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Quizás magnificado desde los medios predominantes, los autodenominados libertarios expresan o exponen intenciones corporativas con crudeza (y con una suerte de frescura juvenil) con planteos verdaderamente oscuros, prepotentes, ultramontanos, totalitarios y atrasados. Para las corporaciones es la libertad plena, pero es su libertad. Pedir “libertad” o el “libre ejercicio de toda actividad lícita sin impedimentos” pasa a ser un maquillaje de planteos que realmente cuestionan derechos laborales y sociales, que también son conquistas de la libertad, pero que estos no son del agrado de los paladines libertarios. No quedan allí las objeciones, la democracia como el derecho al voto es también objetado ¿Habrían posibilidades de que los cuestionamientos apunten al sagrado derecho a la vida? Podría serlo bajo el marco de excusas del eficientismo, meritocracia, darwinismo social económico, en suma, una nueva versión totalitaria quizás con elegancia tecnológica, permitan instalar un fascismo “new age” clasista, discriminador, a veces racista, otras veces violento, que en algún momento plantearía “que sobra parte de la población” donde ya no habrían verborrágicas filosofías, sino un silencio insospechado como ya ocurrió en Europa.
Varias facetas de un fenómeno que se trata de una misma piedra
- La reiteración de opciones neoconservadoras exacerbadas al presente, que en los noventas dieron enorme impulso a corporaciones internacionales financieras, como el poder fáctico, lograron colocar a los estados como garantes de sus desequilibrios bajo el argumento de “asegurar la estabilidad cambiaria y las inversiones”. La consecuencia fue un feroz endeudamiento a la par de un proceso de desindustrialización y desempleo que hizo crisis a fines de 2001.
- El surgimiento de una intelectualidad afín a criterios de un supuesto eficientismo, una suerte de intelectualidad de la “meritocracia” que no se destaca por logros académicos, sino que prestan lenguaraces su intelecto para justificar filosóficamente que es necesario dejar las manos libres a las corporaciones internacionales en sus actividades, sus ganancias y, asimismo, reducir los costos de operación de las mismas (menores impuestos, menores salarios, menos restricciones ambientales, más beneficios, más subsidios y sobre todo divisas accesibles). Estos intelectuales aportan habilidades notables en el manejo comunicacional para lograr el necesario apoyo de la denominada opinión pública, que en buena parte es la opinión de los propios intelectuales a través de los medios también afines a los poderes fácticos.
- Una coordinación internacional a través de entidades de apoyo a los poderes fácticos, sean ONGs u otras formas de entidades, que manipulan mediante divulgaciones, premios académicos, promoción de jóvenes líderes (que responden a sus criterios estéticos y éticos) para alcanzar el mayor impacto mediático y calar hondo en el pensamiento de la sociedad. Algunas entidades declaran la necesidad de intervenir en las democracias latinoamericanas, para evitar una supuesta infiltración comunista que no es otra cosa que reinterpretar los fracasos neoliberales en la gestión de estos países con sus secuelas de una peor distribución de los ingresos, un empeoramiento de la calidad de vida y laboral de mayorías que son silenciadas por los medios.
- La eventualidad de apelar a medidas violentas en territorios bajo gestión progresista, como los hechos entonces en Honduras (la expulsión de Zelaya), y en Paraguay (la destitución de Lugo) o los más recientes en Bolivia con intentos de asesinato de Evo y sus simpatizantes, las duras represiones en Ecuador, Colombia y Chile o últimamente los violentos ataques a políticos de la coalición del Frente de Todos en la provincia argentina de Corrientes.
- La aparición de personajes peculiares (por ejemplo, vernáculos como Milei o Espert) que repiten ampliamente viejos guiones y argumentos “técnicos” de economía ortodoxa de manual, pero que instalan una dura intolerancia a asumir una realidad que dista de las exquisiteces de la competencia perfecta, aborreciendo cualquier clase de derecho social y laboral que interpretan como ineficiencias (costos innecesarios) para las empresas, aunque no objetan lo mismo si las empresas en las que ellos operan reciben subsidios o demás beneficios. Estas posturas de cuño neoliberal aplicadas en política económica generan segregación, discriminación e informalidad laboral y social.
