La ocupación del Instituto tuvo lugar alrededor de las 14:00 hs, cuando unos 50 manifestantes, entre diputados nacionales (Itai Hagman, Natalia Zaracho) y legisladores provinciales, ingresaron al edificio —ex sede del Instituto y patrimonio histórico nacional— a través del local “Un café con Perón”. Desde balcones colgaron banderas con consignas como: “Si no podés elegir, no hay democracia” y “Defendamos nuestra historia” 
Según fuentes policiales, el operativo incluyó agentes de la Policía Federal y de la Ciudad, quienes actuaron con gases irritantes y empujones. Grabois fue detenido en la vereda, junto a otros activistas, en un procedimiento que provocó forcejeos y la posterior remoción del grupo del interior del instituto 

La detención de Grabois se prolongó por más de doce horas en la Superintendencia de Investigaciones Federales, en Villa Riachuelo, sin que se le imputara cargo específico, según su entorno: "No tengo una imputación específica, fue una permanencia pacífica" Además, su abogado denunció condiciones “inhumanas” en el lugar recluido .

Fue liberado a primera hora del domingo y, en conferencia, criticó duramente la acción del gobierno al acusarlo de borrar la historia del peronismo: “Se llevaron el archivo, destruyeron absolutamente todo y pusieron una bolsa mortuoria” 
 

Repudio y defensa oficial

Miles de simpatizantes se convocaron frente a la comisaría para exigir su liberación, acompañados por legisladores del peronismo, dirigentes de La Cámpora y periodistas. El Partido Justicialista denunció que la detención fue “sin orden judicial” y reclamó su inmediata liberación.

En contrapartida, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que la detención fue una respuesta legítima ante la “usurpación violenta” de un edificio público clausurado por el Gobierno, reafirmando que “el que usurpa, pierde”. Asimismo, el jefe de la Policía Federal confirmó que la orden de detención provino del presidente Milei y de la ministra Bullrich.

La detención de Juan Grabois por la ocupación del Instituto Perón elevó la confrontación política a un nuevo nivel. Su arresto y rápida liberación consolidan su figura como referente opositor, y deja en evidencia la estrategia del Gobierno de Milei de “mano dura” frente a lo que considera usurpación de bienes públicos. Las próximas semanas serán claves: ¿habrá respuesta legal del peronismo? ¿El Estado continuará clausurando espacios simbólicos sin mediación judicial?