Entrevistas // 2019-02-17
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Agustín D´Attellis
“El gobierno no va a tener qué mostrar en materia económica”
El economista sostuvo que “este año vamos a terminar cayendo 2 puntos y medio” y remarcó que “lo único que desvela” a Macri “es contener la estabilidad del tipo de cambio y que no haya ninguna sorpresa por el lado del riesgo país”. Remarcó que “la herencia de esto va a ser realmente muy pesada”.


 Agustín D´Attellis, economista y docente universitario indicó que “el gobierno no va a tener nada para mostrar en materia económica” en las elecciones, vaticinó una caída en la actividad de “dos puntos y medio” para el 2019 y remarcó que “lo único” que los desvela “es contener la estabilidad del tipo de cambio y que no haya ninguna sorpresa por el lado del riesgo país”.

Al analizar la inflación, D´Attellis sostuvo que “la devaluación del año pasado no se terminó de pasar a precios” y explicó que “el 2,6% de diciembre, un 2,9% de enero y un piso de 3% para febrero, marcan registros que vuelven a acelerarse”.

“El último dato de enero contra enero marca casi un 50% de inflación, y es un escenario muy delicado, muy preocupante, sobretodo porque se da en un contexto recesivo”, expresó en este diálogo con Va Con Firma, y agregó que “la herencia de esto va a ser realmente pesada”.

El director de Agora Consultores consideró que el desembolso de 10.700 millones que tiene pautado el gobierno con el Fondo Monetario Internacional para marzo “es un hecho” porque “hay un compromiso político muy fuerte” del FMI “para tratar de que sostengan artificialmente el frente financiero y poder llegar más o menos armados a las elecciones”.

-¿Qué análisis hace del número de inflación de enero?

-Es muy preocupante porque marca una reaceleración de la inflación pero no es algo que me sorprenda porque lo estábamos esperando. Cuando escuchaba que primero el Jefe de Gabinete Marcos Peña y luego el propio presidente tomaban como algo positivo que supuestamente se estaba desacelerando la inflación en la Argentina, yo marcaba que los datos iban a mostrar que eso no era cierto porque hay un componente de inflación inercial muy fuerte, y sorprende que el propio gobierno no lo vea, que tiene la inflación hoy en la Argentina que es que la devaluación del año pasado no se terminó de pasar a precios. El 2018 cierra con una inflación minorista del 47,6% para todo el año y una mayorista del 73,5%. Ese desfasaje de 27 puntos para una y otra lo que te está mostrando es que hay una inflación reprimida que todavía no se terminó de trasladar a los precios finales producto de la recesión. La devaluación siempre impacta en términos inflacionarios en la Argentina por la fuerte presencia de insumos importados que tiene nuestra producción. Entonces primero se da en los primeros eslabones de la cadena productiva, eso es lo que capta la inflación mayorista, ahí es donde tenemos el 73%, después producto de la recesión se retrasa el traslado a precios, pero no es que se evita. Eso es lo que explica la inercia de estos meses y hay que sumarle ahora a partir de febrero que el gobierno insiste con los aumentos de tarifas, con lo cual para el mes de febrero, el 3% va a ser un piso mensual de inflación. El 2,6% de diciembre, un 2,9% de enero y un piso de 3% para febrero marcan registros de inflación que vuelven a acelerarse. Este último dato de enero contra enero marca casi un 50%, y es un escenario muy delicado, muy preocupante, sobretodo porque se da en un contexto recesivo. Generalmente cuando tenés un proceso inflacionario que preocupa tiene que ver con cierto recalentamiento de la actividad económica o algunas otras cuestiones. Cuando tenés en este contexto recesivo una inflación tan fuerte y que se reacelera es muy preocupante porque de los dos grandes males macroeconómicos, que son la recesión con todo lo que eso implica, el desempleo, etcétera; y la inflación; acá tenés mucho y de los dos. Es un gran problema porque tenés mucho para abordar después, la herencia de esto va a ser realmente pesada.

-¿Cómo ve la situación de la tasa de interés, hasta donde puede bajar y cómo podría impactar en el dólar?

