la oposición en un momento clave del armado electoral. Esto lo confirma el hecho que ni el Partido Justicialista ni el kirchnerismo han sido convocados. El acuerdo, en el supuesto que alcance esta categoría, ya  recibió el rechazo de Sergio Massa, Roberto Lavagna. Tan mala es la estrategia que hasta el “peronismo racional”, que expresan Pichetto y Urtubey, han puesto reparos. Lo concreto es que difícilmente el Presidente Macri encuentre mártires que se inmolen por su estruendoso fracaso económico,  en un año electoral. La nota la dio Alfredo Cornejo quien aprovechó el anuncio para, además de reconocer que "Macri no puede solo", pedir se incorpore a Cambiemos a los “peronistas dialoguistas” como Lavagna, Pichetto, Urtubey y Massa. La sugerencia fue olímpicamente ignorada en la Casa Rosada.

Mendoza se viste de peronismo. También en la provincia de Mendoza el gobernador Cornejo ha empezado sentir el rigor de las derrotas electorales. El domingo pasado, y tal como lo anticipamos en esta editorial,  hubo elecciones PASO en cuatro departamentos que gobierna el justicialismo. En los cuatro municipios triunfó el peronismo y no parece, dado los resultados, que esta situación vaya a modificarse en las elecciones generales. A pesar de que el oficialismo intenta minimizar estos fracasos, puertas adentro de Casa de Gobierno crece la preocupación por este  profundo cambio en las preferencias del electorado mendocino que, de persistir, llevaría al radicalismo a perder las próximas elecciones provinciales en manos del justicialismo. La holgada diferencia en favor de los cuatro jefes comunales del peronismo es una señal contundente de este nuevo escenario político en la provincia. Un breve repaso por los resultados permite una mejor comprensión de este fenómeno.

En San Rafael, el intendente justicialista Emir Félix con el Frente Elegí,  se alzó con el 55% de los votos; el Frente Cambia Mendoza, sumando lo obtenido por sus cuatro candidatos, se quedó con el 35% de los sufragios, mientras que el Partido Demócrata, solo alcanzó un poco más del 3%.  En Tunuyán las diferencias en favor del peronismo fueron aún mayores. El actual intendente municipal Martín Aveiro, con el Frente Elegí, obtuvo el 70% de los votos; Cambia Mendoza, sumada las dos listas internas, alcanzó apenas un  24%. El tercer lugar fue para para el Frente de Izquierda y los Trabajadores con el 2%. También en Lavalle las cifras se inclinaron a favor del justicialismo. El actual intendente peronista Roberto Righi, del Frente Elegí, obtuvo el 56,84% de los votos; Cambia Mendoza, sumado sus dos postulantes, se hizo del  32,43% mientras que en tercer lugar se ubicó, con el 5,91%, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. En el Departamento de General San Martín también se impuso el frente Elegí, coalición que encabezó el actual intendente justicialista Jorge Omar Giménez, que alcanzó el 55,69% de los sufragios; fue seguido por el frente Cambia Mendoza, el que con sus dos listas se alzó con el 30,38% y tercero se ubicó el Partido Demócrata que llegó al 5,43%.

Estos resultados no pueden tomarse a la ligera y aunque el precandidato a gobernador por la UCR, Rodolfo Suarez, haya señalado que solo se trata de internas comunales, no es la lectura que hace Alejandro Bermejo, uno de los precandidatos por el justicialismo,  para quien estas elecciones municipales posicionan al peronismo de una mejor manera para enfrentar al oficialismo en Mendoza.

Lo acertado del diagnóstico de Alejandro Bermejo,  lo ratifican las actitudes y operaciones lanzadas por el gobierno provincial.  El escenario donde el gobernador Cornejo mostró parte de la estrategia electoral,fue en el discurso de apertura de Sesiones Ordinarias de la Legislatura de Mendoza. Totalmente falto de autocrítica, optó por un discurso chato,  provincialista tratando de despegarse del gobierno nacional y deslizando incluso alguna crítica hacia sus aliados de Cambiemos. Con una legislatura blindada por la policía y rodeado de aplaudidores, el gobernador volvió sobre la línea discursiva que más le gusta: culpar a la oposición de sus carencias.  "Me comprometí a detener la espiral de decadencia y descomposición del Estado. Recibí una provincia devastada y la hemos ordenado. He cumplido", afirmó con poca modestia.


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