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“La iniciativa de provocar un cambio radical en el modelo de gestión económica, como fue impuesto a partir de 2015 hasta la fecha, deja en claro que su estabilidad descansa casi excluyentemente en la provisión de recursos provenientes del exterior en moneda extranjera como endeudamiento compulsivo, antes que - como ocurrió en varios períodos históricos - combinar ese financiamiento con recursos locales y en proporción menor con endeudamiento externo”, aseguró el informe al que accedió VCF.
Es que en los dos primeros años del gobierno de Macri, las emisiones de deuda en moneda local y extranjera llegaron a 121.588 millones de dólares. A diciembre del 2017 se había emitido deuda por 74.563 millones de dólares, sumado a los 47.025 millones ya emitidos en 2016.
Del total de deuda emitida en los dos años de gestión de Cambiemos, sólo el Tesoro Nacional es responsable de 98.185 millones de dólares, es decir, un 81% de las emisiones totales, donde el 67% son emisiones nacionales en moneda extranjera. El resto son emisiones que corresponden a 13 provincias y 44 empresas.
Por otro lado, se calcula que 84 de cada 100 dólares fueron destinados para abastecer la fuga de capitales, financiar dividendos de las firmas extranjeras, cubrir la demanda de dólares para turismo y cancelar los vencimientos de deuda. “Este esquema evidencia el desinterés del gobierno por promover el desarrollo que favorezca a la producción y los sectores populares al estar dispuesto a entregar esa cantidad de dólares que se destinan a financiar la fuga a costa de poner una carga de endeudamiento cada vez más difícil de soportar”, sostuvo el informe.
En su primera actividad oficial del 2018 Macri aceptó el alto nivel de endeudamiento externo y aseguró: “No queremos seguir tomando deuda y obligar a nuestros hijos y nietos a pagarla”. Sin embargo, a menos de 48 horas de esta aseveración, el gobierno emitió deuda por 9.000 millones de dólares más.
De acuerdo al informe, este año, además de las necesidades de financiamiento que requiere el creciente déficit de cuenta corriente y la fuga de divisas, el actual gobierno necesita hacerse de las divisas necesarias para financiar vencimientos en 2018 de capital e interés de deuda por 32.292 millones de dólares. Por su parte, el sector provincial y corporativo deberán obtener divisas por 2.004 millones para enfrentar los vencimientos de deuda que les corresponde pasa ese año.
Por otro lado, otra de las críticas que se le hace al modelo económico de la actual gestión es que no ha podido controlar la inflación. El índice que se prevé para el 2018 es de un 15%, luego del cambio anunciado en la meta impuesta para este año. El diputado nacional y ex ministro de Economía, Axel Kicillof, alertó: “En el 2018 puede bajar la inflación, pero a costa de subir la pobreza”.
En este sentido, el Observatorio de la Deuda Externa advirtió que el modelo económico de Mauricio Macri no es sostenible en el tiempo, ya que “el financiamiento externo no se ha destinado a generar cambios sobre la estructura productiva que permitan una generación de divisas a través de la economía real, sino a financiar la fiesta que genera la enorme bicicleta financiera que el gobierno nacional ha creado”.
“El alto grado de insostenibilidad propio de este modelo deja a la Argentina en una situación de extrema vulnerabilidad ante un revés en las condiciones de financiamiento en los mercados internacionales. Cabe resaltar que además un desajuste que afecte el sector externo tendrá inevitablemente un impacto en el tipo de cambio y, dada la estructura económica y distributiva diseñada por la actual gestión, terminará impactando de manera más severa sobre los sectores populares”, concluyó el estudio del Observatorio de la Deuda Externa.