Entrevistas // 2019-06-16
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Carlos Zannini
“Las PASO a veces pueden servir y a veces no”
El ex integrante de los gabinetes de Néstor y Cristina Kirchner habló sobre la elección presidencial y destacó la necesidad de “ayudar a la fórmula nacional y en el medio preservar los intereses provinciales”. Señaló que exponer él sobre la interna neuquina “sería imprudente” pero aclaró que “Cristina tiene que opinar porque ella va en la boleta”.

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De visita por Neuquén el fin de semana, Carlos Zannini dijo que “sería imprudente” de su parte si opinara sobre la situación interna en el peronismo y el kirchnerismo local, para definir las candidaturas a cargos legislativos nacionales. Pero en sentido general expresó que “las PASO a veces pueden servir y a veces no”, por lo tanto “hay que verlo en cada lugar, en cada momento”.

Apuntó, sin embargo, que “los lugareños tienen que saber que Cristina tiene que opinar también, porque ella va en la boleta, y por lo menos se la debe consultar”. Consideró que en cada provincia se debe “evaluar qué es lo que más conviene hacer para ayudar a la fórmula nacional” integrada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

En otro orden, el ex secretario de Legal y Técnica durante las presidencias de Néstor y de Cristina Kirchner, y también candidato a vicepresidente de Daniel Scioli en 2015, afirmó que “lo han comprado caro” a Miguel Pichetto al incorporarlo como segundo de Mauricio Macri en el binomio presidencial, porque “una cosa es lo que aporta y otra lo que ellos piensan que aporta”.

“Piensan que han llevado peronistas al gobierno, pero él se va solo”, y además “no es una persona que se caracterice por ganar elecciones”. Sostuvo que tampoco es “garantía de gobernabilidad”, y encima “piensan que han comprado experiencia de gobierno y Pichetto nunca ha estado ni una hora gobernando nada. Tiene una larga experiencia legislativa pero no tiene experiencia de gobierno”, remarcó.

Entrevistado por Va Con Firma en el medio de sus encuentros con militantes de la provincia de Neuquén, Zannini afirmó que el macrismo solo piensa “en país extractivista, donde el agro, la minería y el petróleo sean lo único que exista y el resto venga importado”. Aseguró que el gobierno “proyecta un país sin industrias, sin capacidad científica-tecnológica, sumamente dependiente y muy endeudado”.

-¿En qué consistieron  los encuentros que mantuvo en la zona con parte de la militancia neuquina, como el de Plottier?

-Fue una jornada maravillosa en Plottier porque en un lugar que estaba bastante fresco, había mucho calor humano. Tuve la oportunidad de agradecerle a los presentes lo que han hecho por mí. Tuve incluso un encuentro con un militante estudiantil de la década de los años ‘70, con quien resulta que estuvimos detenidos juntos en la alcaidía de jefatura de Policía cordobesa, una persona muy conocida acá en Neuquén (N. de la R: se refiere a Juan Manuel "Nolo" Ocampo). El encuentro con una militancia por una municipalidad me hizo recordar a mí los comienzos de Néstor, del '87 al '91, me hizo revivir la candidatura a intendente de él, el trabajo en los equipos políticos técnicos. Compartimos aquella experiencia, fue una cosa muy interesante y alguien me interrumpió para decirme "no sigas que yo hice canciones a Néstor, me emociono mucho y me voy a largar a llorar". Y le dije "lloremos, hermano". Y prácticamente lloramos todos.

Fue un encuentro con el afecto, que es algo que le hace muy bien al alma. Porque la militancia política por ahí se asimila a una cosa impersonal, mecánica. Para colmo se le dice militancia, como que está militarizado, y no. Fue un encuentro humano, lleno de cariño, de afecto, de interconexión entre compañeros y de gente que no tiene militancia en el peronismo, que viene de otras experiencias, de otros modos de ver. Entonces, fue una jornada muy enriquecedora y espero que les haya servido a los compañeros porque en septiembre enfrentan una elección local. Y sobre todo espero que les sirva para que se entusiasmen con la fórmula que integra Cristina y pongan todo el esfuerzo que hay que poner para recuperar la posibilidad de futuro en Argentina porque concibo esta etapa en la política como una militancia por el futuro.

-¿Cómo ve el armado de las fórmulas del peronismo a nivel provincial, que está dividido entre quienes creen que hay que ir a unas PASO y quienes esperan que al candidato lo elija Cristina?

