Entrevistas // 2019-09-19
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Esteban Mercatante
“Si la política es pagar a como dé lugar es muy difícil que no haya ajuste”
El economista, parte del equipo del candidato presidencial del Frente de Izquierda, dialogó con VCF en la previa de su visita a Mendoza. El próximo 24 de septiembre en el BACT de la Universidad Nacional de Cuyo, Mercatante participará junto al candidato a diputado nacional, Lautaro Jiménez, de la charla “FMI, Economía y Crisis Nacional ¿Cómo salimos?”.


Esteban Mercatante es economista, asesor económico de Nicolás del Caño y autor de los libros "La economía Argentina en el Laberinto" y "Salir del Fondo: la economía Argentina en estado de emergencia y las alternativas ante la crisis". Además, es coeditor de economía de La Izquierda Diario.

El economista analiza la actualidad nacional y la continuidad tras cuatro años de macrismo. Deuda, devaluación, caída del mercado interno y acuerdos con el FMI signan la política en los años venideros. ¿Es posible salir del Fondo?

A continuación, el mano a mano de VCF con el economista del FIT

VCF – ¿Consideras que hay un vacío de poder político en Argentina? ¿Quién tiene las riendas del poder económico?

No, no hay un vacío. Estamos como estamos por decisiones tomadas desde el gobierno. Han gobernado con diferentes correlaciones de fuerzas, pero han tomado las decisiones para que el país tome este rumbo.

VCF – Hablamos de la Bicicleta Financiera y la desregulación de ese sector de la economía…

Nos prometieron una lluvia de inversiones. Pero lo que generaron fue una serie de condiciones propicias para la especulación. En el corto plazo, empezaron a venir capitales golondrinas. Vinieron por la bicicleta financiera, el inversor conseguía rendimientos que convertían a dólares que no se podían hacer en ninguna otra parte del mundo.

Todo eso generó una montaña de dólares que ingresaron al país, pero se fueron igual. El país tenía un déficit comercial, es decir que comprábamos más de lo que vendíamos. A pesar de eso, había abundancia de dólares por la deuda tomada y por la bicicleta financiera.

En un momento, eso se volvió una bomba explosiva. Porque lo que se llama Déficit Externo de la Balanza de Pagos, que es la pérdida de dólares que tiene el país, llegó a niveles altísimos. El nivel de endeudamiento hizo que el ritmo que alcanzaba la deuda y la capacidad que mostraba el país para pagarla fueran fuertemente a contramano, caían las exportaciones y aumentaba la deuda a un ritmo febril.

Entonces, todos los indicadores de vulnerabilidad de la economía hacen esto cada vez más insostenible. Eso empalmó con un cambio en la situación internacional; EEUU, que es el que determina si en el mundo hay flujo de capitales hacia los países emergentes como Argentina o se retiran capitales, empezó a tomar políticas que empezaron a estimular que se fueran esos capitales de estos países. Acá, además, empezó la crisis del gobierno después de las elecciones de medio término. Macri quiso lanzar toda una agenda agresiva de reformas y esa agenda quedó paralizada después de que el 14 y el 18 de diciembre quisieran aprobar la Reforma Jubilatoria, que lograron aprobar, pero en medio de una fuerte polémica y protestas masivas en las calles.

Eso, más cuestiones propias de la política monetaria, determinó que el país pasara de atraer dólares de manera febril a escupirlos. Todas las condiciones que estaban, se agotaban. Los que vinieron confiando en un dólar fijo empezaron a esperar una devaluación. El negocio de la bicicleta amenazaba con terminarse. El país pasó de ser una aspiradora de dólares a ver cómo se iban en estampida.

VCF – Quienes reseñan tu libro dicen que tiene una veta propositiva. ¿Tiene salida la crisis?

La salida que quiere ensayar el peronismo es la salida de la renegociación. Parten del presupuesto de que no se puede salir del Fondo, que retirarse de ese organismo no es posible. Entonces, lo que hay que hacer es renegociar.

Lo mismo con la deuda, así como el kirchnerismo rechazó investigarla o denunciarla en 2005 a pesar de que había fresca una resolución judicial del juez Ballesteros que, en la causa Olmos, había probado 477 ilícitos en 2001. Rechazaron la denuncia y la renegociaron. Ahora dicen que hay que hacer lo mismo porque la deuda de Macri es deuda de un gobierno democrático.

