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México celebra hoy sus elecciones para decidir quién ocupará el ejecutivo nacional y renovar las bancas del Congreso. En estas elecciones se pondrán en juego 3326 cargos repartidos en el ámbito federal, estadual -con 9 gobernaciones- y local en 30 distritos.
Estas elecciones se realizan en un contexto histórico marcado por casi un cuarto de siglo de política neoliberal cuyo punto de partida oficial fue la firma, en 1994, del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte (Tlcan). Y en este sentido, México tal vez sea el caso mas interesante para evaluar cuál ha sido el impacto de las políticas de globalización y flexibilización que el nuevo mundo prometido por la utopía neoliberal trajo consigo para poner fin a los desarrollismos, intervencionismos, populismos y otros.
En términos generales el crecimiento económico de México durante el llamado "desarrollo estabilizador" (1954-1976) fue superior al 6% promedio anual, mientras que después de 1990 hasta la actualidad promedió en un 2.36% .
La contra reforma agraria llevada a cabo por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y continuada por sus sucesores, acabó con el marco legal que protegía la propiedad colectiva de la tierra y avanzó sobre las tierras productivas. Resultado de esto, para el año 2013 se habían perdido 2 millones de empleos agropecuarios y el 80% de los principales productos de agroexportación y algunas industrias derivadas como la elaboración de tequila, cerveza y otras quedaron en manos de empresas extranjeras. Por su parte la quita de subsidios a los productos agrarios se tradujo en la caída de los precios reales entre un 40 y 70 %, desestimulándose la producción de bienes básicos como el maíz, que en la actualidad llega a importarse desde los Estados Unidos.
Respecto a la producción industrial, desde la firma del acuerdo varias ramas que antes habían logrado cierto crecimiento fueron perjudicadas: plástico, textil, vestimenta, calzado juguetes, duces y refrescos son señaladas como las más expuestas por la apertura de las importaciones, llegando a reportarse en el año 2014 un déficit comercial de 101.000 millones de dólares.
De los 52 millones de trabajadores que residen en México, el 62% no cuenta con acceso a instituciones de salud ni seguridad social y el 42 % tiene un ingreso equivalente a un salario mínimo. Aún así, este porcentaje de personas que trabajan quedan en la línea de pobreza ya que ese ingreso no alcanza a cubrir la canasta básica. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía se estima que hay 14.3 millones más de mexicanos que viven en la pobreza que cuando se firmó el Tlcan. Una de las consecuencias más dramáticas de esta situación es la migración forzosa -se calcula alrededor de 280 mil personas por año- a los Estados Unidos donde son criminalizados, explotados cuando no asesinados.
En el 2017 México, según la Cepal, acumulaba la mayor deuda externa de los países de la región y de acuerdo a las proyecciones de la Secretaria de Hacienda de cada 100 dólares que ingresan, 78 se canalizan a la Bolsa Mexicana de Valores o al mercado de la deuda y sólo 22 a actividades productivas.
Difícilmente pueda evaluarse como exitosa la experiencia de 24 años de neoliberalismo en la nación mexicana. Esto debiera ser tenido en cuenta al menos como espejo del futuro en cual mirarse, si es que se insiste en políticas similares como sucede hoy en la Argentina.
El mundo conoció la firma del Tlcan por la voz contrahegemónica del sudeste mexicano cuando desde Chiapas se dijo “Ya basta”. Sin embargo, la resonancia del Zapatismo (EZLN) ha sido discontinua frente a la persistente política seguida por los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Ricardo Peña Nieto.
Los sondeos para estas elecciones indican como favorito al candidato Andrés Manuel López Obrador, en un marco de campaña electoral violenta que se ha cobrado la vida de miles de personas. ¿Será una opción de cambio? Habrá que verlo.