-Yo creo que hay que evaluar qué es lo que más conviene hacer para ayudar a la fórmula nacional. Si entrar en una disputa local que puede tener heridos, descontento y gente triste, o si lo que conviene es acordar. Creo que, si hay madurez en el nivel nacional como para componer desde ideas distintas, hay también que tomar en el orden local una cosa así. Yo sería imprudente si opinara sobre lo que pasa en Neuquén porque no es de mi conocimiento directo. Solo es de mi conocimiento indirecto y para colmo lo conozco a través de una de las partes, que es Oscar Parrilli, una persona a la que yo quiero y con la que comparto mucho tiempo. Tengo un interés muy especial en no intervenir en la interna neuquina. Yo creo, como hombre de provincia y hombre del interior, que nosotros tenemos que ayudar a la fórmula nacional y creo que en el medio siempre hay que preservar los intereses provinciales. También hay que tener en cuenta el futuro de la militancia. Creo que son dos compañeros maduros y en todo caso deben discutir las reglas del juego y ponerse de acuerdo entre ellos. Incluso consultar a Cristina. Tampoco puede ser Cristina la convidada de piedra. Si tenemos una jefa, una conductora, vamos a tener que escucharla y ver qué nos aconseja.

En todo el país Cristina tiene un nivel de imagen y de intención de voto por encima de la suma de las imágenes y las intenciones de voto de los compañeros que militan en cada uno de los territorios. Eso está indicando que Cristina llega más lejos, más profundo, más alto, que todos nosotros juntos en las distintas provincias. Y eso hay que tenerlo presente a la hora de tomar decisiones. Para nosotros siempre ha sido una dificultad representar en el territorio la mejor expresión de Cristina en el lugar. Esa es una dificultad que tenemos desde el inicio en Santa Cruz, en Tierra del Fuego, en Jujuy, en Buenos Aires, en Santa Fe, en Córdoba, en Capital. Cristina supera a Macri en todo el país, sobre todo en el norte, en el Conurbano bonaerense y en la Patagonia. Ahí es donde hace mayores diferencias por encima del promedio y no logramos que el conjunto de los compañeros llegue al nivel. Porque la idea es que si la quieren a Cristina nos tienen que querer a nosotros. Pero no es automática la traslación, muchas veces la problemática local tiene entramados que uno desde Buenos Aires no comprende, desde otra provincia no comprende, y que solo comprenden los neuquinos.

-También entran en juego las cualidades personales de los candidatos.

-Y la capacidad organizativa.

-Ir ahora a unas PASO a nivel nacional parece ser una autocrítica respecto de lo que pasó en 2015.

-Esa es una mala lectura de 2015. En 2015 no hubo PASO porque nadie se animó a enfrentar la fórmula que yo componía con (Daniel) Scioli. El caso específico es que Cristina pidió un baño de humildad en Chaco y bajaron cuatro de cinco candidatos. El otro que quedó, (Florencio) Randazzo, podía haber ido a unas primarias abiertas, y desistió porque no podía enfrentar mi presencia en esa fórmula. Porque él quiso, no por algo que le hubiera sido impuesto. Hay gente que critica el dedo... Yo veo el caso reciente de Pichetto, que puso el grito en el cielo porque la elección de Cristina había sido a dedo. ¿Y a él cómo lo eligió Macri? Cuando el general (Juan Domingo Perón) dijo "todos llevamos el bastón del mariscal en la mochila", nos puso el bichito adentro en donde cada uno quiere tener el bastón del mariscal y uno tiende a quejarse si no lo tiene. Pero eso es muy humano, es muy de la lucha de ideas, de ambiciones y de los egoísmos. Tiene que ver con las grandes virtudes y con los grandes defectos del ser humano, que son el ego y el querer ser.

Las PASO a veces pueden servir y a veces no. Hay que verlo en cada provincia, en cada momento. Por ahí hay una interna bien democrática que favorece, y por ahí crea heridas que impiden que los derrotados trabajen con fuerza por el que gana. No me enamoro de las herramientas. Digo que hay que hacer un análisis del lugar y que les corresponde a los lugareños. Ahora los lugareños tienen que saber que Cristina tiene que opinar también porque ella va en la boleta. Por lo menos consultar.

-¿En 2015 nadie se animó a enfrentar a la fórmula Scioli- Zannini?

