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La marca de la gorra. El título del artículo hace referencia al círculo que dibujó el gobierno provincial respecto de la explosiva situación planteada con los sindicatos estatales.
La semana comenzó con la profundización del conflicto del gobierno provincial con casi todos los gremios del sector público centrado especialmente, por sus implicancias sociales, en los educativos: SUTE y SADOP. La bronca acumulada luego de una semana muy agitada se tradujo en altísima adhesión al paro decidido por las bases docentes, que era una duda planteada luego de la contundente aceptación de la medida de fuerza previa. Tuvo su corolario con otra multitudinaria marcha. Fueron acompañados por otros sindicatos estatales (ATE, Casinos, Judiciales) junto a las centrales CGT y CTA. En el medio, intentos bochornosos de intimidación enviando a la policía a las escuelas. “Cuando hay paro constatamos que los trabajadores que están en las escuelas no tengan problemas. Son controles de rutina, el policía se presenta y entrevista al docente responsable”, fue la explicación del gobierno ante semejante desatino. Una práctica propia de épocas dictatoriales que se creían olvidadas en la provincia.
Esta segunda semana de conflicto explícito dejó al gobierno exhausto y sin respuestas luego de practicar políticas represivas inspiradas en un cornejismo sobreactuado que no le resultó demasiado efectivo. Esto y conocer la pauta inflacionaria de julio (7%) determinó un aparente cambio de rumbo, convocando el sábado a la mesa de negociación paritaria. Ya no es sostenible esgrimir el 44% acumulado en base a diciembre de 2021, con una buena parte del salario fuera de los ítems remunerativos. Antes habían advertido que era la última oferta y que el diálogo se cerraba de un portazo, decreto mediante. En el aparente giro de postura tuvo que ver las críticas que recibió de algunos sectores que integran el oficialismo, especialmente el PRO conducido por Omar De Marchi, que aprovechó para llevar agua para su molino. Ahora Suárez pide la sensatez que no tuvo al encarcelar a dirigentes gremiales y al mandar a la policía a las escuelas.
Los gremios nucleados en el Frente Estatal que encabeza ATE y el SUTE ya rechazaron la oferta salarial ofrecida anteriormente, por lo que se entiende que la nueva propuesta deberá ser superadora. En cambio, sí habían acordado los profesionales de la salud (Ampros), Contaduría General, Tesorería General, Fiscalía de Estado y Dirección Provincial de Vialidad, los trabajadores del Fondo para la Transformación y Crecimiento, Subsecretaría de Trabajo y Empleo, Tribunal de Cuentas, y Parque.
Incoherencia Unitaria. Mientras, en el Senado Nacional se aprobó El proyecto de Consenso Fiscal firmado por el presidente Fernández y 20 gobernadores en diciembre pasado, entre otros Rodolfo Suarez. Falta ahora ser ratificado en Diputados.
Llamó la atención que la única abstención fuera la de Alfredo Cornejo, contradiciendo el acuerdo que había suscripto su propio gobernador. Siempre refractario a todo lo que sea establecer relaciones positivas con la nación, mostró la hilacha. No dejó pasar la incoherencia Oscar Parrilli, quien comparó el Consenso Fiscal con los que se hacían en años del macrismo, definiéndolos como "unitarios", porque les imponían a las provincias las condiciones que debían seguir. "Se les decía que debían bajar impuestos, debían bajar los ingresos y por la ventanilla del costado se les daba una tarjetita para que vayan a ver operadores de deuda y así endeudaron a muchísimas provincias en dólares a causa de esa baja de impuestos". Una historia conocida por estas tierras, ya que Mendoza viene arrastrando una importante deuda en dólares desde aquellos tiempos.
Parrilli los diferenció del pacto fiscal del actual gobierno, que según les da la potestad a los gobernadores, “ya que son los que en definitiva van a definir si aumentan o no las tasas de impuestos, a qué sector aumentan y a cuál les reducen".
Los primeros pasos del superministro. Sergio Massa logró superar una de las primeras pruebas a que fue sometido como flamante superministro. El megavencimiento de títulos, cuya cancelación estaba pactada concretarse entre agosto y octubre, logró posponerse ahora hasta setiembre del 2023. El canje voluntario de la multimillonaria deuda en pesos, logró un nivel de adhesión del 85% de los tenedores. Quienes aceptaron la nueva propuesta recibieron a cambio, activos (bonos duales) que se cancelarán el próximo año, de acuerdo a la inflación o a la evolución del tipo de cambio. "Despejar los vencimientos nos posibilita trabajar de manera más ordenada sobre los recursos y gastos que tenemos para administrar las cuentas públicas, además de dar certidumbre a la economía doméstica”, festejo Massa, sabiendo que esta es una señal de confianza del mercado sobre la estrategia de seguir descomprimiendo la deuda de corto plazo, la que igualmente deberá ser cancelada el año que viene a un costo mayor.
Este también fue el mensaje bajado a los funcionarios en la reunión de gabinete de la que participó el presidente Alberto Fernández. En ese encuentro se comunicó que, si bien se van a respetar las cuotas presupuestarias, también se trabajó para fijar topes a los gastos de cada una de las reparticiones para alcanzar la meta del 2,5% para el 2022 según lo pautado con el FMI. La reducción a los subsidios a la energía, el congelamiento de la planta de empleados públicos y la eliminación de préstamos con emisión al Banco Central solicitados para financiar al tesoro, son parte de las medidas adoptadas también por Massa para reducir el déficit y moderar el impacto inflacionario.