La salida que nos quieren vender es reestructurar y renegociar con el Fondo. Sabemos que eso es a cambio de reformas más agresivas en lo previsional y lo laboral. Frente a eso, en el libro interrogamos “¿Por qué no se puede salir del Fondo?” o “¿Quién no puede salir del Fondo?”. Entonces ahí nos adentramos en los intereses nacionales y locales que estarían de acuerdo con la imposibilidad de salir del Fondo.

En el libro me detengo a analizar la función del Fondo. Es un agente de los acreedores. Según lo define muy bien alguien que no propone salir del Fondo, Axel Kiciloff, “se ha transformado en un organismo que actúa con los acreedores en contra de los países”.

Es una pieza de las grandes potencias, sobre todo de Estados Unidos y las grandes financieras mundiales, empezando por Wall Street. Y después, representa los intereses de los grandes empresarios: esos grupos de 500 o 600 empresas que manejan los resortes de la economía y que son los que cotizan en Wall Street, Frankfurt, que están asentadas en paraísos fiscales y toman deuda en monedas extranjeras. Para todo eso necesitan estar conectados con este sistema internacional de pagos. Son esos intereses los que llevan a decir que no se puede salir del Fondo.

Si uno no pone el centro en ese pequeño entramado, sino en la gran mayoría de la sociedad, la discusión es otra. Se puede salir del Fondo, se puede rechazar la primacía del pago de la deuda en la agenda económica. Lo que hay que hacer es articular eso con otras medidas que son claves para poder construir esta salida del Fondo.

En este sentido, yo planteo que el problema de salir del Fondo y el problema de la deuda articularlos con otras medidas que son centrales para tomarlo desde la perspectiva de la clase trabajadora.

VCF - ¿Cuáles son las medidas en concreto?

Por un lado, la nacionalización de todos los bancos para conformar una Banca Estatal Única. Para asegurar y resguardar los depósitos que son los primeros amenazados, los pequeños y medianos depositantes han sido los primeros perjudicados con el Corralito y el Plan Bónex. Que se asegure el crédito, si vos mirás la cartera de los bancos hoy, ¾ de lo que prestan se lo prestan al Banco Central. Un sistema financiero que funciona al revés de lo que debería ser.

Una Banca Estatal Única, gestionada por los propios trabajadores es una política clave. Junto con ello, el monopolio del Comercio Exterior que es algo que en Argentina se hizo con el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) durante el peronismo en los ’40, que compraba todas las mercancías a exportar, la exportaba y buscaba los mejores precios y decidía el destino de las divisas. Eso demostró que nacionalizar el comercio es posible, solo que acabó fracasando porque terminó subordinándose a los intereses de los grandes terratenientes. Eso marcó el colapso de esa experiencia.

Recuperar eso, pero avanzando hacia el cuestionamiento de la gran propiedad agraria. Eso permitiría que el país deje de sufrir el chantaje de los liquidadores de divisas. Si el dólar no está lo suficientemente alto, no liquidan.

VCF – El año que viene comienzan a aparecer los grandes vencimientos de deuda. ¿Cómo condiciona eso la economía?

Si la política es pagar a como dé lugar es muy difícil que no haya ajustes en lo inmediato y seguramente reestructuración de esa deuda. Porque, así como está, es impagable. Creo que seguramente vayamos hacia alguna reestructuración. Sabemos también que las reestructuraciones no son ningún alivio mirando el mediano plazo.

Argentina reestructuró la deuda en 2005, en 2011 no le quedaban dólares al país y empezó la aplicación del CEPO para seguir sosteniendo los dólares para pagar esa deuda. Lavagna hizo una reestructuración de la deuda y sin embargo tuvo que hacer un ajuste de más de dos puntos del PBI para poder lograr superávit. En ese sentido, cualquier reestructuración o reperfilamiento no va a producir el alivio para moderar el ajuste.

Por eso nosotros planteamos el rechazo al FMI y al chantaje de la deuda. Está totalmente probado su carácter fraudulento y la reproducción de ilícitos durante todo su recorrido. El macrismo, con este reperfilamiento, pretende agregar otro capítulo nefasto. Todo indica que lo empieza Macri y lo termina Alberto Fernández.

VCF – Ante la crisis, Chile, por ejemplo, liberaliza más su economía. ¿Por qué Argentina no puede o no debe hacer eso?