- La instalación de una visión financiera muy afín a los poderes fácticos del concepto de la “Banca funcional”, que “inocentemente” apunta a desmantelar las regulaciones financieras y dejar tabla rasa, aprovechando los seductores argumentos de la “feliz y virtuosa” economía liberal, donde como señala esta teoría, la competencia sin ataduras favorece el surgimiento de iniciativas, su financiación y su aplicación en un ambiente de proliferación de negocios que en un plazo eliminarían el desempleo y mejorarían los ingresos…. pero se trata de usar conceptos meritorios de la competencia económica para trasladarlos y fortalecer la monopolización de la economía y la sociedad…. Los defectos de la monopolización son la concentración de la propiedad, la reprimarización agrícola ganadera y minera, la discriminación social, las desigualdades de ingresos, la existencia de unos sectores económicos fuertes y otros muchos débiles, unos con apoyo externo y muchos otros sin ningún apoyo interno, la concentración de mercados en su costado de la oferta y la discriminación de la parte de la demanda. La realidad de una economía sesgada como la descrita incluye la irrupción de narcos y sus enormes volúmenes de dinero en negro. Esta visión política ya aplicada en los noventas de reprimarizacion redujo al abandono la imprescindible política de favorecer el desarrollo de industrias nacionales, la modalidad de sustitución de importaciones industriales (que significan producción, empleos e ingresos crecientes de ser aplicadas con racionalidad).
- La hábil coordinación nacional e internacional de todo lo anterior que demuestra una evidente concentración de las economías, las finanzas, las comunicaciones…hasta el “pensamiento”, en unas pocas entidades.
Estos componentes apuntan a fortalecer la concentración financiera, industrial, cultural, social y tecnológica en detrimento de las actividades económicas de la población y todo aspecto de su vida social. Obviamente estas iniciativas en el llamado primer mundo están de alguna manera consideradas y acotadas. Pero en el tercer mundo, el “nuestro”, no existen tales defensas culturales para detectar y prevenir sus consecuencias de discriminación y riesgos sociales que pueden exacerbar una vorágine de violencia que escapan a las medidas de disciplinamiento economico causadas por las pérdidas de derechos de mayorías, ya presentados estos ad nauseam por los medios, como cargas de ineficiencias apelando al manido “desalientan las inversiones”.
Contexto para repensar las propuestas frente a planteos neoliberales
Las propuestas no deberían ser un conjunto de contramedidas, sino una verdadera opción de proyecto social, que ni debiera ser alternativo, sino natural y lógico para una sociedad con vocación de progreso integral. Quizás no veamos aun como sigue esta película, pero me atrevo a predecir un final nada venturoso a la mayoría y que debiera evitarse de continuarse con esta suerte de “Mundo feliz” bajo la férula de poderes fácticos ejerciendo su dominio a discreción y arbitrio pleno.
Como sucede con todo el mundo bajo el marco de la pandemia, López Obrador en México es una respuesta a estos replanteos ultraliberales de arrastre que estuvieron vigentes en las anteriores administraciones gobernantes, planteos que de nada son nuevos ni modernos ni avanzados. La respuesta de AMLO esta en encauzar al país en las necesarias obras públicas y un mayor rol del estado para paliar los extremos diferenciales de ingresos y acotar la también acosante violencia. Los esfuerzos mexicanos apuntan a la ampliación de posibilidades de progreso a la población que difícilmente lograba hacerlo.
Chile reaccionó desde el hartazgo social en las calles a un régimen en buena parte agotado que ya no ofrece respuestas a diversas necesidades de salud, educación y calidad de vida en general. El país aún transita su definición constitucional como primer paso.
Argentina tras el triunfo de la coalición gobernante es un intento de recuperación de estándares de vida y producción, donde muchas empresas pymes se han perdido y otras en riesgo durante los cuatro años de macrismo y estos años de pandemia mundial. Si bien se aplican medidas, aún insuficientes (apoyos a pagos de sueldos, subsidios a créditos, planes sociales, limitaciones a los precios de tarifas y combustibles), permiten al menos un respiro a pesar de la dura situación heredada de la anterior gestión nacional y de la ahora irracional oposición interna habiendo que ya demostrado ser un fracaso gobernando.
Perú intenta un giro heterodoxo tras años de ortodoxia económica, pero vemos las presiones tremendas que padece el presidente Castillo, los que podrían aminorar los efectos de una mejor redistribución del ingreso nacional de parte de una de las más retrogradas oligarquías de Latinoamérica.
