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Darío Villarruel, abogado penalista y periodista, analizó los principales puntos de la causa por supuesta asociación ilícita que surge de los cuadernos del chofer de Roberto Baratta, y consideró que “con lo que hay no alcanza para detener a nadie”; criticó la connivencia entre el Poder Judicial y el mediático, y se preguntó por qué la causa está en el juzgado de Claudio Bonadío, claro opositor a Cristina Kirchner.
“Estamos analizando el origen de toda esta investigación que parece rimbombante desde el punto de vista mediático, pero habrá que ver qué andamiaje tiene desde el punto de vista jurídico en cuanto a las pruebas”, indicó el periodista de C5N y de Radio 10.
Y agregó que “más allá de los cuadernos y de la presencia de un posible arrepentido, hay que corroborar cada una de las cosas que teóricamente este hombre escribió”, y aclaró que “teóricamente, porque todavía no hay una pericia de cuándo fueron escritos los cuadernos, con qué tipo de lapicera; y habrá que ver si están los originales y ver en qué circunstancias los escribió”.
Villarruel consideró que “no basta con el relato de lo que pudo él haber visto o eventualmente participado”, es necesario “encontrar el dinero, los bolsos, otros testigos” porque lo que se dice “no está corroborado, desde el punto de vista jurídico, con elementos de prueba que puedan responsabilizar a algunas personas”.
“Con lo que hay no alcanza para detener a nadie”, opinó en diálogo con Va Con Firma sobre la situación de los 13 detenidos en la causa y destacó que “no estamos hablando de delitos in fragancia, ocurridos en este momento, estamos hablando de hechos presuntamente ocurridos en los últimos diez años”.
El problema es que “hay que determinar qué pasa con las personas que están detenidas” porque “la doctrina Irurzun hablaba de que detenían a un funcionario por el poder residual” que podía ejercer sobre la causa, pero “ahora hay empresarios detenidos”.
Villarruel se preguntó “qué poder residual tienen los empresarios para tenerlos detenidos” y consideró que “pueden haber sido responsables de un delito, de lavado, de cohecho o de asociación ilícita, pero no deben estar presos en estos momentos porque las personas gozan de presunción de inocencia hasta tanto haya una sentencia que determine que son culpables”.
“Para los empresarios no hay tal doctrina Irurzun; no resiste ni el más mínimo análisis, hoy en la justicia están pasando muchas cuestiones que tienen muy poco que ver con lo jurídico”, remató.
La causa por enriquecimiento ilícito que tiene a trece empresarios contratistas del Estado detenidos por supuestas coimas en la obra pública durante el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner se basa en las anotaciones en varios cuadernos de Oscar Centeno cuando era chofer de Roberto Baratta, ex número dos de Julio De Vido, quien declaró como arrepentido en la causa.
Un periodista de La Nación recibió los cuadernos donde Centeno relata los aparentes viajes con bolsos de dinero de distintos funcionarios a la Casa Rosada, la quinta de Olivos y el domicilio particular de los ex presidentes, y los llevó a la justicia para que los investiguen.
Consultado sobre los tiempos de los medios de comunicación, que ya hablan de corrupción K y la demora del Poder Judicial en emitir una condena; sostuvo “que el tema mediático no lo puede manejar el Poder Judicial”.
“Lo que pasa que acá hay una yunta y están trabajando juntos el Poder Judicial y el poder mediático, de hecho la investigación entre comillas, nació en un medio gráfico como es La Nación, quienes llevaron los cuadernos llamativamente a Claudio Bonadio, cuando Baratta y otros personajes que aparecen ahí tienen un montón de causas en otros juzgados; y algunas ya están en un tribunal oral para ir a juicio, como la causa de la obra pública”.
Como ejemplo de los tiempos judiciales indicó que si “esto camina y va para adelante”, la causa de este hecho “va a llegar a juicio oral y público en 2025”, porque “esto recién comienza”.
Bonadio y la causa
“Los medios no se preguntan por qué le llegó a Bonadio”, señaló Villarruel y describió que en noviembre de 2017 “la ex esposa de Centeno llamativamente se presentó espontáneamente en el juzgado de Bonadio” y contó que sabía “que Baratta tenía algunos bienes” y que lo vio llevando bolsos; y “Bonadio allanó la casa de Centeno y Baratta, y sacó fotocopias del expediente para que lo investigue otro juez, como debe hacerse; y hay una causa en el juzgado de Sergio Torres contra Baratta y Centeno por enriquecimiento ilícito”.
Para el abogado “la pregunta es por qué cuando alguien de La Nación le llevó el tema de los cuadernos no hizo lo mismo; sacó fotocopias o envió el expediente a sorteo de la cámara”.
Villarruel consideró que “el paso previo de por qué la causa la tiene Bonadio es bastante sospechoso” y agregó que “en derecho hay una teoría que se llama el fruto del árbol podrido” que implica que “cuando todo nace mal, en un país normal, la nulidad es lo que corresponde; más allá de la veracidad de los hechos que se puedan investigar”.