Columnistas // 2018-07-29
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Reflexiones sobre la actualidad económica
Macri dijo que los contratos con Invap eran de la época “de la magia”. No es así, no era cosa mágica sino de asignación de recursos: en lugar de quitar retenciones a las importaciones al agro pampeano y la minería y de bajar impuestos a la riqueza, hubo presupuesto para ciencia y técnica, y las universidades no amenazaban con cerrar en el segundo cuatrimestre.


1) El presidente Macri ha dicho en el cierre de la reunión de ministros de finanzas del G-20 realizada en Buenos Aires que la “tormenta” económica ya pasó y que vamos a crecer a partir del año 2019. Es el mismo crecimiento que se prometió para el segundo semestre del 2016 y que se postergó hasta “el año que viene”, postergación que sigue vigente. No explica cómo va a ocurrir el milagro, único en el mundo, que con una política de duro ajuste se logra crecer. Ni tampoco dice por qué, luego de tantas promesas fallidas, esta vez sí hay que creerlo.

2) En esa misma oportunidad dijo que su gobierno “se enfoca en reducir la pobreza, generar prosperidad y profundizar nuestra inserción global”. Mientras tanto el FMI impone un duro ajuste del gasto público. Se sabe perfectamente, y hay sobra experiencia histórica sobre ello, que la relación causal es la siguiente:

Ajuste del gasto público ? disminución del producto (por el “efecto multiplicador del gasto”) ? cierre de empresas y aumento de la desocupación ? Aumento de la pobreza ? Menor ingreso por impuestos ? Más ajuste del gasto ? …

Con palabras lindas y (quizá) buenas intenciones no se puede tapar la realidad. Y lo que consigue es desvalorizar la palabra presidencial.

3) La inflación es uno de los grandes problemas sin solucionar por el actual gobierno, a pesar que había dicho durante la campaña electoral que “Lo más fácil que tenemos por resolver es la inflación”. A principios del 2016 anunció las metas de inflación para los primeros tres años de su gobierno: 20 a 25% en 2016, 12 al 17% en 2017 y, para este año 3,5 a 6,5%. En el primer año la inflación real superó el 40%, en 2017 llegó al 25%. Sobre la marcha (diciembre 2017) se cambiaron las metas para este año: del 8 al 12%. Para mitad de año esa cifra ya se había superado, por lo que se anunció que “no hay metas”. Como dijo el exsecretario de finanzas Guillermo Nielsen, en este tema “no pegan una”.

4) A pesar de la declaración de que “no hay metas para la inflación”, con el Fondo Monetario se comprometieron a que la inflación de este año será inferior al 32% anual. El expresidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, analizó las series históricas de precios y tipo de cambio para la Argentina y llegó a la conclusión que la devaluación del peso se traslada en un 70% al nivel de precios finales. En 6 meses y 23 días el dólar aumentó el 51,7% (pasó de $ 18,65 a $ 28,30), por lo que es de esperar, por la sola influencia del dólar, una suba en los precios promedio del 36,2%. Y ya se anuncian nuevos aumentos de tarifas de servicios, que forman parte de los costos de las empresas, y es muy difícil que, con esta inflación, no haya ajuste de salarios. En resumen, la inflación esperada para este año es de alrededor del 40%. Tampoco aquí “la pegaron”.

5) No se va cumplir la pauta establecida por el FMI para la inflación. Y es muy difícil que se consiga reducir el déficit fiscal primario a los niveles comprometidos (2,7% del PBI este año, 1,3% en 1919 para llegar al equilibrio en 2020 y superávit del 0,5% en el 2021). En particular, es casi imposible que las provincias cumplan con una reducción de sus gastos del orden de los 100 mil millones de pesos (ya el gobernador del Chubut, que tiene su provincia socialmente casi incendiada, está avisando que “con él no cuenten”). Sería importante, para ir ganando tiempo, que el gobierno prepare el informe para el FMI explicando porque no pudo cumplir con las pautas comprometidas y pidiendo “perdón”. Aunque ya sabemos la respuesta a recibir: más ajuste.

6) En la conferencia de prensa del día 18 de julio el presidente dijo que “generamos 700.000 puestos de trabajo”. Según el Ministerio de Trabajo la ocupación laboral (trabajos registrados) entre diciembre del 2015 y marzo de 2018 creció el 2,8%, cifra equivalente a la del crecimiento vegetativo de la población en ese período. Serían unos 566.000 puestos de trabajo, por lo que es probable que el presidente calcule en unos 133.000 los trabajos informales creados. Es probable que no haya tenido en cuenta las bajas laborales, ya que la Encuesta Permanente de Hogares registra una desocupación en alza, para llegar al 9,1%. Y a esa fecha no se había intensificado la ola de despidos desatada tanto en el área pública como privada.

De todas formas, lo que la información oficial incorpora como “aumento de ocupación” incluye el monotributo social (en el período creció el 19,8%), el monotributo (7,6%), que en gran medida corresponde a despedidos por el sector industrial que encaran “changas” y trabajos por su cuenta, y los asalariados en casas particulares (7,3%), en parte trabajadores con antigüedad que fueron regularizados en el período. Mientras disminuyeron las actividades productivas, como la industria. Es decir, estamos cambiando trabajo de calidad por trabajos de menor productividad o de carácter precario (como es el monotributo social).

7) El presidente dijo en Bariloche que no había plata para Invap y que los contratos eran de la época “de la magia”. No es así, no era cosa mágica sino de asignación de recursos: en lugar de quitar retenciones a las importaciones al agro pampeano y la minería y de bajar impuestos a la riqueza, hubo presupuesto para el desarrollo de la ciencia y la técnica mientras que las universidades no amenazaban con cerrar sus puertas en el segundo cuatrimestre. Había plata para el futuro de los argentinos.

8) Cuando uno escucha o lee las conferencias de prensa o los informes ante el Congreso de los funcionarios de gobierno no puede menos que recordar al consejo que dio Durán Barba a los entonces candidatos de “Cambiemos”: que no toquen temas económicos o conflictivos y que si les preguntan contesten con evasivas o con vagas promesas sobre el bienestar futuro. El consejo funcionó para la campaña electoral, pero mantenerlo luego de dos años y medio de gobierno es tomarnos por zonzos a todos los argentinos. Por eso es importante que cada uno de nosotros analice la realidad y saque sus propias consecuencias. Porque, como dice Arturo Jauretche, “cuando el zonzo analiza la zoncera deja de ser zonzo”.

9) Joan Robinson es la más importante de las economistas mujeres. En una oportunidad dijo que es importante estudiar economía para evitar que los economistas lo engañen a uno; hoy, si viviera y visitara Argentina, posiblemente completaría su pensamiento “… para evitar que los CEOS del gobierno y los economistas neoliberales lo engañen a uno”.


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