Columnistas // 2018-08-19
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La Argentina es bella
A diferencia de la ficción, cuando en la vida real se construye un discurso hegemónico basado en el engaño las consecuencias sociales son devastadoras. Ser conscientes de esto parece ser el problema dice Noam Chomsky, quien escribió acerca de las estrategias de manipulación mediática.


 Hace unos días un amigo comentó “estoy cansado de todo esto, parece ‘La vida es bella’”.Esa película, estrenada en 1997, narra la historia de Guido un ciudadano italiano de origen judío y su hijo Josué víctimas en un campo de concentración nazi.

Guido mediante la imaginación le hará creer a su hijo que todo el horror por el que están pasando no es más que un juegoen el que deben ganar puntos para conseguir un tanque auténtico. A través de la fantasía tratará de convencerlo de que los guardias los tratan mal porque quieren el tanque para ellos, que el número cada vez menor de niños -que están siendo asesinados en las cámaras de gas- se debe a que están escondidos para ganar puntos; si llora, pide comida o quiere ver a su madre perderá y que debe seguir las reglas del ‘juego’ para obtener el deseado premio.

Ningún espectador podría disfrutar de esta película sin adherir a un pacto tácito: el dejar de lado la conciencia del engaño y la inconsistencia del relato histórico para centrarse en el desmedido esfuerzo y la ternura de ese padre por proteger a su pequeño. 

A diferencia de la ficción, cuando en la vida real se construye un discurso hegemónico basado en el engaño las consecuencias sociales son devastadoras. Ser conscientes de esto parece ser el problema dice Noam Chomsky, quien escribió acerca de las estrategias de manipulación mediática.

Tres de ellas resultan interesantes para pensar nuestra actual coyuntura: la estrategia de la distracción, mantener la atención del público lejos de los verdaderos problemas sociales; la autoculpabilidad, hacer creer al individuo que es responsable exclusivo de su desgracia por insuficiencia de sus capacidades o de sus esfuerzos y la del problema-solución, que consiste en crear el problema y luego ofrecer la solución de tal modo que sea la propia sociedad quien demande las medidas que se pensaban implementar.

 La mentira se consuma y nos hace dudar hasta de nuestra propia experiencia y percepción sobre lo que acontece; entonces la Argentina es bella.

En la Argentina es bella, ahora somos pobres porque antes fuimos ricos. Nuestro empobrecimiento actual se explica por el bienestar en el que hemos vivido anteriormente. Así pasamos del discurso oficial del “vamos a estar mejor” al “vivíamos demasiado bien”.  

En la Argentina es bella, la lluvia de inversiones que llegaría para regar y hacer crecer la economía se convirtió en una tormenta que obliga a recortar las jubilaciones, despedir trabajadores y desfinanciar la educación y la salud pública. ¿Por qué? Porque los y las argentinas hemos descuidado nuestra economía doméstica y así como derrochamos la luz y el gas también derrochamos expectativas: no todos pueden comer, no todos pueden estudiar, no todos pueden jubilarse.

En la Argentina es bella, Niky, Angelo y Franco son buenos muchachos corrompidos por la codicia del gobierno anterior con quien obtuvieron enormes ganancias ahora guardadas en el extranjero, porque este país - aún siendo gobernado por un familiar- no es confiable.

En la Argentina es bella, la gendarmería nacional no persiguió a Santiago Maldonado ni lo llevó a su muerte en el río Chubut, él se metió solo sin saber nadar e incluso su cuerpo después haber estado 70 días en el agua, salió intacto. Un misterio.

En la Argentina es bella se salvan ‘dos vidas’ si se deja morir en la clandestinidad a la mujer que intenta abortar.

Repensemos. No sabemos si Josué creyó en su totalidad la versión de los hechos que le ofreció su padre. Al fin y al cabo era un niño y su inocencia en gran medida seguramente ayudó a la fantasía. Pero aún así un destello de desconfianza asomó cada tanto ante el discurso de su progenitor y el contraste con lo veían sus ojos. La mentira siempre necesita algo de voluntad para ser creída.

La vida, al igual que la Argentina, probablemente sea bella pero por otras razones, no bajo la instalación y perpetuación del engaño. 


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