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- Los grandes talentos son como los magos, sacan un don de la galera y nos dejan con la boca abierta.
- ¿Usted lo dice por el Pity Martínez?
- Y dale con el fulbito ¿No le dije el miércoles pasado que el clásico quedó anulado?
- Si. Pero no pasó nada.
- Es que ahora estamos muy ocupados con otra cosa.
- Me imagino. El dólar, la inflación, la pobreza…
- Naaa que ver. Ese es el relato de la prensa kirchnerista.
- ¿Cuál es la prensa kirchnerista?
- Ni idea, pero los que apelan al leguaje del odio son todos K…
- Mire que el propio Indec reconoció el aumento de la pobreza.
- Chocolate por la noticia. Mauricio lo dijo antes ¿Se da cuenta por qué estamos ante una mente superior?
- Yo diría ante una mente que sabe abrir el paraguas.
- Usted diga lo que quiera. Nosotros no dejaremos nunca de pensar en cómo pasar la tormenta, el temporal, el huracán, el tsunami o lo que sea que venga.
- Con todo respeto, parece que mucho no se les ocurrió.
- Tiene razón. O tenía, mejor dicho. Ahora el genio frotó la lámpara.
- No entiendo.
- ¿Cuántos genios conoce usted?
- Ninguno, para serle sincero.
- Bueno, un par de oficinas para allá tiene uno.
- ¿El presidente?
- Shhhh. Baje el volumen que se va a enterar todo el mundo.
- ¿Es un secreto?
- Y de Estado. Si se avivan todos le van a pedir.
- ¿Qué cosa?
- Un cachito de su talento, ¿de qué estamos hablando?
- ¿Me puede decir de una vez cuál es ese talento?
- Por la sagrada tablita de Martínez de Hoz, ¿por qué tengo que explicarle todo? ¿No lee los diarios?
- Sí.
- ¿Entonces?
- ¿Entonces qué?
- Si leyera con atención las buenas noticias que da la prensa libre e independiente sabría que Mauricio se reveló como un gran motivador.
- ¿Y eso?
- Muy sencillo: es el talento de la buena onda. Ahora sí que podemos dar vuelta la página, salir adelante, hacer realidad la revolución de la alegría ¿Comprende?
- No.
- Qué terco que es, mi Dios ¿Se enteró de que Mauricio visitó a una pareja de jóvenes emprendedores que abrió una pizzería?
- No me lo recuerde.
- Bueno. Ahí lanzó la primera frase del programa Mauricio Buena Onda.
- “Abrieron justo que hay recesión” ¿Eso le parece buena onda?
- Buenísima. Todo el mundo se lleno de optimismo.
- ¿Optimismo? Casi tienen que cerrar la pizzería de las cargadas e insultos que recibían.
- No se preocupe. No nos van a amedrentar. Es la oposición alocada que se dio cuenta de que con Mauricio Buena Onda no nos para nadie.
- ¿No me diga que el presidente va a decir frases así todos los días?
- Los genios son así. Su producción es imparable. Una auténtica diarrea de ideas y buena onda.
- Es necesario…
- Le voy a dar una exclusiva. Anote. Hoy le escribió un Whatsapp a Guillermo, a poco más de 24 horas del partido con Cruzeiro.
- ¿Y qué le dijo?
- Clasificamos justo que nos van a romper el tuje.
- Burdo.
- Y habló por teléfono con un metalúrgico desocupado de González Catán…
- ¿No será obsesivo-compulsivo el presidente con esto de las llamadas por teléfono?
- Te quedaste sin laburo justo ahora que sube la desocupación, le dijo.
- …
- No se imagina lo manija que se puso el tipo.
- No es para menos.
- Hace mucho que no lo veía así a Mauricio, tan entusiasmado.
- ¿Si?
- Como será la cosa que prefirió no dormir la siesta y seguir llamando.
- ¿Y?
- Habló con una señora que siempre iba al supermercado y nunca conseguía un changuito.
- ¿Me está cargando?
- Jamás. Nosotros a los argentinos les decimos siempre la verdad.
- ¿Y qué pasó?
- Le dijo hola, soy Mauricio. Conseguiste un changuito ahora que no se puede comprar nada.
- La mujer habrá pensado que la llamaba Tangalanga.
- No subestime a nuestro pueblo.
- ¿Le respondió?
- Obvio. Gracias, presidente, gracias, alcanzó a decir antes de ponerse a llorar. No podía parar…
- Y claro...
- Figúrese. Doce años sin conseguir un chango y ahora se pavonea como si anduviera por la Quinta Avenida.
- Pero así la gente se va a enojar todavía más.
- Al contrario. Es una gran motivación, un empujón, un salto al vacío para empezar a cambiar las cosas.
- ¿En qué sentido?
- En el que usted le quiera dar.
- Lo del salto al vacío, le digo.
- Usted diga lo que quiera, que con Mauricio Buena Onda nada se pierde, todo se transforma.