En un país donde el voto es voluntario, el presidente del consejo directivo del Servicio Electoral (Servel) chileno, Patricio Santamaría, ofreció este lunes un balance sobre el plebiscito del domingo último, luego de haber sido escrutadas un 99,85 por ciento del total de los votos.
De acuerdo a Santamaría, el dato de las 7.562.173 personas que asistieron a las urnas, equivale a poco más de la mitad (50,9 por ciento) del padrón electoral de más de 14,7 millones de electores, aunque matizó los datos de participación al hacer referencia a "grupos de la sociedad que están excluidos" de tomar parte en tales procesos.

El jefe del Servel celebró que "sin duda estamos frente a la mayor votación de la historia de Chile desde el punto de vista de votación en votos absolutos y, además de eso, rompimos también la barrera que no superaba desde el año 2012 con voto voluntario el 49,2 por ciento", indicó Santamaría.

En este proceso los y las jóvenes junto a personas adultas mayores se destacaron en participación. La necesidad de reemplazar el legado de la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet y materializar futuros posibles conjuga a estos actores generacionales en la misma línea, que finalmente manifestaron un abrumador 78,2 por ciento al “Sí” para que se habilite el proceso de reforma constitucional.

El futuro llegó

A lo largo de todo el territorio chileno las celebraciones se apoderaron de las calles a partir de las 18 sin presentar mayores disturbios. Entre ese paisaje masivo e histórico dos jóvenes nacidos en el auge neoliberal delo 90 brindaron su testimonio a Babel de lo que por primera vez en su vida estaban experimentando.

Leonel Rojas, de 25 años, recientemente egresado de la carrera de Ingeniería contó desde el centro neurálgico de Plaza Italia, renombrada a partir del estadillo de octubre de 2018 como “Plaza Dignidad” que a lo largo del día se apreció “cómo la gente iba a votar contenta, y no solo eso, sino que además se veía que la mayoría iba por el apruebo”.

“Las comunas de Santiago se llenaron de alegría, fue un triunfo aplastante”, señaló cuando se esperaba desde las encuestas más optmistas un 70 por ciento del voto del voto por el “Sí”, que finalmente superó el 80 por ciento.

Leonel mencionó que desde 1992 no se vivían unas elecciones de tamaña magnitud en su país, cuando él todavía no había nacido. Ese año se realizaron las primeras elecciones de administraciones municipales luego del retorno a la democraciay tras la dictadura militar. Nunca más volvió a vivirse algo así.

Lo que se inicia hoy es el resultado de “una lucha muy larga, esto tiene que ver con las mujeres, los pueblos indígenas, esperamos que sea el puntapié de una transformación para las generaciones posteriores”, expresó y dijo que su deseo es que el pueblo mapuche tenga un lugar en las bancas del Congreso y que se legisle a favor del ecosistema: “son las deudas más grandes que tenemos con nuestra tierra”.

Por su parte Camila Sepúlveda, desde el sur chileno, en plena plaza central de Valdivia,  contó estar disfrutando de la música y el baile la noche del domingo. La cuarentena llevó a que muchos sureños se expresaran en caravanazos a través de sus vehículos, lo que no inhibió que se hicieran postas para las danzas y el flameo de banderas.

A sus 30 años, impedida de haber realizado estudios universitarios por el carácter mercantilizado de la educación, Camila expresó: “queremos rescatar nuestra educación, elevar procesos de Verdad, Memoria y  Justicia que aún nos adeudamos entre chilenos y ser parte de este proceso constituyente”.
“Temíamos al rechazo silencioso de la oposicion a la reforma porque se apelaba al miedo, pero esta noche de fiesta es una prueba de que eso fue un gran fraude de la propaganda política. Se hablaba de divisiones y hoy en el 80 por ciento se ve en unidad, lo mismo con los apoderados del apruebo y el rechazo”, informó. 

Además, destacó que “ganó la segunda papeleta” que tiene que ver con el mecanismo que se optó para la nueva convención constitucional. Este procedimiento supone el cien por ciento de la elección con representantes por territorio mediante la paridad de género.
Para Camila esto último se traduce en un triunfo del feminismo que en los últimos años también protagonizó la ola verde en América Latina junto a Argentina. 

 “Hay una hoja en blanco que espera ser escrita”, concluyó en referencia al inmenso trabajo popular y organizativo que resta hacia el próximo 11 de abril, cuando Chile inicie su nuevo proceso político saldando deudas del pasado y abriendo caminos para el futuro.