_

mbiciosas construcciones se despliegan en Londres, nuevos edificios inteligentes, rehabilitación de los antiguos, hoteles para ejecutivos, centros comerciales, cines y buenas conexiones con el resto de la ciudad, demostrando un gran poderío y solidez del sistema.
Conviven con la magnificencia y esplendor de sus imponentes edificios, monumentos a las gestas y héroes militares, maravillosos parques y todo lo que evidencia el carácter imperial de esta gran metrópoli.
Pero el futuro incierto por la salida de la Unión Europea y la crisis política después de la perdida de la mayoría parlamentaria en las elecciones de junio genera grandes temores.
Dos de los aspectos que más incertidumbre presentan son los derechos de los europeos que viven y trabajan en el Reino Unido y el costo financiero de la salida que deberán afrontar, que podría alcanzar hasta los 100.000 millones de euros y la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Grandes divisiones entre partidarios de la permanencia en la Unión Europea y eurófobos impiden el avance de las negociaciones que se iniciaron oficialmente en marzo. Ya son muchas las personas en distintos niveles que manifiestan la sensación de haberse equivocado con el voto a favor del Brexit, en muchos casos alimentado por posiciones retrogradas y xenófobas.
Mientras tanto un abigarrado espectro étnico y cultural invade sus calles transmitiendo una sensación de una inmensa Babel que se enfrenta a un Brexit que amenaza ser un gran desastre colectivo.