Entrevistas // 2019-11-17
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Alicia Castro
“Faurie es el peor canciller de la historia de la democracia argentina”
La ex embajadora en Venezuela y en el Reino Unido criticó al presidente Macri y al canciller por no haber reconocido que lo de Bolivia “es un golpe de estado”. “Hoy se ven las gravísimas consecuencias que tiene que Macri fuera un agente de desintegración regional al servicio de Washington”, sostuvo.


 Alicia Castro, ex embajadora en Venezuela y en el Reino Unido, sostuvo sobre el golpe de estado en Bolivia que “hemos retrocedido 500 años” y agregó que a “esta altura de los acontecimientos el que no se dé cuenta que en Medio Oriente y en Venezuela se juega el petróleo y en Bolivia el litio, o es ciego o es un analfabeto político”.

“O es fascista como en el caso de Macri o de Faurie que no reconocen que esto es un golpe de estado”, indicó la ex diputada nacional en este diálogo con Va Con Firma.

Castro afirmó que “cuando hicieron el acuerdo Fodadori Duncan para entregar los recursos naturales de Malvinas sostuve que Malcorra fue la peor canciller de la democracia argentina” aunque advirtió que ahora cambió de idea y remarcó que “Faurie es el peor canciller de la historia de la democracia argentina, porque con las escenas sangrientas que estamos viendo, los muertos, la discriminación, el racismo y fascismo, terminar diciendo que no es un golpe de estado avergüenza la diplomacia argentina”.

La ex embajadora le adjudicó responsabilidad a Mauricio Macri en el golpe de Estado porque “lo primero que hizo fue implosionar el Mercosur y luego sacó a la Argentina de Unasur”, que fue un organismo que “evitó dos golpes de estado”.

“Hoy, la tragedia de Bolivia, la enorme crisis de Chile, la de Ecuador; todo esto debiera estar dirimiéndose en la Unasur en Quito, no en Washington”, indicó y agregó que “hoy se ven las gravísimas consecuencias que tiene que Macri, Temer primero y Bolsonaro después, y el traidor de Lenin Moreno fueran agentes de desintegración regional al servicio de Washington”.

-¿Cómo analiza lo que está ocurriendo en Bolivia? 

-Ha sido un golpe de estado clásico. En los últimos tiempos no es que habíamos dejado de ver golpes de estado lamentablemente, pero comenzamos a ver lo que se llaman golpes de estado blandos, el golpe parlamentario a Dilma Roussef, la utilización partidaria de la justicia en Brasil con el encarcelamiento de Lula da Silva para impedir que fuera presidente, el intento de golpe en Venezuela. Pero ahora ya vemos en Bolivia un golpe clásico, un golpe cívico militar donde Evo Morales fue coercionado y coaccionado por fuerzas golpistas y por el ejército que le exigió la renuncia. Hasta que Evo Morales renunció y aceptó el asilo en México porque estaba en evidente riesgo su vida y quiere preservarla para volver a la lucha y seguir trabajando por Bolivia. Otro dato insólito es que normalmente este modelo de golpe, que está planificado en los Estados Unidos y el brazo ejecutor es la OEA, es el del modelo libio y el que intentaron en Venezuela. Primero un linchamiento mediático con grandes cantidades de mentiras y fake news contra el jefe de estado, se crean las condiciones económicas y sociales como para generar una guerra civil y luego intervienen los Estados Unidos como en el caso de Libia donde asesinaron a Gaddafi para quedarse con el petróleo. Creo que a esta altura de los acontecimientos el que no se dé cuenta que en Medio Oriente y en Venezuela se juega el petróleo y en Bolivia el litio, o es ciego o es un analfabeto político. O es fascista como en el caso de Macri o de Faurie que no reconocen que esto es un golpe de estado. Vimos entrar al que llaman Macho Camacho a la casa de gobierno sin más representatividad que la de un núcleo duro de golpistas de su provincia de Oriente, entró con una carta para exigirle la renuncia a Evo Morales colocando la bandera de Bolivia y una biblia, y lo hace en el nombre de la cruz y de la espada. Con el golpe de estado en Bolivia hemos retrocedido 500 años.

-¿Qué opina del papel de Luis Almagro, el secretario general de la OEA?

-Creo que hay que irse de la OEA y que primero hay que exigir la renuncia de Luis Almagro, que es un golpista. Luis Almagro ha presentado puntillosas objeciones a las elecciones en Venezuela, por ejemplo, cuando ya habían adelantado que no iban a aceptar las elecciones y luego acompañan a un presidente autoproclamado como es el mamarracho de Juan Guaidó. Una persona que no tiene ningún peso político y nunca lo tuvo en Venezuela y se lo llevará el viento de la historia. En este caso lo mismo, empezó Almagro diciendo que aunque Evo Morales hubiera tenido el 10% de diferencia correspondía hacer una segunda vuelta, esto parecía insólito, nadie veía lo que venía detrás. Evo lo ofreció una auditoría vinculante a la OEA, creo que le ofreció demasiado, y había un mínimo porcentaje sobre el cual tenían algunas dudas. Sin embargo Almagro siguió perdiendo el tiempo mientras se llenaba de violencia las calles y las redes sociales contra Evo Morales, los indígenas y el MAS. Obviamente esto era parte de un plan. Luego Evo subió la apuesta y aceptó llamar a nuevas elecciones y allí el golpe de estado estaba en marcha y exigieron la renuncia de Evo. Y volvieron al esquema de una presidenta sin ninguna legitimidad ni legalidad, autoproclamada en una sesión sin quorum fuera de la constitución boliviana y fuera del derecho institucional. Y ahora se saludan entre ellos. Almagro es un semental de presidentes autoproclamados. Es el padre de Guaidó y de Jeanine (Añes). Es un personaje repudiable.

