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La frase “¡Es la economía, estúpido!” dicha por Bill Clinton en 1992, durante la campaña electoral contra George Busch, se ha convertido en un clásico de la literatura política contemporánea. Parafraseando la misma podríamos decir a los responsables de la política económica argentina: “¡Es la restricción externa, estúpidos!”.
Es que la situación económica actual, con la reciente crisis cambiaria que está lejos de haberse superado (solo se logró, con un alto costo, un alivio temporal por unos 30 días), tiene su origen en el abultado déficit externo, es decir, en el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. La apertura indiscriminada del comercio llevó a una lluvia de importaciones sin que se modificaran sensiblemente las exportaciones: en el 2017 el déficit comercial fue de 5.500 millones de dólares, a lo que hay que sumar los servicios (fletes, seguros), el turismo, y el pago al exterior de intereses y ganancias de empresas extranjeras, todo lo cual llevó a un déficit final del año pasado de 31.500 millones de dólares, que representa el 4,8% del PBI, similar al de 1998 en el proceso que culminó con la crisis del 2001.
Esta nota está acompañada por una cronología de las principales medidas económicas que llevaron a la actual situación. (Ver aparte, al final de este texto).
Al déficit externo hay que cubrirlo básicamente con deuda, ya que inversiones productivas de capital extranjero prácticamente no han venido (las que se hicieron son menores a las que se registraban hasta el 2015). Los capitales que entraron fueron especulativos y a corto plazo, que se convirtieron en pesos para participar de la “bicicleta financiera” generada por los altos intereses de las Letras del Banco Central (Lebac), cuyo monto actual es de 1 billón 300 mil millones de pesos con vencimiento a corto plazo. Una verdadera bomba de tiempo.
El problema es el déficit externo y no el déficit fiscal, sobre el que tanto machacan desde el gobierno y al cual prometen dominar con mayor ajuste del gasto, política que nos llevará a profundizar la recesión económica con inflación y a aumentar la desocupación laboral.
Que el FMI coincida con este último diagnóstico no es extraño, ya que es una especie de auditor de los acreedores financieros, y busca que los países deudores logren un superávit primario que le permita cumplir con el pago de los intereses de las obligaciones tomadas con el capital financiero.
La receta que impone el Fondo es más apertura económica; ajuste del gasto estatal, incluyendo sueldos y jubilaciones; privatizaciones de las empresas públicas; desregulación de las relaciones laborales y de la actividad económica. Todo lo que significa agravar las causas que llevaron a la actual crisis.
Cronología del desastre 2015: -(En diciembre de ese año, días después de asumir el nuevo gobierno) Presentado como “Eliminación del cepo”, se incrementó la cantidad máxima de dólares que se pueden comprar libremente. -Eliminación del encaje obligatorio para los capitales financieros especulativos y reducción del plazo mínimo de permanencia a 120 días 2016: -Exigencia para los exportadores de ingresar los dólares de sus exportaciones: en abril el plazo fue llevado de 30 a 180 días; en agosto el plazo se extendió a los cinco años. -Alta tasa de interés para los Lebac (letras del Banco Central) para facilitar la “bicicleta financiera”: 38% después de la devaluación del peso. Cerró al 24,75% anual. -Formación de activos externos durante el año: 9.807 millones de dólares 2017: -En noviembre se eliminó toda obligación para los exportadores de liquidar el producto de sus ventas. -Eliminación de todo plazo de permanencia mínima para el ingreso de capitales especulativos. -Desde el 1° de enero no hay límites para la compra de divisas -Continuó la alta tasa de interés de los Lebac: Cerró al 28,76% -Formación de activos externos en el año: 22.248 millones de dólares (300% mayor que en el año anterior). -Las importaciones superaron a las exportaciones en 8.741 millones de dólares, mientras que el saldo del turismo es negativo en 10.457 millones. El déficit final fue de 31.500 millones. 2018: -Formación de activos externos en el 1° trimestre: 6931 millones de dólares; anualizado seria 25.724 millones (suba del 16% respecto al año anterior). -“Corrida cambiaria” en mayo. Su costo fue la “desaparición” de más de 9 mil millones de dólares de las reservas, una tasa de interés de los Lebac de aproximadamente 40% y una tasa de interés por bonos en dólares (BOTE) del 15,5% anual, aproximadamente el doble que la tasa que pagaban los bonos de deuda en dólares y 4 veces la tasa por deuda en moneda extranjera que pagan Perú, Colombia, Chile o México. -El 19 de junio vencen Lebac por otros 630 mil millones de pesos. Hay vencimiento en los meses siguientes. -La proyección para el año es de un déficit en cuenta corriente de 38 mil millones de dólares. |