Bolivia demuestra mayor capacidad de recuperación y una hábil gestión que veremos cómo podrá defenderse y sostenerse ante una segura andanada de agresiones de diversos calibres.
En un Brasil aun inmerso en su estado policial que limita los derechos laborales, las demandas sociales son crecientes y podrían significar un retorno de Lula de no mediar ninguna interferencia artificiosa.
Un factor en común, verdadero talón de Aquiles de nuestras economías latinoamericanas, es la informalización laboral con implicancias aún más extensas (cultural, urbanística, ambiental, sanitaria). La aplicación de políticas neoliberales generó discriminación, segregación de sectores de población. Los medios logran casi borrar la memoria de las causas de tantas miserias, con un gran trabajo de gestión social. La marginación de buena parte del país, incluso acusándolas de ineficientes por los medios, empujó a la informalización de buena parte de la población laboralmente activa, que también es una población electoral. La informalización implica un voto inestable de gran aleatoriedad gracias al aturdimiento y operaciones de los medios que pueden hacer el nefasto “milagro” en las votaciones, que favorezcan los mismos planteos que dejaron en la calle a los trabajadores y en el mayor desamparo.
Las propuestas desde el progresismo
- La observación detenida de la experiencia obradorista en México –tanto la gestión de comunicación (las mañaneras), la administración de obras públicas de logística y producción de energía, la permanente aclaración de las actitudes de anteriores gobernantes en cuanto a sus gestiones y contemplar el rediseño mexicano de sus relaciones internacionales para establecer un perfil de gestión que apunte a reforzar perfiles económicos realmente funcionales a las necesidades de las mayorías- es el mejor caso testigo donde los países latinoamericanos podemos vernos como en un espejo del pasado y del futuro.
- Reforzar la matriz cultural nacional y regional con mayores intercambios, programas culturales, promociones diversas de identidades regionales, etc, reforzando los elementos simbólicos de propio cuño y patrimonio progresista: libertad, trabajo, progreso, salud, educación, independencia, desarrollo, bienestar, dignidad, derechos humanos, vivienda, barrios, vacaciones, cultura, jubilaciones, capacitación, arte, cultura, folclore, integración, intercambio, empresas recuperadas, cooperativismo. Resaltando la verdadera libertad para hacer, incluir y respetar, no para ejercer la “libertad” de la violencia y discriminación siendo reales patrimonios del neoliberalismo.
- Reforzar la información y comunicación desde las regiones, la pedagogía necesaria para lograr el apoyo social a programas y planes participativos locales mediante de una amplia y ágil difusión.
- Desarrollar la necesaria banca integral, un entramado de fondos rotatorios, fondos de créditos al consumo, inversión productiva, desarrollo integral, forestación, ambiente, energía, en conjunto con entidades de desarrollo regionales que actúen como coordinadores de la inversión integral (programación de planes regionales vinculados a intereses locales participativos y vinculantes en lugar que lo practiquen corporaciones internacionales). El excedente económico, la acumulación del mismo y la gestión en aplicación de planes y programas necesita autonomía y objetivos propios, la opción de la falta de esta iniciativa es la servidumbre.
El permanente “renacer” del neoliberalismo, las opciones conservadoras que aun anacrónicas, pasaron a ser parte instrumental de un poder superior en detrimento de intereses nacionales, que los medios pasaron a poner hasta en ridículos. Este persistente “retorno de los brujos” significa una novedosa manera de un viejo problema humano y social, una suerte de retorno a la servidumbre “medieval” (trabajadores de ocasión, sin derechos que no generen mayores costos salvo la manutención básica) como el trasfondo de un proceso muy amplio, complejo y segregador. Se quitan derechos, identidades, nacionalidades, calidades de vida…el mensaje subliminal “ustedes no saben gestionar” queda grabado en piedra como una máxima bíblica. No tenemos seguridad en la cordura que contarían los grandes poderes fácticos para permitirles dirigir nuestras existencias. Tampoco caer que la cuenta de ignorar estos poderes fácticos, sino que el desafío que plantea AMLO, es posicionar el país entero con capacidad de negociación y sentar reglas de convivencia. Dejar nuestro futuro en manos directas de los personeros de estos poderes fácticos es nuestra enorme irresponsabilidad.