Informe Especial // 2019-03-31
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Elecciones 2019
El factor Lavagna
El ex ministro ya se muestra como candidato, aunque todavía no decidió si va a participar en las presidenciales de octubre. Antes quiere ver si despega en las encuestas y con qué estructura encararía la campaña. Su postulación, aún hipotética, mueve el tablero político.


 La semana pasada Roberto Lavagna salió a la cancha arropado como candidato presidencial. Hizo jueguito para la platea (medios, establishment, fuerzas políticas, analistas) y después miró hacia la popular, todavía vacía. Entonces volvió al vestuario, donde por estas horas comenzará a decidir si finalmente competirá en octubre.

El raid mediático del ex ministro de Economía de Néstor Kirchner fue tan fulgurante como efectivo. Fustigó a Macri, se diferenció de Cristina y buscó mostrarse como un presidenciable prudente y de consenso, tal vez buscando un efecto “clamor” en torno a su candidatura que aún se le niega.

“Roberto todavía no definió si va a ser candidato. Está probando, está viendo hasta dónde puede llegar, si le dan o no los números”, le dijo a Va Con Firma una fuente del massismo, que considera al ex ministro como un candidato “natural” del peronismo no kirchnerista.

Lavagna se imagina encabezando una alianza electoral amplia, que incluye al peronismo federal, a los radicales desencantados con Cambiemos, a socialistas, “margaritos” y, porque no, a kirchneristas que no tienen como única opción la candidatura de Cristina.

Para ello necesita una estructura territorial que no tiene, y que sus eventuales socios podrían aportar, fundamentalmente los gobernadores peronistas y el radicalismo, tal como sucedió con su candidatura presidencial en 2007. De ahí que, más allá de las invocaciones de rigor a la unidad nacional, necesite ser ungido por consenso, evitando que su candidatura se dirima en las PASO.

Además, tiene otros dos desafíos: ofrecer al electorado algo más que el horizonte de ajuste permanente que promete Cambiemos y situarse como una suerte de tercera vía, superadora de la dicotomía entre macristas y kirchneristas.

“Lavagna ha logrado instalarse como el mejor candidato posible para el ‘tercer espacio’. El 40% no está votando ni a Macri ni a Cristina. Sobre este electorado se ha instalado. Que la economía esté en crisis es una ventaja para él, porque fue el ministro de la recuperación en la crisis 2002-2003. Su desventaja es que no tiene una estructura política nacional que lo sostenga. Armarla es su principal desafío”, explicó el analista Rosendo Fraga (Centro de Estudios Nueva Mayoría) a Va Con Firma.

“El 30% vota por Cristina y otro tanto por Macri. Son sectores convencidos, pero el 40% no está ahí, está afuera de la grieta. Lavagna es un hombre moderado por estilo y temperamento y por eso puede pretender superarla”, dice Rosendo Fraga y agrega: “Hay sondeos que muestran que el 55% de sus votantes de 2007 votó por Cristina en la segunda vuelta y el 45% lo hizo por Macri. Ello evidencia su capacidad para superar la grieta”.

Palabras más, palabras menos

El lanzamiento de Lavagna entusiasma a Alternativa Federal, fundamentalmente al Frente Renovador de Sergio Massa, que busca un candidato competitivo electoralmente. "La relación (de Lavagna) con Sergio es muy buena, desde 2013 que es fluida. Mantienen reuniones periódicas, donde analizan la coyuntura y comparten una mirada de lo que está pasando", dicen desde el bunker massista Va Con Firma

"Si Roberto va solo tiene hoy el 10 o 12 %. Su lugar natural es Alternativa Federal. Y es muy bueno para el espacio, porque lo potencia. Sumándolo a Sergio y a lo que trae Urtubey nos pone en un 25-27% consolidado, con lo que hay tres tercios definidos para la elección: Cristina, Macri y nosotros. Y ahí todo puede pasar", se ilusionan. 

“Roberto está midiendo, está viendo hasta dónde puede llegar; si le da, como dirían en el barrio. Si le da en las encuestas, una vez que se lo visualice como candidato, y si le da en el armado”, subrayan desde el massismo, donde siguen con atención los movimientos del virtual candidato.

“Es un técnico, está sólo, no tiene equipo ni estructura para una presidencial", abundan, alimentando la idea de que el ex ministro de Eduardo Duhalde solo no puede y que hay una necesidad mutua. Y completan: "Por eso quiere saber con qué cuenta, no solo en términos de intención de voto, sino de armado y en base a eso definir si va a jugar o no".

La fuente es contundente cuando Va Con Firma pregunta que puede pasar: "Si Lavagna juega va a ser en Alternativa Federal. Ahora depende de él que defina qué quiere hacer. A fines de abril va a tener que tomar una decisión. En Alternativa Federal está todo bastante claro. Faltan que definan los demás".

Sobre si es un obstáculo para un acuerdo que el ex ministro que este no quiera participar en la PASO de Alternativa Federal, el massismo lo relativiza: “Lavagna no cerró definitivamente la puerta a una PASO. Una PASO traccionaría todos los votos para el espacio. Es lo ideal".