-Nadie se animó. Esa es la verdad histórica. La interpretación siempre fue otra. Se encargó de difundir esa idea el periodismo interesado. No hablo de periodistas de carne y hueso, sino de cierto periodismo que estuvo interesado en presentar el caso como que no había democracia interna. Y resulta que no critican la manera de elección en los otros partidos. Acá está claro que hay dos maneras de ver la realidad. Cuando Alberto se reconcilia con Cristina dice que "se kirchneriza", que significa un “cierre “de Alberto, y que ahora se vuelve un "fanático kirchnerista". Pero cuando después de echarle la culpa de todos los males de la Argentina al peronismo, Macri elige a un ex peronista para integrar su fórmula, dicen "qué amplio que es", "cómo convocan al diferente". ¿Dónde está la democracia en un partido que nunca hizo una elección interna? ¿O alguna vez el Pro o Cambiemos hizo alguna elección interna? Sin embargo, a nosotros se nos reclama un super democratismo que después da la vida por una primaria abierta.

Lo central es qué país queremos construir, que país estamos teniendo, que análisis hacemos del gobierno actual. Si decimos "a estos no los voto porque se robaron todo", te estás encerrando. Ni siquiera en una media verdad, en un engaño. Porque esa afirmación no es cierta, pero nubla la mente de quien la porta. Hay mucha gente que ya no quiere escuchar argumentos "porque sos kirchnerista". Hay una gran parte de los medios, de las redes, que trata de desprestigiar al kirchnerismo como que es todo lo corrupto.

-¿Eso lo atribuye al discurso mediático actual?

-Eso ha sido habitual herramienta para combatir el peronismo. Si repasás la historia argentina y ves los diarios y las causas judiciales del ‘55, las ves reproducidas en el ‘76 y ahora. Causas por traición a la Patria, le hicieron a Perón. Arrepentidos, tuvo Perón; de su propio gobierno. Se han utilizado en contra del peronismo para tejer una imagen. Hay dos metáforas en la sociedad argentina que llevamos adentro: radical honesto, peronista corrupto. Eso penetró y penetra. El radicalismo no está más, están de furgón de cola de la peor derecha que tuvo la Argentina en el gobierno porque desguarnecen la patria, porque planean la miseria para el pueblo. No tenés más el concepto radical. Macri no es la idea de honestidad, es parte de la “patria contratista”, se inició con el negocio de la basura en la ciudad de Buenos Aires.

Y hay un concepto de que el peronismo es corrupto. El peronismo ha demostrado tantas veces su capacidad de gobernar, de hacer, y ha sido investigado tantas veces y tan pocas cosas le han encontrado. No hay peronista con las cuentas que tiene Macri en el exterior. No hay peronistas que sean dueños de una concesión del Correo Argentino que quieran defraudar al Estado argentino. Esas cosas no la hacen los peronistas. Entonces le cambian el nombre: no le dicen más peronistas, son los kirchneristas. "Con los peronistas no tenemos problemas", dicen. Por eso fijate el contrasentido. Hablando muy mal de los últimos setenta años de peronismo la desorientaron a Mirtha Legrand, y tienen que poner aun peronista como salvavidas de última hora para un gobierno que no ha hecho sino fracasar en todo.

-¿Qué le aporta Pichetto a Cambiemos?

-Yo creo que lo han comprado caro. Una cosa es lo que aporta y otra lo que ellos piensan que aporta. Piensan que han llevado peronistas al gobierno y yo veo que no porque él se va solo. Tiene que renunciar a la presidencia del bloque de senadores, no se lleva al bloque. No lo veo portador del peronismo y no es una persona que se caracterice por ganar elecciones. Es un peronista que ha tenido varias derrotas. La otra cosa que piensan, en la inexperiencia que tienen en el gobierno, es que han traído a alguien garante de la gobernabilidad o con experiencia de gobierno. Ninguna de las dos cosas. La garantía de la gobernabilidad nunca estuvo en una persona. La garantía de la gobernabilidad es la democracia, que todos respetemos las reglas comunes y que nuestro sector político haya hecho una oposición muy dura pero democrática. Porque nadie apela a la caída del gobierno, todos estamos aspirando a sucederlo.

El otro punto es que piensan que han comprado experiencia de gobierno y Pichetto nunca ha estado una hora gobernando nada. Es un hombre que tiene una larga experiencia legislativa, de tal manera que ha sido presidente de tres bloques oficialistas, pero no tiene experiencia de gobierno. La experiencia parlamentaria es otra cosa, es un mundo con tiempos, criterios y códigos distintos al de gobernar todos los días.

-Hace un momento usted decía que Cristina mide mejor que Macri en todas las provincias. ¿Se puede hablar entonces de un triunfo en octubre?

