Hace una semana la empresa que maneja el diario La Nación cerró su planta impresora y despidió a a 72 trabajadores gráficos, mientras que llegó a un arreglo con otros 32 que se acogieron a retiros voluntarios y pre-jubilaciones. En total, se perdieron 104 puestos de trabajo.

El cierre del diario papel se hace a las 13.30 y se imprime en talleres gráficos de terceros. Aparentemente la idea original era hacerlo en la planta de Clarin, a lo cual se oponen los trabajadores de este último, y los propietarios de La Nación tendrían que conseguir otras impresoras. Esto hace que cuando el diario en papel llega a los kioscos, ya es un producto envejecido.

Los afectados, junto a la Federación Gráfica Bonaerense (FGB), se movilizaron al ministerio de Trabajo de la ciudad de Buenos Aires para expresar el rechazo al vaciamiento productivo y al despido de trabajadores, y volvieron a solicitar la conciliación obligatoria, como ya habían hecho el viernes pasado.

A pesar de las conversaciones mantenidas, entre los trabajadores ayer primaba el desánimo y la sensación de que es una batalla perdida.

"El único motivo del cierre de la planta gráfica es optimizar ganancias, y el diario está pagando consecuencias por esto", explicó Claudio Cristaudi, integrante de la mencionada federación.

Mario Abraham, otro integrante de la FGB, afirmó que ¨Clarín es el ideólogo de todo esto. No nos imaginábamos que después de que La Nación invirtió en su planta, se iba a llegar a esta instancia. Pero es una decisión política que llevaron adelante con la complicidad de este gobierno neoliberal de mierda, que se caga en todo y sigue haciendo desastres y no para. Esto es realmente muy triste”, denunció el dirigente.

A esta situación de crisis de la clase trabajadora, y en particular de los trabajadores de medios de comunicación, se agrega el despido este martes de 25 trabajadores de la editorial Atlántida Televisa, debido al cierre de las redacciones locales de varias revistas internacionales que formaban parte del paquete editorial.