El pasado miércoles el Comité Nacional decidió intervenir la UCR de Santa Fé, porque ésta se negó a adherir a Cambiemos en las elecciones a gobernador del próximo 16 de junio. Una semana después, la UCR de La Pampa derrotó por 30 puntos y con el 65% de los votos al candidato del PRO, Javier Mac Allister, quien luego declaró “se unieron todos para que no ganemos”.

Estas dos situaciones han generado que se encienda aún más la interna entre el PRO y la UCR. Por un lado, el presidente del partido a nivel nacional y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, decidió que desdoblaría las elecciones provinciales, y a la vez intenta contener la permanencia de la alianza en el resto de las provincias. Por otra parte, un sector de la UCR, entre ellos Ricardo Alfonsín, pugnan por el protagonismo y participación en las elecciones de candidatos propios del radicalismo, que compitan en elecciones Paso con los candidatos del PRO.

En diálogo con VCF, Ricardo Alfonsín comentó que el radicalismo santafesino está sorprendido porque la intervención es infundada, ya que la resolución se basa “en el hecho de que la estrategia electoral sería contraria a la estrategia definida por el partido a nivel nacional. Sin embargo, aún no hay estrategia nacional, porque el único órgano partidario que puede definir la estrategia de cara al 2019 es la Convención Nacional, y lo dispuesto en el 2015 vence en el 2019, entonces para tomar nuevas definiciones debe reunirse la Convención. Además, desde mi punto de vista es extraño el hecho de que desde el 2015 a la fecha no se haya reunido la Convención”.

Por cómo está planteado el escenario, Alfonsín duda que esta situación pueda repetirse en otras provincias, y celebró “Menos mal que no sucedió así en La Pampa”. Además, comentó que “habian algunos que decían que el Partido no debía disputarle al PRO la candidatura en La Pampa porque su principal economía es agropecuaria y el gobierno del PRO ha tomado decisiones para el sector agropecuario.Habían otros que decíamos que estaban ocurriendo algunas cosas en el ánimo ciudadano que nos permitían pensar que un candidato de la UCR con propuestas bien radicales podía ganarle a un candidato del PRO”.

“La Pampa demostró que en la provincia las cosas se dieron así y ganó por una diferencia que superó las expectativas de quienes creíamos que podían ganar. No solamente nosotros fuimos a una interna, también el PRO fue contra la UCR. Es decir, se utilizaron los mismos mecanismos que en el 2015, Ernesto Sanz compitió con Mauricio Macri y fue el candidato de Cambiemos, no porque era el candidato natural, sino porque ganó las Paso”.

El ex diputado nacional por la UCR aclaró además que no entiende cuáles son los motivos que generaron la intervención, “incluso desde el punto de vista práctico, es una medida que no tiene demasiada razón de ser”. Además dijo que por ahora no ha hablado con Alfredo Cornejo, “pero la decisión no sólo es responsabilidad de él. Fue la mesa del Comité Nacional por unanimidad la que decidió la intervención de Santa Fe. Por lo pronto el fundamento de la intervención no es válido, porque no es posible que Santa Fe tenga una estrategia electoral contraria a la nacional”.

Un presidente radical

Si bien la UCR aún no tiene un candidato a presidente definido, para Alfonsín “sería mucho más fácil que Cambiemos gane las próximas elecciones con una alternativa radical al PRO. La única manera de lograr eso es a través de las Paso, que es el mecanismo que establece la ley, tal como se hizo en el 2015”.

Además instó a una reunión de la Convención capaz de realizar un análisis sobre los tres años de gobierno de Mauricio Macri, y su rol como miembro de la alianza: “Cambiemos no es una coalición de gobierno sino un frente electoral. Si la Unión Cívica Radical decide continuar en Cambiemos debería contar con candidatos propios para que se de una interna hacia adentro, en la que la UCR compita contra el candidato del PRO con iniciativas radicales para que la sociedad pueda advertir las diferencias entre ambos partidos”.

“La UCR debería tener su propio candidato a presidente, aunque es una decisión que debe tomar la Convención Nacional. Esta Convención, que todavía no se ha reunido antes a discutir la política electoral, debería hacer un balance acerca de lo que fueron los tres años de gestión del PRO, después un balance acerca de la forma en la que la UCR gestionó su pertenencia al gobierno, y luego definir un proyecto de país. Es decir, la UCR debe definir qué es lo que cree que debe hacerse en la Argentina para resolver los problemas económicos, sociales, y políticos para luego definir la política electoral y si decide ratificar este acuerdo definir un candidato propio. Hoy la posición mayoritaria de la Convención es que la UCR debe tener su candidato propio. Siempre y cuando hagamos una campaña no disimulando las diferencias, no un simulacro de campaña o una ficción puesta en escena. Debemos ir en serio, y estoy seguro que la UCR tiene chances de ganar las elecciones. Además sería más fácil ganar las generales con un candidato de la UCR y del PRO porque hay muchas dudas en una proporción importante de argentinos acerca de lo que podría ser un nuevo gobierno del PRO, incluso sobre entre quienes lo votaron. Cambiemos tendría que tener un candidato radical que represente esas ideas”.

Respecto a la posibilidad de un escenario nacional en el que los dos principales contendientes sean Mauricio Macri y Cristina Kirchner, Alfonsín expresó que trata de no reconocer esa alternativa binaria como el único escenario posible: “Me parece que se insiste con eso y se termina instalando que esa es la única alternativa. Podemos ofrecer una alternativa diferente, no sólo desde el radicalismo sino también desde Cambiemos. Pero, creo que sería más probable que la UCR ganara las Paso de manera tal que el contrincante de Unidad Ciudadana o el peronismo sea un radical. Hay algunos en el partido que no creen en esta posibilidad, como no creían que ganaríamos en La Pampa. Sin dudas esta es una situación que deben resolver los radicales”.

Para Ricardo Alfonsín la campaña 2019 se dirimirá no en función de los discursos que apelen a lugares comunes, sino más bien en torno a los métodos y políticas públicas que utilizará el próximo gobierno para alcanzar sus objetivos: “Actualmente las campañas no son transparentes, no en términos de administración de recursos, sino porque la sociedad no sabe bien qué es lo que está en juego en cada proceso electoral. Los partidos parecen coincidir en los objetivos, pero las diferencias no se van a registrar respecto de las cosas que cada partido se propone. Nadie dirá que quiere una sociedad injusta, con inseguridad, malos servicios de educación o con problemas de vivienda. Todos dirán lo contrario, la diferencia es lo que se plantea respecto de los instrumentos para llevar a cabo esos objetivos. Allí sí pueden aparecer intereses enfrentados y la sociedad deberá decidir de acuerdo a esos instrumentos con los que cada partido se propone alcanzar sus metas, cuál da más garantías respecto a lo que cada ciudadano quiere votar”.