El instituto de formación política y gestión pública del partido justicialista finalizó su ciclo de formación “La política internacional en tiempos de pandemia”. El último encuentro contó con la distinguida presencia del embajador argentino ante Estados Unidos, Jorge Argüello. Sobre su presencia, Guillermo Carmona resaltó que “es muy importante tener la mirada de alguien que ha transitado durante muchos años la función diplomática y la política internacional”.

Del encuentro participaron, entre otros, Guillermo Carmona, presidente del partido justicialista de Mendoza, Ana Sevilla, secretaria de formación del partido, Juan Cruz Campagna, coordinador del ciclo, Marita Perceval, subsecretaria de cooperación internacional en el ministerio de educación de la nación, Marcelo Barg, ex ministro de economía y producción de la provincia y legisladores y legisladoras provinciales.

El embajador argentino ante los Estados Unidos, Jorge Argüello, sintetizó la realidad planetaria en el contexto actual con una palabra: “Incertidumbre”, porque la realidad internacional “se resiste a todos los modelos que antes le aplicaban”. Por esto es que el desafío consiste en diseñar nuevas brújulas para los tiempos inciertos y desconocidos que vive el sistema internacional. 

Al comenzar su exposición, Argüello hizo referencia a la identificación de “siete cambios” que se pueden verificar en el mundo actual marcado por la “incertidumbre” planetaria. Estos cambios, que según el especialista van a impactar sobre los Estados y en la globalización en los años por venir, son los siguientes: 

1- La esclerosis del multilateralismo

2- La falta de rumbo en la gobernanza global

3- La carrera tecnológica

4- El atrincheramiento de los Estados Unidos

5- El ascenso de China

6- La crisis de la democracia liberal

7- Los nuevos liderazgos personalistas 

Estos procesos van a afectar en buena medida a los Estados que navegan las inciertas aguas del siglo XXI y a la globalización que orientará la dirección de las corrientes de esas aguas. “Se trata de diseñar brújulas para una navegación complicada”, expresó el embajador en referencia a la política internacional.

Argüello explicó que el multilateralismo está sufriendo transformaciones muy notables y que un país como el nuestro debe apostar enérgicamente por una nueva etapa de multilateralismo. “De alguna manera, lo dijo Alberto en la inauguración de la asamblea general de las Naciones Unidas. En este sentido, Alberto dijo que tiene que ser la etapa de la solidaridad” expresó el diplomático retomando las palabras del presidente de la República Argentina.

Es necesario renovar el multilateralismo porque “la naturaleza de los problemas globales requiere una acción consensuada y eficaz”. Además, ante un contexto de incertidumbre extrema “las instituciones multilaterales operan brindando un marco de previsibilidad que es muy valioso” y, en un mundo crecientemente desigual, ofrece una plataforma a los países menos poderosos, o estados intermedios como Argentina, para maximizar sus capacidades”. 

"Hay un autor que escribió un libro que se llama “Cada nación por su cuenta”, describe un orden mundial donde ningún país por si solo puede hacer frente a los desafíos del liderazgo mundial, lo que nos está planteando es un mundo 'g cero'. Hay otra visión que habla de la existencia de un mundo 'multi g', esta visión plantea la existencia potencial de distintas centralidades que están llamadas a interactuar entre sí. Se admiten muchas respuestas". Explicó Arguello sobre la falta de rumbo en la gobernanza global.

Sobre la carrera tecnología expresó que “lo que está en juego en el mundo es el poder y hoy se dirime en el terreno de la tecnología”. Arguello hizo referencia a la puja por el poderío de las tecnologías 5g agregando que “es la generación de tecnología que hará posible que todo se conecte con todo, para producir, para comerciar, para vivir. Las tensiones entre la empresa china y estadounidense responden ante una pugna por el control de la tecnología”.

Haciendo referencia al ascenso de China en el orden mundial, destacó la importancia de la nueva ruta de la seda expresando que “supone un doble camino, por tierra y por mar que conecta al este de Asia con el oeste de Europa e incluye a África y América latina. En esta nueva ruta circula capitales y tecnología a escalas sorprendentes además de lo que ya circulaba históricamente”. En efecto, la nueva ruta de la seda afecta a más de 60 países, al 75 por ciento de las reservas energéticas del mundo, al 70 por ciento de la población y al 55 por ciento del PBI global. Por todo esto es que el diplomático supone que las próximas décadas “podríamos ver una transición del sistema internacional a un sistema más centrado en china”.

Finalizando su exposición con la descripción y desarrollo de los diferentes cambios a los que hizo referencia, Argüello destacó que “en los próximos años será más importante estar alerta ante la pérdida de calidad democrática”, ya que “los caminos hacia el autoritarismo no son en general los caminos que se reconocen en los viejos manuales”.

En conclusión, Jorge Argüello subrayó que “los enormes cambios que estamos viviendo desafían todos los modelos, todos los pronósticos, todos los sistemas de creencias previas”. Por eso el desafío es “problematizar, diseñar, consensuar una política exterior que nos permita encontrar las brújulas para navegar en aguas que son ciertamente muy inciertas y absolutamente desconocidas”.