Liberalizar la economía es una respuesta que tiene determinados beneficiarios que no son el conjunto de la sociedad. Es una salida para descargar costos sobre las mayorías y producir mejores ganancias para un puñado de empresas.

Eso es lo que intentó hacer Macri durante estos cuatro años y lo que estuvimos viendo fue que aumentó la desigualdad, empeoraron las condiciones de vida, el poder adquisitivo del salario cayó un 20%, el costo de vida y el peso de los servicios públicos se ha encarecido. Es ese tipo de salida la que lleva la liberalización.

Chile es un país que ha logrado atraer algunas inversiones y mantener niveles de crecimiento más o menos elevados, pero lo ha hecho a costa de la fuerza del trabajo. A costa de que gran parte de los trabajadores con empleo formal están en el límite de la canasta de pobreza, con jubilaciones bajas y trasladando a la sociedad esos costos. Difícilmente, salvo que se mire desde el pequeño porcentaje más rico de la sociedad, sea un modo a imitar.

VCF - Desde la izquierda se critica el ajuste y desde la derecha se critica el gradualismo del gobierno de Macri. La economía de Cambiemos no convenció a nadie. ¿A qué crees que se debe?

Hablar de gradualismo es funcional a Macri. La crítica por derecha de estos francotiradores le permite aparecer como más moderado de lo que realmente fue. La crítica por el gradualismo es porque Macri aumentó el déficit fiscal durante su primer año de gobierno y lo mantuvo alto.

Pero esto no fue porque no bajó el gasto, sino porque también bajó los impuestos y bajó la recaudación beneficiando a sectores claros: ricos con bienes personales, eliminó impuestos a las empresas más grandes, eliminó retenciones, redujo contribuciones patronales.

Es cierto que no terminó de conformar a nadie, pero no sé si por el gradualismo, sino porque las reformas de largo plazo, como la Reforma Laboral, no las pudo imponer porque se topó con una relación de fuerzas.

El gobierno de Macri tuvo que administrar un rechazo popular a las medidas que tomó y que, hasta diciembre de 2017, había logrado evitar que se manifestara activamente en las calles. Ahí estuvo condicionado, evitó ir al choque frontal pero cuando chocó quedó sepultada parte de su agenda más agresiva.

Algunos sectores quedaron disconformes por la falta de reformas estructurales y otros porque el ajuste que hizo Macri, y que es el ajuste que le pedían desde los sectores dominantes, produjo una economía en recesión. Empeoró muchos de los desbordes macroeconómicos que ya habían: vino a bajar la inflación, pero al mismo tiempo aplicó tarifazos y agravó la inflación.

Las condiciones para invertir se vieron perjudicadas, puso tasas de interés por las nubes que estimularon más la bicicleta financiera que la inversión productiva. Hay disconformes por lo que no pudo hacer por la relación de fuerzas, hay disconformes porque generó una crisis de endeudamiento y hay disconformes por el efecto recesivo que tuvieron las políticas que aplicó.

Yo creo que en lo de gradualismo y esta idea de los liberales hay mucho relato funcional a Macri. Pensó que esto le podía servir para quedar en un lugar de moderado, pero después de la crisis esto termina en una crisis política irremontable.

VCF - La reactivación del mercado interno ¿puede ser una de las salidas?

Yo creo que es muy difícil que las Pymes no sigan siendo grandes perjudicados. Porque más allá de la promesa de recuperar el mercado interno, lo cierto es que los economistas del entorno de Alberto Fernández han dicho que quieren mantener el dólar alto. Esto tiene como correlato, para sostenerse, contener los salarios.

Esta pérdida de poder adquisitivo de los salarios de un 20% en lo que va del gobierno de Macri no va a estimular ningún mercado interno. Más bien lo contrario. Hay que ver cómo van a resolver el desquicio financiero que hay con tasas al 80%.

La situación que estamos teniendo: de costos financieros altísimos, panorama de costos poco claro, hundimiento del poder adquisitivo, cierre de fábricas que se cuentan de a ciento… No es claro cómo se puede revertir si continúan con la jerarquía de cumplir con los acreedores y continuar este programa del FMI que es un programa de ajuste. En este sentido, si no discutimos el problema del FMI para cambiar la orientación de la economía y frenar el cierre de empresas, parece una quimera. Es algo que no se sabe cómo se va a hacer.


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