-No. Creo que tenemos dos riesgos. Un derrotismo que pasa por pensar que son invencibles porque tienen toda la plata, porque se robaron todo y porque tienen todos los medios a su favor. Y otra exitista, que dice ‘le ganamos en primera vuelta, no tienen ni para empezar’. Si uno hace un análisis serio de cómo estaba este país en 2015 y cómo está ahora, se da cuenta de que este gobierno fracasó, no le pegó en nada. No sé si habrá alguna cosa que hayan podido continuar bien, en mi provincia hicieron todo mal.

-En Neuquén la vidriera es Vaca Muerta.

-Se creen los padres de Vaca Muerta después de que votaron contra la expropiación de las acciones de Repsol, la toma de control de YPF por parte del Estado nacional, y votaran en contra de la ley que le sirvió de base al desarrollo de Vaca Muerta. No es que nosotros hayamos inventado Vaca Muerta, pero no hay inversión que no haya sido contemplada en el plan de negocios que tenía la YPF que nosotros estábamos conduciendo a través de Miguel Galuccio. Ahí se ve el país que ellos están construyendo: un país extractivista; un país donde el agro, la minería y el petróleo sean lo único que exista y el resto todo importado. Proyectan un país sin industrias, sin capacidad científica tecnológica. Es un país sumamente dependiente y muy endeudado. Tiene un futuro malísimo la Argentina en esos términos. Son grandes destructores del pasado y nos dejan sin futuro.

-Si el triunfo no está garantizado, ¿la clave es seguir trabajando en ampliar el Frente de Todos?

-Estamos en una etapa en la que tenemos que hablar de las cosas que nosotros proyectamos para los argentinos hacia adelante. Creo que la gran virtud que tenemos y el fracaso del macrismo es que valoriza muchas de las cosas que nosotros demostramos que sabemos hacer: fortalecer el consumo interno, la educación pública, la salud pública, los avances científicos que se produjeron con el retorno de investigadores a la Argentina y que este gobierno está destruyendo. Básicamente, tenemos que retomar un camino de construcción de un país bien fuerte, con una infraestructura que sea muy eficiente. Ellos dicen que estamos haciendo lo que no había hecho nadie. Pero no están haciendo nada. Nos están queriendo convencer de que siete kilómetros de ruta en la Capital Federal son la infraestructura vial que necesitan los argentinos. Pero nosotros hicimos la autopista Córdoba-Rosario, la autopista que cruza todo Entre Ríos y la que liga con el Mercosur. Esas son obras de infraestructura. No se hacen de un día para el otro. Nadie puede construir un país en un periodo de gobierno, pero tampoco un gobierno puede ignorar que debiera haber construido sobre lo que nosotros habíamos hecho.

Estaba muy bien lo que ellos decían: "nadie va a perder derechos, lo que está bien lo vamos a continuar". Mentira. No continuaron nada de lo que estaba bien. El problema es que han defraudado. Son lo más antidemocrático que hay, porque lo más antidemocrático es decir una cosa y hacer otra, y ocultar la intención. La gran fortaleza de la democracia que tenemos que preservar todos es concebir el voto como un contrato entre el ciudadano y el candidato, y hacer en el gobierno lo que dijiste que ibas a hacer.

-¿Cree que este gobierno va a ser juzgado en un futuro, pensando en la violación a algunos derechos constitucionales?

-Creo que no va a ser tarea de un futuro gobierno, que eso sería en todo caso tarea de la justicia que tiene que mejorarse a sí misma. No critico a toda la justicia, critico a los jueces que se han prestado para las operaciones mediáticas y las operaciones de inteligencia. Esos jueces son una mancha muy grave para la República, pero no voy a cometer el error de criticar al conjunto del Poder Judicial porque sé que hay miles de jueces honestos que aplican el derecho como centro de su vida, sobre todo en las justicias provinciales y en la justicia nacional también. Estamos hablando de un pequeño grupo de operadores políticos, más que de operadores judiciales.

Yo creo que el mejor castigo que pueden recibir, y con eso me conformo en términos personales, es que esas ideas que ellos portaban, acerca de que endeudarse es bueno, que va a venir a inversión extranjera a salvarnos, queden desprestigiadas. Después, todo lo que ha sido corrupción, como Panamá Papers o el curro del Correo, tendrá implicancia judicial. Yo me imaginaba a alguien en las catacumbas, en los servicios de inteligencia, escribiendo el libreto para entretener a los argentinos mientas esos se roban todo con guante blanco. Resulta que la puerta de la catacumba era la puerta del despacho del ministro de Justicia (Germán) Garavano, que se reunía con testigos para acondicionarlos, para comprometerse y para darles instrucciones de lo que tenían que hacer en las causas contra Cristina.

