Mendoza // 2019-08-20
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La otra carrera electoral: ultra derecha vs súper izquierda
En un reducido mapa electoral, la derecha se posiciona mejor que la izquierda. Cerca del 80% de los votos efectivos se distribuyen entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, polarizando enormemente estos comicios. Sin embargo, un minoritario porcentaje del electorado se vuelca preferentemente por expresiones políticas neoliberales, conservadoras y de carácter religioso, por encima de los postulados de izquierda.


Tras las elecciones PASO y la fuerte polarización que dio como ganador a Alberto Fernández, un análisis de otras aristas revela el crecimiento del voto a las derechas en el país. Si bien el porcentaje obtenido por los partidos de carácter de derecha en materia política, económica y social no es contundente, sí es notablemente mayor respecto de elecciones previas.

Asimismo, se registra un retraimiento en el electorado que optó por las izquierdas de corte marxista-trotskista. De este modo, en un mapeo del voto de los extremos políticos, la derecha queda mejor parada por sobre la izquierda. El gran ganador y sorpresa de estos sectores fue Juan José Gómez Centurión, candidato del Frente Nos.

El ex funcionario macrista constituyó su propio frente electoral embanderándose en el reclamo contra la legalización del aborto. “El único partido íntegramente pro vida” fue el eslogan que aunó a sectores eclesiásticos, evangélicos pero también de corte militar, que posicionó a Gómez Centurión como el referente de derecha más votado, logrando 2,63% de votos.

Lejos de mejores performances, el FIT, con Nicolás del Caño a la cabeza, cosechó apenas un 0,23% más de votos que Gómez Centurión, consiguiendo un 2,86%. Incluso quedó relegado por el voto en blanco que representó mayor porcentaje que el Frente de Izquierda.

El mediático economista José Luis Espert, a quien se le avizoraba mejor resultado, apenas logró pasar el filtro de las PASO con un 2,18%. El referente económico neoliberal logró captar buena parte del voto del electorado descontento e insatisfecho con las políticas impulsadas por el actual gobierno.

La única pre candidata mujer, Manuela Castañeira, al frente del MAS, consiguió 0,71% de votos, lo que la dejó fuera de la carrera electoral de cara a octubre.

Con discurso y propuestas de ultra derecha, el controvertido Alejandro Biondini, del Frente Patriota, quedó en el camino alcanzando sólo un 0,24% de votos. En una seguidilla de iniciativas, Biondini promovió en su campaña el rearme material y espiritual del país, la nacionalización de servicios públicos, la oposición al aborto legal y la defensa de la familia tradicional, entre otras.

Los electores que optan por los partidos de derecha, si bien en poca proporción, son más que en 2017 y 2015. “Muchos votantes se frustraron con Cambiemos por eso han cambiado su opción electoral”, indica Javier Díaz Araujo, politólogo y docente de la UNCuyo, al observar cómo el voto se ha volcado a otras expresiones partidarias, dejando de lado al oficialismo.

“Voto a Biondini porque es un movimiento nacionalista, donde respetan el derecho del otro, así piense diferente. Es un partido donde resaltan mucho las fechas patrias, recordándolas. Apoyan mucho a los veteranos de Malvinas. Es un partido que apoya  las dos vidas”, repasa Marcos O., votante del Frente Patriota en estas últimas PASO.

Javier Díaz Araujo destaca el vigente debate social en torno a la legalización del aborto, y cuyo rechazo ha servido de estandarte para muchos partidos de derecha. “Que partidos minoritarios hayan logrado pasar a octubre tienen que ver con la coyuntura del tratamiento de la interrupción voluntaria del embarazo”.

“La oposición a la IVE ya tenía representación electoral en algunas provincias. De la mano del famoso pañuelo celeste han logrado alguna adhesión más significativa, que en otros momentos podía estar diluida en otros partidos”, indica el politólogo de la UNCuyo. Si bien Gómez Centurión centró su campaña en contra de la legalización del aborto, no fue del agrado de muchos votantes de derecha.

“Voté a Biondini porque dentro de los referentes pro vida es el único que no me parecía funcional a Macri. Gómez Centurión, si bien es un candidato que tiene los valores del movimiento celeste, es el primero a nivel nacional al que los medios le prestan tanta atención. Y eso nos hizo mucho ruido. Al ser funcionario de Macri, no fue una opción viable para mí. Le tengo bastante desconfianza”, expresa Marcos P. 