-Con el dato de inflación de enero, la baja de la tasa se frenó. No hay más margen para que el Banco Central siga bajando la tasa. Ahora estamos con una inflación anualizada de 49,3% y tasas de interés de referencia de Leliq en 44. Venía el Banco Central envalentonado con los recortes aunque tenemos todavía tasas de interés altísimas en la Argentina que hacen que la actividad productiva, la pyme o el propio endeudamiento familiar estén atravesando una situación recontra compleja. Pero venían recortándola de aquel nivel exorbitante y alocado de 74% que habían fijado cuando arranco la gestión de Sandleris en el Banco Central con la intención de controlar el dólar. Ese proceso de baja que llegó a ubicar la Leliq en 44 puntos donde se encuentra más o menos ahora encuentra un piso a partir de este rebrote inflacionario así que vamos a convivir por un tiempo con estas tasas. Espero que no ocurra que cuando los datos de inflación empiecen a convalidar esto que vengo diciendo que a partir del mes que viene van a empezar a verse incluso tensiones más fuertes, el Banco Central no decida retomar alguna cuestión alcista nuevamente en las tasas de interés porque van a terminar de destruir todo lo que tiene que ver con el entramado productivo en Argentina y recomponerlo después lleva mucho tiempo. Unos días atrás se publicó la utilización de la capacidad instalada en la industria y estamos al 56,6%, es decir, casi la mitad de la capacidad productiva que tiene la industria argentina se encuentra ociosa y eso porque no hay demanda, no hay mercado interno. Es muy preocupante. Y algunos sectores están atravesando situaciones realmente muy delicadas, como el sector automotriz que está operando al 25% de su capacidad o el textil que está operando al 32% y eso me preocupa porque esos indicadores de utilización de capacidad instalada tan baja empieza a anticipar la posibilidad de despidos y suspensiones en algunas plantas que no empezaron a verse.

-¿Cuál es la visión que tiene el FMI de toda esta situación y qué opina de la última visita y la reunión con Axel Kicillof por ejemplo?

-Obviamente que la visita del fondo monetario y tener el FMI en el país nuevamente es una mala noticia desde que comenzó todo esto. Recordemos que se habla de que hay una visita pero el Fondo Monetario está instalado en la Argentina. Estas son visitas que tienen que ver con desembolsos puntuales que se pactaron pero el fondo monetario tiene una oficina fija en el Banco Central, el jamaiquino Trevor Alleyne tiene su despacho a pocos metros del de Guido Sandleris y constantemente le da órdenes y le indica que puede y no hacer. Esta misión viene supuestamente a evaluar cómo están dadas las cosas para desembolsar los 10.700 millones de dólares para el mes de marzo. Creo que ese desembolso es un hecho porque hay un compromiso político muy fuerte del fondo monetario con este gobierno para tratar de que sostengan artificialmente como lo vienen haciendo el frente financiero y poder llegar más o menos armados a las elecciones y en medio de esta visita van tratando de mostrar cierta amplitud y juntarse con algunos referentes de la oposición, lo hicieron con Kicillof, con Urtubey y tengo entendido que hay pactada una reunión con Roberto Lavagna para la semana que viene. Son señales que el fondo monetario políticamente intenta dar. Después me parece que la posición del fondo no tiene nada que ver con lo que plantean hoy muchos referentes de la oposición. El fondo monetario está con una posición de control de estabilidad del tipo de cambio, y nada más que eso. En la agenda de la visita no aparece la palabra crecimiento, ni la palabra producción, ni empleo; solamente están preocupados por la estabilidad del tipo de cambio a lo largo de este año y el programa apunta a eso. Por eso la insistencia con el déficit cero y el ajuste monetario. Lo único que va a hacer eso es generar una profundización de la recesión en Argentina. Mi visión es que cualquiera que sea el gobierno que vaya a hacerse cargo de esto el año que viene que no sea éste obviamente, que tiene mucha complicidad y comparten ideología con el fondo monetario; cualquier otro va a tener que sentarse con el fondo, revisar este acuerdo que se pactó y plantear una reestructuración de la deuda y una extensión de plazos acorde a las necesidades que tiene Argentina para generar crecimiento. Con este nivel de deuda y con el acuerdo que se firmó que implica desembolsos a partir de 2020, sobretodo en 2021 de montos exorbitantes, es imposible que Argentina se plantee retomar una dinámica de crecimiento.  

