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José Pedro Castillo Terrone es un maestro rural de la zona de Cajamarca devenido en líder sindical, cuando en 2017 encabezó una huelga de 3 meses para reclamar por los salarios y eliminar las evaluaciones al desempeño laboral de los maestros. Ese hito constituiría su mayor fortaleza, según lo dicho por la docente Rosi Muñoz durante el séptimo encuentro del ciclo de conferencias “América Latina. Debates y Perspectivas” a fines de junio de este año. A lo que además agregó que los desafíos son desestabilizar el establishment.
Como presidente constitucional peruano a partir del 28 de julio del 2021 luego de haber competido en el ballotage con la líder Keiko Fujimori hija, del ex presidente y también condenado por el delito de lesa humanidad, en el marco una ardua disputa generada por falsas acusaciones de fraude que tras no habiendo podido comprobar estas se terminó por proclamar la ineludible victoria de Castillo en las elecciones como presidente.
Uno de los principales pilares de este tenaz mandatario será el de fortalecer la educación del país. Lo que se debe a que no solo como maestro sabe de las falencias educativas sino por la confianza que tiene en que es el único camino para forjar una patria justa y con sentido revolucionario.
Otro es el de propiciar la participación de las mujeres como un sector que históricamente ha quedado marginado de la historia tanto latinoamericana como universal. Si bien, en un principio se impulsará desde el sector público y político, se proyecta que en un futuro alcance al resto de los espacios de la vida. Tal muestra es la reunión de alcaldesas que tuvo lugar el pasado viernes como muestra de apoyo de dicho plan.
Sin embargo, el cambio de paradigma más llamativo es la de generar un gobierno de consenso abierto al diálogo permanente y a la unidad como única forma de alcanzar la prosperidad. Que todos los sectores participen en el mismo proyecto nacional pareciera ser el horizonte. El cambio debe ser “responsable” como expresó en junio de este año cuando los comicios arrojaron su victoria.
Otro hecho simbólico es el de romper con las practicas colonialistas. Según había trascendido, no gobernaría desde el tradicional edificio neobarroco “Casa de Pizarro” como forma de romper las viejas “ataduras” y “dominación” de los pueblos originarios y reivindicar a la naturaleza como una convivencia natural anterior a la invasión española. Recordemos que su nombre se debe a que el conquistador Francisco Pizarro mandó poner en 1535 los cimientos de su morada y para eso sometió al líder indígena Atahualpa en Cajamarca. Desde ese momento hasta ahora fue ocupada por los mandatarios que lo antecedieron. Caso similar fueron los del ex presidente “Pepe Mujica” y el actual presidente de México Manuel López Obrador quienes prefirieron lugares más sencillos. Está proyectado que ahí funcione el Ministerio de Cultura, el mismo que será el encargado de difundir sobre la historia indígena de aquel país.
La reforma constituyente, proceso similar al que está transitando actualmente Chile, tiene como fin la de incorporar al actual artículo 206 el referéndum, la reforma de la Constitución y la conformación de un Asamblea Constituyente, como mecanismos de participación ciudadana. Una de las mayores críticas contra la Constitución es que los menores de 46 años no han tenido la oportunidad de consensuar el modelo político y económico trazado por esta, el poder constituyente no debe venir sino del pueblo mismo. Se han instaurado instituciones que no representan los intereses de los sectores populares. No obstante, dicha asamblea deberá ser “plurinacional, popular y con paridad de género” es decir contar con la participación del sindicalismo, pueblos originarios, docentes, niños y mujeres. Se espera que pese a estar comprometida la mayoría necesaria, se vote a favor y que en dos años se pueda realizar el primer referéndum.
En el aspecto económico, el presidente peruano ha propuesto un nuevo modelo llamado “economía popular con mercados” que intenta repeler la dura realidad donde 3 de cada 10 personas viven en la pobreza y el 70% pertenecen al mercado informal, según datos arrojados por la BBC. Si bien esta modalidad respeta la iniciativa privada, se asienta en el componente redistributivo del Estado y su soberanía en los recursos naturales. Esa redistribución iría a parar a los micro empresarios de la ciudad y a los campesinos, como también al fortalecimiento del sector sanitario y educativo. Proyecto que fue implementado en su momento por los ex mandatarios Hugo Chávez y Rafael Correa. Su ministro Pedro Franke admitió congelar el salario mínimo con la razón de permitir que las empresas se puedan recuperar y ahí si las condiciones sean propicias para ello. Así mismo, se descarta la nacionalización de las mineras y el sistema previsional. En cambio, se implementarían aranceles al cobre y la agricultura en pos de proteger a la agricultura andina.
En cuanto a lo internacional, se condenó a los ataques blandos en el que ha sido blanco el país por medio de embargos, bloqueos y sanciones. En cambio, desde el nuevo gobierno la política exterior se proyecta “en el multilateralismo activo, el derecho internacional, la integración económica, el respeto a los derechos humanos, el principio de no intervención, la cooperación para el desarrollo y la protección del medio ambiente” según lo manifestado por el actual presidente.
Pese a las serias dificultades que debe sortear Castillo, no siendo “molinos de viento” sino los clásicos sectores terratenientes y funcionarios públicos afines a ellos, que conforman núcleos duros no sólo de oposición sino capaces de hacer todo en cuanto tengan a su alcance o no (que en ese caso no dudarán en apoyarse en sus aliados internacionales) para poder seguir dominando al pueblo y doblegándolo. Plan perfecto para perpetuar sus intereses a lo largo del tiempo.
Castillo cuenta y forma parte del resurgimiento de la Patria Grande. Es imprescindible el regionalismo y el impoluto respeto a las instituciones democráticas para que su presidencia sea lo suficientemente fuerte para poder llevar a cabo los cambios sociales, políticos, económicos, culturales y más que he mencionado brevemente en los párrafos anteriores. Y como siempre reconocer que el mismo es el único camino hacia la Justicia Social.