Como ya se señaló en el Panorama anterior, el compromiso del nuevo hombre fuerte del gobierno no seguir pidiendo prestamos al Banco Central para gastos corrientes del Estado y recurrir ahora, para financiarse, a los recursos provenientes de la recaudación y lo “ que podamos conseguir del sector privado". Esta es otra fuerte señal del gobierno de ir conteniendo la inflación a través de una política monetaria más restrictiva. Sin embargo, el presidente Alberto Fernández afirmó que, seguirán siendo prioridad de su gestión la inversión en obra pública, vivienda, salud educación, ciencia y tecnología.
La relación con las cuatro entidades que forman la Mesa de Enlace también transita por un buen clima. Luego de una primera reunión, los dirigentes ruralistas resaltaron la importancia de sentarse a conversar con el gobierno sin dejar de insistir en los planteos que vienen haciendo. Massa busca desesperadamente los dólares que atesoran los exportadores del campo (hoy retenidos a la espera de una devaluación) para reforzar las alicaídas reservas del Banco Central, mientras que los ruralistas insisten en que el gobierno elimine la brecha cambiaria, es decir, la diferencia entre el valor oficial del dólar y el informal, ya que “Para nosotros funciona como una retención encubierta, porque vendemos al dólar oficial y los insumos tenemos que pagarlos a un valor muy similar al 'blue'", argumentaron. Crear credibilidad y confianza es el objetivo del gobierno. La experiencia de los últimos años enseña que, ni con su socio Macri, la “gente del campo” logró un dialogo productivo. Pero en política siempre existe una nueva posibilidad.
La inflación de Julio alcanzó un 7,4%, un índice que revela por sí mismo las enormes dificultades políticas y económicas que atraviesa la Argentina. Con este resultado se acumulan una variación de precios del 46,2% para los primeros siete meses del año. Más alarmante aún resulta el hecho que son los alimentos el rubro que más empuja estos números de vértigo. Entre las múltiples causas que fogonearon este índice, sin dudas que la incertidumbre provocada por las disputas de poder dentro del Frente de Todos fueron un factor decisivo. Durante julio renunció Martín Guzmán y asumió Silvina Batakis, en medio de corridas cambiarias y masivas remarcaciones y a quien finalmente se le pide la renuncia para cederle su lugar a Sergio Massa. Una de las últimas medidas adoptadas por el Banco Central fue subir, de 60% a 69,5%, la tasa de interés anual para plazos fijos en un intento también por alentar el ahorro en pesos y bajar el índice inflacionario.
El objetivo del gobierno es que los salarios le ganen a la inflación. Un deseo loable pero que va a requerir medidas disruptivas, ya que la contracara del deterioro salarial es la acumulación y la concentración de la riqueza en pocas manos, especuladores financieros y supermercadistas entre otros. Como ya se ha repetido en este Panorama, lo que está en juego es cómo se distribuye la riqueza en nuestro país, ya que como dijo el premio nobel de economía Joseph Stiglitz, “Si la economía no sirve para la mayoría de los ciudadanos, ésta será una economía fallida”
Revuelo en la carpa de Juntos por el Cambio: En Juntos por el Cambio reapareció Elisa Carrió. Con su estilo sutil y respetuoso dejó una profusión de acusaciones contra sus socios del Pro y el radicalismo. Afirmó que en la alianza de derecha tiene que haber “reglas decentes” y que “no puede haber más negocios”. Como un elefante en un bazar, la ahora autodefinida “panrepublicana” (¿?), con la modestia que le es propia afirmó que “Macri y yo somos los líderes de Juntos por el Cambio, del Pro y la Coalición Cívica, que fuimos los que armamos”, ninguneando a Patricia Bullrich quien la acusó “dar un espectáculo degradante”.Y eso que no es fácil impresionar a Bullrich quien se mueve como pez en el agua en el submundo de la política y la corrupción. Lilita desparramó acusaciones contra sus socios, entre ellos el ex ministro Frigerio a quien acusó de querer poner a su amante en una lista de diputados nacionales: “Antes la caja de AySA era de Frigerio. Es cuando me puso una amante en una lista y yo les dije: ‘Señores, yo me bajo de la lista de la Capital si no me sacan a la amante de Frigerio’, que estaba como testaferro de Frigerio en AySA” dijo la chaqueña quien acompañó al gobierno de Macri apoyando el endeudamiento, el manoseo de la justicia y la persecución de opositores políticos y sociales entre otros desmanes. En la volteada cayeron también Monzó, Facundo Manes, “Coti” Nosiglia, “Chupete” Manzano, Daniel Vila y Cristián Ritondo. Sin embargo, y sin consideración por los métodos repugnantes que utiliza Carrió para hacer política, quien también apuntó a Rodríguez Larreta, al diputado Diego Santilli y Mauricio Macri , el PRO decidió poner paños fríos a la situación, en nombre de la unidad y de las aspiraciones electorales del 2023. Esto recién empieza y el sainete tendrá seguramente nuevos capítulos.