-Pensando en las elecciones, ¿el gobierno va a poder hablar de economía, mostrar alguna mejora?

-No, el gobierno como estrategia comunicacional en un año de elecciones va a tratar de modificar la agenda y hablar de otros temas, instalar otra agenda que es lo que viene haciendo, lo judicial, la corrupción, la seguridad y tratar de evadir el tema económico porque no va a tener absolutamente nada para mostrar. Cuando analizás los motores que pueden impulsar crecimiento en una economía, que son el consumo interno, la inversión productiva, el gasto público como impulsor de la demanda, las exportaciones como tracción externa del crecimiento; ninguno de esos motores explican que la economía vaya a revertir estos procesos de caída. En ninguno se ve ninguna posibilidad de que se vaya a revertir la situación. Al no bajar la tasa de interés no va haber inversión, al no generar competitividad por ningún canal no va a haber aumento de las exportaciones, del frente fiscal hay un compromiso con el fondo de fuerte ajuste y al no recomponer el poder adquisitivo de los salarios ni generar crédito en la economía, y que hoy está imposibilitado de generarse, tampoco tenés forma de impulsar el consumo. En materia de actividad económica el gobierno no va a tener nada para mostrar. Va a cerrar este año con una nueva recesión. El propio fondo monetario proyecta un 1,7% de caída y el fondo siempre arranca con proyecciones muy optimistas y después las va corrigiendo hacia la realidad. Creo que este año vamos a terminar cayendo en 2 puntos y medio, que es lo mismo que vamos a terminar cayendo en 2018 cuando estén los números finales. Lo cual marca un escenario muy complicado. La industria en 2018 cayó 5 puntos, para el 2019 se espera que vaya a caer entre 2 y medio y 3; son caídas que se van acumulando. Lo único que desvela al gobierno en materia económica este año es contener la estabilidad del tipo de cambio y que no haya ninguna sorpresa por el lado del riesgo país. Que los capitales no tomen la decisión de retirarse de Argentina, que no haya un cimbronazo, que no haya ruido por ese lado, que el tipo de cambio no tenga un salto como lo tuvo el año pasado porque sabe que eso le afecta la imagen a Mauricio Macri de manera directa y le puede complicar muchísimo las cosas.

-La oposición puede presentar una propuesta para resolver esta pesada herencia

-Propuestas hay muchas, yo mismo estoy trabajando en varias cuestiones que tienen que ver con alternativas de planteos de reestructuración de la deuda, políticas a implementar para fortalecer lo antes posible el mercado interno, algunas cuestiones vinculadas con políticas industriales. Pero la realidad es que cuando la crisis económica es tan profunda, la salida es política. Nosotros podemos aportar desde lo técnico, desde lo económico acerca de cuáles pueden ser las medidas para tomar para que sean evaluadas pero acá lo que hace falta es una muy fuerte legitimidad popular, una muy fuerte voluntad política y un liderazgo que tome esto y se haga cargo de las decisiones que hay que tomar. Desde lo técnico las alternativas están planteadas, existen pero lo que hace falta es un cambio profundo desde la política. Cuando aparece un economista e intenta plantear la idea de una receta mágica para solucionar los problemas no hay que creerle nada. No hay recetas mágicas en economía. Hay una visión u otra. El gobierno está llevando adelante una y nosotros tenemos otra. Para que pueda funcionar esa otra hace falta un fuerte cambio en materia política y eso debería ocurrir este año. El gobierno tiene un fuerte componente de rechazo y lo que está logrando por el momento con éxito es fragmentar a la oposición  de manera tal de que aún con el fuerte rechazo que tiene, presentarse como una de las principales fuerzas en términos de porcentajes en intención de voto. El desafío está en lograr cierta unidad en el frente opositor para plantear una agenda distinta. Algunos dirigentes políticos deberían dejar de lado algunos egos o cuestiones personales y empezar a pensar un poco más en el país para conformar este frente lo antes posible.


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