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Tras una primera inauguración fallida y tras superar una serie de inconvenientes técnicos y sanitarios, el pasado 4 de julio, pudo celebrarse la primera sesión, donde en una decisión cargada de simbolismo, Elisa Loncon fue elegida presidenta del órgano que debe redactar una nueva Constitución, por el 61,9 % de los votos de los 155 miembros de la Constituyente.
Loncon, de 58 años, es una académica mapuche, lingüista, activista por los pueblos indígenas y política nacida en Chile.
Su elección es simbólica debido a que uno de los principales debates para redactar la nueva Carta Magna es el reconocimiento de los pueblos indígenas.
La definición de los derechos para las comunidades originarias y el debate sobre un Estado plurinacional es uno de los temas fundamentales de la Convención.
La ceremonia de inicio de la Convención Constitucional no solo estuvo marcada por la diversidad y el colorido que refleja mucho mejor la realidad del país –en comparación con el gris monocromático del Ejecutivo, el Parlamento y el Poder Judicial– sino también por la ausencia del presidente Piñera y la notable conducción de una funcionaria de segundo grado. Llamo la atención una derecha, provocativa y desafiante donde se vieron personajes que no cumplieron con las normas básicas de sanidad, como el uso de barbijo y en varios dichos apostaron a la polarización y a levantar el fantasma del comunismo.
En este último mes se han celebrado 13 sesiones del pleno, han realizado más de 115 votaciones, han trabajado más de 230 horas en las sesiones y realizado 36 sesiones de comisiones y subcomisiones.
La presidenta Loncon hizo un balance de lo acontecido hasta ahora: “Yo creo que hemos hecho ejercicio de democracia participativa, de inclusión, para instalar esta deliberación desde otros paradigmas, que no son los tradicionales como suele analizarse como si estuviéramos siempre viéndonos desde la derecha, la izquierda, el centro”. Agregó que en la constituyente se instalaron “otros paradigmas de diálogo”, como “la paridad, se está instalando la interculturalidad, se está instalando el diálogo honesto, se está instalando el sentimiento de amor entre nosotros para poder trabajar”.
Sobre el trabajo y funcionamiento de la Convención, destacó que actualmente son ocho las comisiones trabajando con “respectivas coordinaciones y ya con un calendario con sus respectivos cronogramas”. También agregó como un logro importante para la “democracia” de la instancia, “la ampliación de la Mesa a siete nuevos cargos con criterios de paridad, plurinacionalidad, territorio, y de representación”.
El vicepresidente Bassa mencionó que las tareas que quedan por delante, como la inclusión y la participación de grupos sociales, que “no han conseguido representación en este espacio constituyente y tenemos que ser capaces de ir mejorando esas condiciones de participación para que este espacio sea cada vez más representativo”.