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La elección de Jair Bolsonaro en Brasil ha despertado preocupación en el escenario democrático Latinoamericano. ¿Qué está pasando?
‘Latinobarómetro’ es una ONG sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile que cuenta con el primer banco de datos de opinión en español en el hemisferio sur y en América Latina.
Desde 1995 viene realizando un monitoreo de la democracia – a través de diferentes tipos de encuestas- que incluye a 17 países de la región. Los resultados fueron publicados en el Informe 2017, cuya lectura es recomendable si se pretende encontrar explicaciones y aventurar escenarios futuros.
Una primera observación que revela el estudio es que la derecha y la izquierda compiten hoy en un escenario más parejo que al inicio de la transición democrática. La derecha después de 30 años parece sepultar el lastre de las dictaduras y obtener mayorías para ganar elecciones. A su vez, la izquierda o progresismos políticos, han tenido la oportunidad de gobernar y demostrar su capacidad de buen desempeño en gestión económica y social.
El resultado de esta alternancia tiene como contrapartida una fuerte crítica al poder político en su conjunto y una pérdida de confianza en el propio régimen democrático: 1 de cada 4 latinoamericanos no confía en él.
La opinión sobre los gobiernos manifiesta una confianza vinculada a los ciclos económicos. La baja más significativa se registra en el año 2003 con un 19%, aumentando en el 2009 al 45%. Esto último como resultado de las políticas anticíclicas aplicadas por varios países. A partir de 2010 la confianza comienza a disminuir hasta llegar al 25% en el 2017.
Ante la pregunta ¿para quién se gobierna? la respuesta mayoritaria es que para unos pocos. Este indicador aumenta por segundo año consecutivo de 73% en 2016 a 75% en 2017.
¿Qué grado de confianza despiertan el Parlamento, los partidos políticos, las iglesias, las Fuerzas Armadas y el Poder Judicial?
La confianza en el parlamento tiene una evolución similar a la de los gobiernos. Esta fluctúa desde un máximo de 36% en el año 1997, un mínimo de 17% en el año 2003 para volver a aumentar a 34% en el 2009 y disminuir al 22% en el 2017. El país que más confía es Venezuela (37%) y el que menos lo hace es Paraguay (10%) seguido por Brasil (11%). La Argentina registra un 26%.
Los partidos políticos gozan de la confianza más baja en la lista de instituciones de la democracia. Sólo un 15% de los latinoamericanos confía en ellos. El país con más alto grado de confianza es Uruguay (25%) y el de menor Brasil (7%).
Aventajando a los partidos políticos, las iglesias reúnen el mayor grado de confianza en los países centroamericanos con un 65% y el menor en Argentina, Uruguay y Chile con un 36%.
La confianza en las FFAA es particularmente volátil en los años de la serie. En su más baja medición llega a 34% en el 2003 y su punto más alto a 51% en el año 2007. En el 2017 alcanzaron un 46% según lo registrado.
El Poder Judicial, por su parte, alcanzó su punto más alto en el 2006 con 36% de confianza y el más bajo en 2003 con 19%. Hoy tiene un promedio del 25%, similar a los gobiernos y al parlamento
Son múltiples los factores señalados en este Informe, que podrían dar algunas pistas para explicar el presente regional. Pero hay un aspecto que merece ser resaltado. Consultados sobre cuál conflicto resulta ser de mayor importancia al momento de evaluar el desempeño democrático, el conflicto entre ricos y pobres lidera la lista con un 76%; le sigue el conflicto entre empresarios y trabajadores con un 74% y entre empleados y desempleados con un 68%. Estos números se mantienen desde hace más de una década. Es evidente, que en opinión de la ciudadanía, las recompensas del crecimiento económico y del desarrollo se reparten muy desigualmente y que la democracia no ha logrado avanzar en ello.
Para responderse que pasó en Brasil y que puede pasar en el resto de la región, habrá que tener en cuenta algo de todo esto.