Columnistas // 2019-02-17
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Eppur si muove
En Argentina, la retórica gobernante y su aparato centralizado de propaganda propone lecturas de nuestra vida cotidiana donde la confirmación empírica de estar cada vez peor debe ser percibida en términos de bienestar.


 Y sin embargo, se mueve’ es la hipotética frase que la tradición atribuye a Galileo Galilei al concluir la lectura de su abjuración, forzado por la Santa Inquisición en 1633.

Es conocido que se trataba de obligarlo a desmentir y repudiar públicamente su convicción científica acerca del sistema copernicano, donde es la Tierra la que gira alrededor del Sol y no contrariamente como alentaba el oscurantismo de la época.

El escritor José Saramago decía que la abjuración de Galileo debería estudiarse en todos los establecimientos de enseñanza del planeta, no tanto para confirmar lo que hoy es una evidencia indiscutible sino como manera de prevenir la formación de supersticiones, lavados de cerebro, ideas hechas y otros atentados contra la inteligencia.

En Argentina, la retórica gobernante y su aparato centralizado de propaganda propone lecturas de nuestra vida cotidiana donde la confirmación empírica de estar cada vez peor debe ser percibida en términos de bienestar.

 Al clásico “estamos mal pero vamos a estar mejor” se sumó el “veníamos bien, pero pasaron cosas”; la noción de “crecimiento invisible” que anunciara el presidente o la conclusión de que “los aires acondicionados fueron parte de este cóctel explosivo y siniestro que inventó el gobierno anterior”. Algo complicado de entender si no fuera por el aumento despiadado en las tarifas energéticas que impuso este gobierno convirtiendo a los desangelados aparatos en monstruos amenazantes.

Esas afirmaciones sin sustento se asientan sobre una red conceptual más elaborada producida por la matrix de los medios hegemónicos. Una matrix que propone borrarnos la memoria de tiempos de bonanza y convencernos de nuevas condiciones, como la nota publicada que romantiza a quienes buscan comida en la basura y afirma que esto es una nueva ‘pasión argentina’. Como si comer basura o alimentos vencidos no fuera resultado del crecimiento de la pobreza y la miseria sino un cambio cultural de hábitos alimentarios. Algo así como volverse vegetariano o vegano.

Ese tono de frases e ideas cortas, livianas y hasta tontas como ‘perder el trabajo es un estímulo para salir a buscar otro’ o ‘vamos a tener la oportunidad de trabajar hasta los 80 años’ se anudan en otras de mayor contenido ideológico. La editorial del diario La Nación titulada ‘Niñas madres con mayúscula’ fue más allá de intentar que la fantasía de estar bien tape la experiencia de vivir mal.

 La nota, que mereció un amplio abanico de críticas y repudio, terminó siendo una apología del delito porque una niña de 12 años que es madre, es una niña violada. La editorial en su esfuerzo por demonizar a quienes defienden la ley de Interrupción legal del embarazo – “admiración hacia las niñas madres, madrazas por cierto. Tristeza para las abuelas abortistas”- se olvidó de mencionar los demonios del acoso, del abuso, del maltrato y del femicidio que andan sueltos e impunes.

 Por defender posturas contrarias a la ideología impuesta, Galileo prefirió retractarse y vivir en prisión domiciliaria por el resto de su vida. Su reconocimiento como padre de la ciencia moderna y de la astronomía llegaría más tarde. Recién 359 años después, en 1992, la Iglesia pidió perdón por la condena a Galileo y aceptó que afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol no es blasfemia.

Y sin embrago se mueve, debería ser el susurro interno o la respuesta colectiva ante cada intento deshumanizador que nos lleve a comulgar con la aceptación de la miseria y la desigualdad; a convencernos de no merecer cierta calidad de vida por haber nacido de familia trabajadora o haber caído en la escuela pública.

No abjuremos de nuestro pasado de bienestar, no construyamos nuestro exilio interno aceptando nuevas supersticiones. A pesar de que se insista en tu no derecho a tener trabajo, vivienda, salud, educación y vacaciones… Eppur si muove


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