“Por eso voté a Biondini, aunque sabía que no iba a pasar. Es una cuestión de valores y convicciones, de no votar a ninguna de las opciones polarizadas. En la general, mi voto va a ser en blanco ya que ningún candidato representa nuestro movimiento”, añade Marcos P. En este aspecto, entra otra categoría, un tanto depreciada por estos tiempos al entender de Díaz Araujo: el voto ideológico.

El politólogo expone: “La gente vota por muchas cosas. Hay un componente ideológico cada vez menor. Hay un componente etario muy fuerte. Pero creo que fundamentalmente el voto estuvo dado por las razones económicas que definió que la gente votara como votó. Entonces estas expresiones electorales puramente ideológicas perdieron capacidad competitiva”. 

La situación económica crítica fue eje de campaña y de plataforma de los partidos mayoritarios. De ello se hizo eco José Luis Espert para su precandidatura. Muchos votantes desencantados con Cambiemos, eligieron a Espert en estas PASO, fundamentalmente por su lineamiento neoliberal. “Me cansé de los mismos de siempre, que no toman medidas sustentables, sino siempre parches”, manifiesta Enrique, votante de Unite.

“Espert propone reducir el estado y con ello el gasto público, ergo los impuestos que nos cobran para sostener el inmenso aparato estatal. Propone eliminar muchos impuestos que son extorsivos,  combatir las mafias sindicales y flexibilizar el régimen laboral, lo que redundará en un mayor nivel de empleo. Propone una mayor libertad del mercado. En fin: un sistema más sano y fluido que se equilibrará por su mismo peso”, agrega.

Rodolfo también votó a Unite, el partido que encabeza Espert. “Me puse a escuchar todas las campanas que pude y encontré a Espert. Él da un diagnóstico que me parece muy acertado, racional y con mucho sentido común. Al analizarlas, me doy cuenta que no sólo son factibles, sino que serían un cambio rotundo en asuntos que la Argentina viene haciendo cada vez peor”, opina.

“Siento que es un verdadero estadista y no un político cazador de votos, con la demagogia como arma. Estas no son épocas para andar siguiendo a quienes nos han metido en estos líos; y que al analizar sus propuestas, siguen siendo más de lo mismo. Ir a la vanguardia, requiere estrategias de vanguardia. Es como querer ganar el próximo mundial con tácticas que usamos en el 78 u 86. Ya no van más”, considera Rodolfo.

Para Díaz Araujo, el fenómeno Espert es coyuntural: “Espert fue una consecuencia del mal desempeño de Cambiemos. Ese electorado estaba dentro de la órbita de Cambiemos y ante la insatisfacción de sus expectativas, se fueron a ese partido. Probablemente en octubre vuelvan a  ir a Cambiemos. Pero eso no cambia el mapa electoral en una elección ya definida”.

En la otra vereda, la situación de las izquierdas no mejora mucho el panorama. El FIT y el MAS reúnen juntos 3,57% de votos, más de un punto por debajo de las derechas, que sumando a NOS de Gómez Centurión y a Unite de Espert completan ambos un 4,81%. “El FIT ha perdido casi un punto respecto del 2015. Esto puede tener que ver con la ineficiencia del momento político”, conjetura el politólogo.

Lautaro, elector del FIT, evalúa: “Si bien no tiene chances de poder real, elijo al FIT porque considero importante que en el ámbito parlamentario ocupen espacios. Creo que proponen debates que son necesarios que se planteen en lo legislativo, que los partidos tradicionales no aportan, como la necesaria legalización del aborto. Además siempre es sano que se haga ruido en un congreso tan polarizado”.

Sobre el decaimiento del FIT, el docente de la UNCuyo considera: “La apuesta discursiva del FIT, de que las expresiones mayoritarias son lo mismo, como en el 2015 con que Scioli y Macri son lo mismo, no ha dado resultado. Las dos expresiones políticas mayoritarias han tenido una diferencia conceptual muy fuerte respecto de lo que quieren que sea Argentina, por eso también el FIT ha perdido nivel de representación”.

La expansión del voto a la extrema derecha o extrema izquierda se ve, por estos días, coartado por la discusión económica. “Cuando a la gente le va mal, todas las otras variables pierden mucho peso. De todos modos, siempre va ha haber escaños parlamentarios reservados para esas expresiones”, analiza el politólogo Javier Díaz Araujo.



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