Vaca Muerta es la flor de loto que crece en medio del barro de la castigada economía argentina. En pleno derrumbe del consumo de energía en todos los segmentos -hogares, comercios e industria- los yacimientos no convencionales siguieron la senda de crecimiento. 

Según los datos de julio, la producción de shale gas de Neuquén llegó a los niveles de hace 14 años atrás, en la época de esplendor de Loma La Lata, mientras que el petróleo no convencional permitió cosechar los mejores números de la última década. 

Ese crecimiento sostenido que ya lleva seis años ahora se enfrenta a una gran incertidumbre producto del descalabro de la economía gestionada por el gobierno de Mauricio Macri doblegada a las recetas de ajuste del Fondo Monetario Internacional.

El congelamiento del precio del petróleo por 90 días para impedir que el costo de la devaluación se traslade de forma directa a los surtidores comenzó a paralizar operaciones en Vaca Muerta. El gremio petrolero, que conduce Guillermo Pereyra, quien está en plena campaña para renovar su banca en el Senado, se puso en alerta y amenaza con medidas de fuerza ante el riesgo de despidos. Según el Sindicato, ya hay suspensiones de trabajadores en curso por la imposibilidad de las principales operadoras de la cuenca de conseguir financiamiento para sostener las inversiones. Sucede que junto con el virtual default denominado “reperfilamiento de la deuda” por el gobierno, se incrementó el riesgo crediticio de las compañías. Si bien las petroleras que operan en el país tienen una sólida posición financiera, ven encarecido el crédito. 

A su vez las grandes compañías de servicios especiales comenzaron a bajar equipos y el gremio estima que deberán suspender una importante cantidad de personal. Si bien las 1.000 suspensiones que denuncia el sindicato es un número considerable, se trata de un porcentaje menor sobre el universo de 25 mil trabajadores del sector.  

Sin embargo, la sangría puede acentuarse en las pymes proveedoras de la industria que ya vienen manifestando su crítica situación por la pesificación de los contratos en dólares y el congelamiento de los que estaban en moneda nacional a valores previos a la devaluación que se desató luego de las elecciones primarias.

En este contexto, sostener el crecimiento de Vaca Muerta será un gran desafío para el próximo gobierno. 

Si hay una política que tuvo continuidad entre los gobiernos de Cristina Fernández y Mauricio Macri fue el desarrollo de Vaca Muerta, aunque con modelos energéticos muy disímiles, sobre todo desde las tarifas. 

Una de las medidas que deberá tomar el futuro presidente no bien asuma será recomponer los esquemas tarifarios y normalizar el mercado del petróleo, cuyo valor interno hoy está casi 20 dólares por debajo del internacional, lo cual se traduce en la caída de inversiones en los yacimientos.

Vaca Muerta es tema obligado en la campaña electoral, no sólo para los locales que intentan llegar al Congreso, sino también para los aspirantes a la Casa Rosada. Desde Cambiemos sacan a relucir el crecimiento de la producción que permitió reanudar las exportaciones de gas a Chile, mientras que el kirchnerismo recuerdan su impulso al desarrollo del shale. El candidato del frente de Todos, Alberto Fernández, dijo esta semana que “Cristina hizo las cosas muy bien, Macri las siguió, hasta que ahora alteró un poco los contratos. Hay que continuar con esa política y hay que seguir atrayendo el capital transnacional para que venga a invertir en Argentina y desarrolle Vaca Muerta”. 

El economista Guillermo Nielsen es uno de los colaboradores de Fernández que trabaja en posibles planes de gobierno para el sector petrolero. 

Además estos días se conocieron declaraciones del presidente de Vista y ex titular de YPF Miguel Galuccio, quien aseguró que “si Cristina Kirchner es elegida como vicepresidenta, con Vaca Muerta hará lo necesario para continuar con lo que venimos haciendo y va a acelerarlo”. 

“Si Macri es elegido creo que también hará lo propio. Es muy difícil que entre argentinos nos pongamos de acuerdo en algo, pero en los últimos seis años, funcionarios, la sociedad, gremios y empresas, coincidimos en que Vaca Muerta es una oportunidad enorme para el país”, indicó que una entrevista con Bloomberg que se realizó en abril pero que fue difundida la semana pasada. 

Las palabras de Galuccio cobran fuerza en medio de la disputa que mantiene su empresa con el gobierno por el congelamiento del barril.