-¿Cuál fue el papel de Estados Unidos?

-Si cabía alguna duda de que es un golpe orquestado en Estados Unidos, bastó el remate que fue la declaración de Trump saludando al ejército boliviano, a los bolivianos y a la democracia y haciendo una dura advertencia contra Nicaragua y Venezuela. 

Trump dijo: “La renuncia ayer del presidente boliviano Evo Morales es un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental. Después de casi 14 años y su reciente intento de anular la constitución boliviana y la voluntad del pueblo, la partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano escuche sus voces. Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y al ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la constitución de Bolivia. Estos eventos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán. Ahora estamos un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre”.

El año pasado publiqué un artículo que se llama “El retorno del gran garrote”, en referencia a cuando el canciller de Trump, Rex Tillerson, hizo su recorrido por Latinoamérica visitando a sus socios regionales, entre los cuales estaba Macri en primera fila aconsejándoles que pusieron presión sobre Venezuela para que se fuera Maduro y que no negociara la Argentina con China y con Rusia, es decir, que ya vinieron a decirnos lo que había que hacer. El problema no es que Estados Unidos nos diga lo que tenemos que hacer, el problema es que los gobiernos cipayos de la región lo aceptan. Creo que Macri tiene una gran responsabilidad en lo que está pasando. No solo porque no acepte que es un golpe de estado, él y su ridículo canciller Faurie. Cuando hicieron el acuerdo Fodadori Duncan para entregar los recursos naturales de Malvinas sostuve que Malcorra fue la peor canciller de la democracia argentina. Cambié de idea, es Faurie el peor canciller de la historia de la democracia argentina, porque al terminar sus días diciendo, con las escenas sangrientas que estamos viendo, los muertos, la discriminación, el racismo y fascismo, decir que no es un golpe de estado avergüenza la diplomacia argentina.

-¿Cómo vio al oficialismo en la sesión de diputados y senadores?

-A mí me da particularmente lástima la Unión Cívica Radical que tuvo una tradición democrática y  que los actuales miembros están sepultando. La UCR tuvo una muy buena tradición democrática. En qué se han convertido, en aplaudidores de golpes de estado. Alfonsín debe estar revolcándose en la tumba.

-¿Puede afectar la postura que tomó Alberto Fernández con respecto a Bolivia, a la relación con Trump, pensando en una renegociación con el FMI?

-Creo que no. La Argentina va a negociar soberanamente como se hizo en el anterior gobierno de Kirchner con Alberto Fernández como jefe de gabinete. Lo mejor que podemos tener son dos experiencias. Una que la negociación de la deuda del gobierno Kirchner no implicó cesión de soberanía. Ni política ni económica. Los muertos no negocian dijo Néstor Kirchner y en ese sentido Alberto Fernández está destacando que no va a negociar sobre el hambre o las necesidades del pueblo. Primero estamos los argentinos. Y luego Alberto Fernández está hablando en clave regional y no la toca de oído porque fueron los gobiernos Kirchner los que participaron en esa forja extraordinaria de unidad regional, ampliación del Mercosur con el ingreso de Venezuela que le agregó una dinámica política y la ecuación energética; y luego la creación de Unasur y la creación de la Celac. Por qué digo que Macri tiene una gran responsabilidad. Porque lo primero que hizo fue implosionar el Mercosur, luego sacó a la Argentina de Unasur y la secretaría general de Unasur evitó dos golpes de estado. Un golpe policial en Ecuador y un golpe secesionista a Evo Morales. El Consejo de Seguridad de Unasur tenía potestad sobre estos asuntos. Hoy, la tragedia de Bolivia, la enorme crisis de Chile, la de Ecuador; todo esto debiera estar dirimiéndose en la Unasur en Quito, no en Washington. Lo mismo con los observadores electorales. Unasur tenía un equipo óptimo, los más grandes expertos en materia electoral de la región. Esta vez fue la OEA desde Washington, no desde Quito. Hoy se ven las gravísimas consecuencias que tiene que Macri, Temer primero y Bolsonaro después y el traidor de Lenin Moreno fueran agentes de desintegración regional al servicio de Washington. Y acá estamos.

-¿Cuál es el mapa que le queda a Alberto Fernández en América Latina?

-Caos. Eso es lo que vio tan bien Cristina, tuvo esa visión de estadista. La visión del verdadero político o política es la visión a mediano o largo plazo. Con el diario de ayer opinan todos los chantas. Pero el verdadero político es el que puede ver más allá y Cristina vio muy claramente la crisis en la región, y la crisis en el mundo que coincide con lo que dice el Papa Francisco que estamos en medio de la tercera guerra mundial fragmentada. Frente a esa crisis y frente a tantas personas que le reclamaban que sea candidata a presidenta, ella tomó la decisión de secundar a Alberto Fernández con la convicción de que esto podría ayudar a crear un frente más amplio capaz de lidiar con estas crisis, eso es lo que sucedió. La pregunta que me hacen todos los amigos embajadores extranjeros es cómo puede ser que la Argentina que tuvo 1500% de aumentos de tarifas de luz, de gas, de agua; los impresionantes niveles de desempleo, de cierre de fábricas, de industricidio, del precio de los alimentos que nunca fue tan alto en la Argentina, cómo puede ser que el pueblo no se haya levantado. La respuesta es que nosotros pudimos presentar una esperanza, un frente electoral como un horizonte, no es que en la Argentina no haya habido protestas, pero evitamos la violencia con la esperanza.


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