Columnistas // 2019-03-10
_
Las mujeres dejamos de ser episódicas
Las mujeres han representado la mitad o más de la población mundial. Con mayor o menor relevancia han existido en todos los campos de la experiencia histórica; sin embargo su invisibilidad ha sido manifiesta.

F????????????????

 ¿Qué es un episodio? Es un suceso circunstancial, una acción secundaria de poca relevancia que si está relacionado con otros puede ser potador de sentido, pero si no lo está, no modifica la trama central de lo que acontece o de lo que se narra.

Cuando Antonio Gramsci planteaba que la historia de las clases subalternas era necesariamente disgregada y episódica, lo que sugería era que la historia de los sectores sociales marginados se reducía momentos puntuales, de irracionalidad, que no alteraban ni encajaban en la continuidad de una Historia -con mayúscula- cuyos hacedores no eran ellos.

Las mujeres han representado la mitad o más de la población mundial. Con mayor o menor relevancia han existido en todos los campos de la experiencia histórica; sin embargo su invisibilidad ha sido manifiesta. ¿Por qué?

Intentemos en la tarea por descolonizar saberes y tensionar el eurocentrismo de las ciencias sociales, encontrar una posible respuesta

Aprendimos a pensar la historia en forma lineal, continua, direccionada hacia el futuro y cuyo desarrollo está garantizado por la marcha de un sujeto histórico que en su andar experimenta continuidades y rupturas. Así tomó forma una macro periodización, que impuso una representación del pasado primero en términos universales y luego dividido en forma tradicional, en períodos llamados historia antigua, medieval, moderna y contemporánea.

El filósofo argentino Arturo Roig, advertía quela periodización no consiste en un orden cronológico, sino en el agrupamiento de hechos que reciben cierta unidad desde un sentido. Es el sentido el que justifica las fechas y no viceversa.

En la tradición occidental esta periodización se afirmó en la idea de un desarrollo cuyo escenario histórico fue Europa y cuyo sujeto principal fue el hombre/varón, también europeo.

Cada cambio, cada hiato de esa supuesta historia universal no solo referenció acontecimientos de la historia local del viejo continente sino también perfiló acciones e ideales a través de arquetipos masculinos: el revolucionario francés, el burgés industrial, el estratega de la guerra, el Padre de la Patria y tantos más.

La idea de continuidad con sus etapas ha sido un modo de ejercicio del poder y expresión de un deseo, más que una realidad. ¿Qué pasó con aquellos hechos que por no ingresar en las líneas de significado sobre las que se monta la continuidad resultan no ser hechos históricos? La respuesta fue ignorarlos, deformarlos o al decir de Gramsci tornarlos episódicos, sin relevancia para el destino de la humanidad. Con las mujeres en la historia ha sucedido esto. Siempre hubo una historia no historiada.

Pero desde hace unos años el 8M se ha convertido en una fecha portadora de sentido y significado y como pocas ha adquirido un genuino carácter universal.

La relevancia en todos los planos de la vida pública y privada del movimiento de mujeres y la profusa producción intelectual que hace tiempo se lee en academias, universidades, foros sociales, judiciales y gubernamentales en general, ha puesto en tensión no solo a la política sino también a las ciencias sociales y entre ellas a la historia.

Nuevas periodizaciones, nuevas perspectivas y nuevas preguntas abren el camino de un cambio paradigmático. 

Así como cuando la historia Social abrió las puertas a ‘los de abajo’ y la historia del Movimiento Obrero dejó de ser pensada sólo a partir de las organizaciones sindicales para dar cuenta de la historia de los trabajadores, el desafío presente hace décadas, está en repensar aquello que los propios historiadores consagrados -como Eric Hobsbawm- han reconocido: “las mujeres han señalado que los historiadores, incluyendo los marxistas, han olvidado a la mitad femenina de la raza humana. Esta crítica es justa y reconozco que cabe aplicarla a mi propio trabajo”.

No se trata de pensar que las mujeres han entrado en la historia, sino de que las mujeres han dejado de ser episódicas.


/ En la misma sección
/ Columnistas
Elecciones en México: balas y votos
/ Columnistas
Qué es el síndrome de burnout