El otro límite para el armado de Alternativa Federal que fijaron Pichetto y Urtubey, más que Massa, es Cristina Kirchner. "Sergio dijo que podía hablar con Cristina. Roberto también. El límite es el kirchnerismo ultra, extremo. Cristina no ganaría en una segunda vuelta, por eso el voto de culto a Cristina puede venir a nosotros", agrega con renovado entusiasmo.

Instrumentos

Desde el kirchnerismo también creen que el ex ministro todavía no definió y son cautelosos en hablar en público de un candidato que, si se decide participar, puede modificar el escenario actual.

"Hay una fuerte tendencia a la unidad de la oposición que se manifiesta en las provincias. Creo que eso tiene que trasladarse al ámbito nacional. Tiene que haber una gran PASO de la oposición con un programa común. Una gran PASO sin exclusiones, que incluya a Lavagna, y también a Cristina, si decide ser candidata", le dijo a Va Con Firma el diputado nacional Daniel Filmus (Frente para la Victoria).

"Yo creo que Lavagna está probando para ver hasta dónde llega. Él ya dijo que va a ser candidato si hay demanda, el problema es que esa demanda no aparece", explicó a este sitio Alberto Fernández.

"Lavagna, al igual que Massa, tienen que decidir si son instrumentos de la unidad o si son instrumentos de la división, que es ser funcional al gobierno; si van a ser instrumentos de la continuidad o de un gobierno alternativo. El 70 % de la gente dice que votaría algo distinto. Hay dos caminos y tienen que elegir uno", agrega Filmus.

El ex ministro de Educación, quien compartió gabinete con Lavagna durante la presidencia de Néstor Kirchner, cree que finalmente “va a haber unidad” y pone como ejemplo lo que pasó esta semana en el Congreso de la Nación, donde “toda la oposición, Solá, Massa, Camaño, Kosiner, nosotros, todos, firmamos un pedido de sesión especial para tratar una agenda social en el recinto".  

Sin embargo, hay quienes creen que el peronismo tiene que tener un candidato de unidad “pero detrás de la candidatura de Cristina”, porque la polarización entre ella y Macri es “muy grande”. “Los que se distancian de uno van al otro, no van al medio, y ese es el problema que tienen Lavagna y Alternativa Federal”, dice a Va Con Firma un dirigente que visita con asiduidad el Instituto Patria. 

Y abunda: “Lavagna es lo que necesita el poder económico, el poder mediático, para ganarle a Cristina en segunda vuelta. Es el horror que les despierta que gane Cristina. Primero apostaron a Massa, pero Massa solo tiene 6 o 7 puntos, y ahora apuestan por Lavagna, que es tan buen economista como mal político”.

Las dificultades de Lavagna en las encuestas es algo que también reconocen quienes están cerca de él. Un ex funcionario que suele ser convocado por su entorno reconoció que “no crece en intención de voto y, lo que es peor, es un desconocido en la franja de quienes tienen menos de 30 años”.

Utilidades

Aún en potencial, la candidatura de Lavagna mueve el tablero político. En el radicalismo, por ejemplo, donde los cuestionamientos a renovar la alianza con el Pro crecen minuto a minuto, una postulación del ex ministro es la carta más importante de quienes no están dispuestos a trabajar por la reelección de Macri.

El presidente de la Convención de la Unión Cívica Radical, Jorge Sappia, dijo el viernes pasado que la conducción del partido no va a convocar a la Convención porque si lo hiciera "la mayoría votaría por terminar con la alianza Cambiemos" y pidió “dar vuelta la página y pensar en otra cosa”, en referencia al acuerdo con el macrismo.

Sin ocultar lo que todos saben, Sappia reconoció las reuniones de dirigentes radicales con Lavagna y dijo que estas van a continuar en busca de “acuerdos básicos” que hagan posible “un frente electoral con un gran acuerdo programático”.

En cuanto a Alternativa Federal, la candidatura del ex ministro le permite soñar con el despegue que en las encuestas no logran ni Massa ni Urtubey. El tiempo dirá si esto finalmente ocurre, pero está claro que el acuerdo necesita un buen impulso para quebrar la polarización entre Macri y Cristina si quiere soñar con el balotaje, donde su suerte puede ser otra.

En tanto, para el kirchnerismo y sus aliados que Lavagna “no juegue a dividir” puede significar los puntos necesarios para imponerse en el ballotage e incluso, de haber un único candidato peronista, ganar en primera vuelta, aunque este escenario de unidad parece hoy poco probable.

También en la Casa Rosada conjeturan con una candidatura del ex ministro y hacen juego, por lo que sus críticas a la política económica fueron respondidas por las primeras espadas del oficialismo. El presidente Macri, el Jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne salieron con los tapones de punta contra el virtual candidato.  

Para el Pro, Lavagna puede servir para terminar de dividir al peronismo, y de este modo tener posibilidades en un contexto de recesión, inflación y aumento de la pobreza y el desempleo. Pero también puede significar que si el ex ministro finalmente se presenta y saca un puñado de puntos estos salgan del electorado de Cambiemos, debilitando aún más las aspiraciones presidenciales.

En un escenario político volátil y dominado por la crisis económica todo puede pasar, incluso en poco tiempo. Por eso Lavagna cree que su candidatura puede despegar y se está tomando el tiempo para comprobarlo. En cualquier caso, el efecto Lavagna, tiene a todos atentos.

 
 

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