Habiendo sido parte de una causa siempre supe que no era contra mí, que era contra Cristina. La idea era ponerle un techo a su crecimiento electoral en función del desprestigio que le pudieron ocasionar las causas que le inventaron. Eso es algo que se está cayendo y se está degradando. Hoy el que tiene el techo más bajo es Macri. El 70% de la población está disconforme con sus políticas. Aunque eso no es una garantía de que nos elijan a nosotros, ese es otro tema. El trabajo político nuestro es armar un frente electoral tan amplio en el que quepa ese 70% de la población que se opone a Macri. Si somos exitosos en eso, ganamos. No hay inevitabilidad en los acontecimientos. Y quien está en el gobierno siempre tiene alguna ventaja respecto de quien está en la oposición, porque de última el gobierno también puede cambiar el rumbo, o dar la idea de que se arrepiente de algo.

-También se juzga la gestión de quien está en el gobierno.

-Ojalá. Si eso ocurre el triunfo estaría asegurado. Ellos no pueden decirle a nadie que van a dejar un país mejor del que recibieron. Está claro que erraron en todos los órdenes. Ahora hay una manera perversa de ver la realidad, que dice que como tuvimos el 3,1% en mayo está bajando la inflación. Mentira. Si la medís en términos de un año, es la más alta en los últimos 30 años. Entonces, ¿hay margen para que manipulen nuestras mentes y para hacernos ver cosas que no son? Sí, hay margen. Existen las herramientas para hacer eso, existen las redes, las fake news. Se adueñan de nuestras mentes metiéndonos criterios incorrectos para decidir las cosas. Por ejemplo, no querer votar la fórmula porque está Cristina, por las cosas que le atribuyen. Vayamos a ver si es cierto eso. En la propia acusación contra Cristina hay una gran mentira. Está claro que el delito de “asociación ilícita” es un recurso que utilizan los jueces cuando no tienen un hecho para enrostrar. Parece que dirigía once asociaciones ilícitas. Ella fue presidenta de un gobierno. Cada aspecto de la función de gobierno se quiere presentar como una asociación ilícita. Eso es un dislate jurídico, eso no encuentra prueba jurídica que lo sustente.

Hoy hay una profunda acción mediática en donde se te crea la sospecha de que sos un delincuente, un juez que acepta eso como una verdad, y un derecho procesal creativo que estira las normas, las reforma, para poder meter presas a esas personas. Ninguno de los encarcelamientos que hay en este momento están explicados en una sentencia definitiva que tenga calidad de cosa juzgada, de modo que se está violando el principio de la presunción de inocencia que establece la Constitución. Cuando miremos a este gobierno vamos a decir que hubo en Argentina un apagón institucional. Esta gente va a pasar a la historia porque desvalorizó las instituciones con un discurso republicano. Eso es lo más perverso del caso porque se creen que son democráticos.

-¿Qué lugar le gustaría ocupar en un eventual gobierno de Fernández-Fernández?

-(Risas). Yo trabajé 12 años en la Secretaría de Legal y Técnica. Eso, en términos de trabajo, te lo paso en números: 29.442 decretos simples y 317 Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Eso para mí fue una dedicación full life al gobierno. No tengo vocación de volver a esa misma tarea ni tengo ninguna expectativa de integrar ningún cuerpo del gobierno que viene. Me siento conforme en la formación de cuadros, en el debate, en la discusión con los militantes. Me siento más suelto y le dedico más tiempo a mi familia. Mi compromiso es con las ideas que yo asumí cuando tenía 15 años y me puse a apoyar la primera huelga municipal en mi pueblo. Dolores de cabeza he tenido, pero también he tenido la gran satisfacción de dar discursos que después se transformaban en realidades. Yo me subía a un banquito en el comedor universitario en la ciudad de Córdoba y daba discursos en contra del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, ¿sabés qué? Formé parte de un gobierno que le pagó al FMI para que no condicionara más a la economía argentina. Un gobierno que renegoció con criterios distintos esa deuda y por primera vez en toda la historia de las deudas públicas internacionales, perdieron los banqueros en lugar de perder el pueblo argentino. Ese orgullo ya lo tengo.


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