Columnistas // 2018-11-18
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Descolonizando saberes y política
A diferencia de la cumbre del G 20, donde los dirigentes mundiales deliberarán a puertas cerradas sobre temas que afectan a millones de personas, en el Primer Foro de Pensamiento Crítico se debatirá puertas abiertas para dar cuenta de ‘Las luchas por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento".


 Hace unos años me sorprendieron al consultarme por la hora exacta de la muerte de José de San Martín, pero no en Francia sino en Argentina.

Es conocido que el padre de la patria falleció el 17 de agosto de 1850 a las 3 de la tarde en Boulogne sur Mer, según consta en su acta de defunción.  Pero la pregunta apuntaba a saber si alguna fuente documental podía ayudar a establecer esa correspondencia horaria, ya que la convención que estableció los usos horarios a partir del meridiano 0 (Greenwich, Londres) se realizó en 1884 y por lo tanto la actual diferencia horaria no era tal en aquel entonces.

La pregunta no me resultó relevante. Pero sí considerar que esta nueva línea imaginaria que indicaba las longitudes alrededor del globo al este y al oeste y declaraba que el día universal comenzaba a medianoche en Greenwich con una duración de 24 horas, reemplazaba al meridiano de París establecido desde 1667.  

Londres- capital del imperio colonial más poderoso en aquel momento- suplantaba a la vieja París como referencia para la localización de las sociedades en el planeta.  Y comprendí mejor por qué Francia se abstuvo de aprobar aquella resolución.

Mas allá de la curiosidad, lo interesante fue observar cómo la producción de conocimiento y saberes está geo histórica y políticamente situada.

Pensemos, por ejemplo, que hasta el siglo XV no fue posible conectar en un mapatodas las regiones del planeta. Y tampoco encontrarnos con registros de una historia narrada en forma lineal desde la Grecia antigua hasta el occidente moderno.

Para el filósofo Enrique Dussel, fue el descubrimiento de América y el impacto que produjo su incorporación, loque permitió a Europa colocarse en el centro del mundo conocido. De allí entonces, que la epistemología moderna europea operó con una doble cara: una visible,desde donde se comenzó a clasificar, ordenar, describir y conocer; y otra invisible, la colonialidad en donde se ejerció el poder

 

Lasciencias sociales nacieron eurocéntricas y nuestras formas de pensarnos en el mundo también.Cualquier evento ocurrido en Europa entre los siglos XVI y XIX representó un patrón aplicable a todas las regiones del planeta como un logro progresivo e irreversible de la humanidad. Asimismo, las ‘teorías de etapas’ – Comte, Spencer o Marx- fueron teorizaciones bajo la presunción de que el presente siempre es el mejor de los tiempos y que el pasado conduce forzosamente hacia allí.   

Desde hace tiempo que esta perspectiva se viene cuestionando.  Al eurocentrismo – expresión de tipo cultural más que cartográfica porque incluye a los Estados Unidos-  hay que leerlo como parte constitutiva de la geocultura del mundo moderno.

La convocatoria al Primer Foro de Pensamiento Crítico organizado por Clacso que se llevará a cabo en estos días en Buenos Aires, además de relacionarse con la Cumbre del G20 expresa algo de todo esto.

La oportunidad para descolonizar la política, los saberes, representaciones, prácticas y lecturas de la realidad es trascendente

 Pablo Gentili, director del Consejo, explicaba que a diferencia de la cumbre donde los dirigentes mundiales deliberarán a puertas cerradas sobre temas que afectan a millones de personas, en este Foro se debatirá puertas abiertas para dar cuenta de‘Las luchas por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento", tema central del mismo.

Participarán líderes políticos, intelectuales, activistas, dirigentes de movimientos sociales, sindicales, estudiantiles, feministas, organizaciones de derechos humanos, universidades y todo el mayor arco de diversidad posible

Es sabido que el pensamiento crítico – y en estos tiempos el pensamiento a secas- no tiene prensa ni interés. Sin embargo, dijo Gentili, “cuanto más personas pensemos críticamente, más autoridad y más autonomía tendremos como ciudadanos para elegir a nuestros representantes".

Y podríamos agregar, que en el siglo XXI descolonizar los saberes y la política es una obligación para quien pretenda detectar los problemas, no distorsionar su análisis y   construir sus posibles soluciones.


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