Argentina // 2018-12-30
_
Mercosur
Macri buscará impulsar el acuerdo con la UE
La semana pasada, en Montevideo, Mauricio Macri asumió la presidencia pro témpore del Mercosur cuya rotación se realiza cada seis meses. El acuerdo con la Unión Europea (UE) aparece como una prioridad.


 Profundizar la apertura de las economías a través de la firma de tratados de libre comercio con potencias industriales, parece ser uno de los objetivos del presidente argentino en la dirección del bloque. Se suma Bolsonaro en la presidencia de Brasil, lo que hace esperar un giro de la política exterior del Mercosur mucho más alineada con los objetivos de Estados Unidos en el continente.

El primer encuentro entre ambos mandatarios está agendado para mediados de enero de 2019. Bolsonaro y Macri propondrán al Mercosur una fuerte flexibilización que podría significar la transformación de la unión aduanera en una zona de libre comercio o una gran ampliación de la lista de excepciones al arancel externo común para que cada país negocie bilateralmente sus reglas.

Los intercambios comerciales operan bajo las reglas de una unión aduanera, por lo que sus miembros están impedidos para establecer acuerdos bilaterales de libre comercio con terceros países. De esta manera, el Mercosur se transforma en un obstáculo para las ambiciones de Bolsonaro y Macri.

El presidente argentino es uno de los principales promotores de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE. Mientras tanto, en Argentina la moneda local se depreció un 100% frente al dólar desde inicios de 2018, lo que ha llevado a una la inflación cercana al 50%. Además, el gobierno ha generado, según el Observatorio de la Deuda Externa más de 143.000 millones de dólares de deuda nueva y la caída del Producto Interno Bruto, lo que se traduce en una economía familiar azotada por la suba de tarifas, de combustibles y de productos de la canasta básica.

El tratado de asociación que el Mercosur negocia con la UE es uno de los principales objetivos de Macri en política exterior y, con tan poco para mostrar, también buscaría explotarlo en el frente interno. Sin embargo, existe una gran preocupación porque las negociaciones se han realizado en forma secreta. No se tuvo en cuenta a la sociedad civil, al Parlamento del Mercosur, ni al de sus respectivos países. Los sectores de la economía que serán afectados tampoco han sido consultados y no han podido defender sus intereses.

Peor aún, existen muchas probabilidades de que un acuerdo realizado de esta manera profundice el carácter periférico y dependiente de las economías del sur, favoreciendo únicamente a aquellos sectores competitivos internacionalmente y perjudicando la producción (sobre todo industrial) y el trabajo de calidad.

Esto es evidente al observar que, entre los productos exportables del Mercosur hacia la UE, predominan los bienes con poco o ningún valor agregado, mientras que la demanda del Mercosur es principalmente de bienes con un elevado grado de industrialización y altos niveles de valor agregado.

Las tres principales categorías de productos que el Mercosur exporta a la UE son “productos alimenticios y animales vivos”, que equivale a casi un 40% sobre el valor total, “materiales crudos no comestibles”, representando casi un 30% del total y “artículos manufacturados, que representan menos del 10% de las exportaciones totales a la UE.

Desde la UE, en cambio, el Mercosur importa en el rubro “maquinaria y equipo de transporte”, un 45% del valor total que proviene de ese bloque. En segundo lugar, con más de un 25% del total “productos químicos y productos conexos” y en tercer lugar “artículos manufacturados” que supone cerca del 10% de las importaciones.

Este modelo condena a los países a la dependencia económica y los coloca en un esquema de subordinación política, tal como ya sucede con Argentina frente al FMI.

Europa sin dudas obtendrá grandes beneficios debido a la apertura en áreas de servicio y la posibilidad de que sus empresas participen de las licitaciones públicas en los países del Mercosur. Otro de los puntos tiene que ver con la propiedad intelectual que favorecería profundamente a la industria farmacéutica de Europa, al extender la protección de sus patentes medicinales, que resguarda la propiedad intelectual y restringe el desarrollo de genéricos en nuestros países. Algo similar podría suceder con las semillas y la persecución del intercambio de las mismas como lo intenta Bayer-Monsanto.

Las voces mayoritarias en la Unión Europea, con la reserva de algunos países que defienden su producción agrícola, sostienen que es una gran oportunidad para ellos. La oposición europea más fuerte es la del sector agrícola de Francia, que está fuertemente subsidiado por el Estado y que podría verse afectado con la irrupción de productos del Mercosur.

Bajar los impuestos a la importación de una economía fuerte e industrializada como la europea, generará que los productos extranjeros inunden el mercado local, deteriorando la producción propia, lo que traerá crecimiento del desempleo en nuestros países.

Concretar el tratado de libre comercio con la UE, bajo estas condiciones y dirigido por gobernantes que no protegen a sus pueblos es una grave amenaza para el trabajo y el sector productivo del Mercosur, sobre todo industrial.

Por lo mismo, una vez más, implica renunciar a la independencia económica y perder soberanía política, perjudicando la posibilidad de industrialización presente y futura y profundizando la función que nos asignan las potencias de proveedores de materias primas para los países desarrollados en una reedición del esquema centro-periferia.

  


/ En la misma sección
/ Argentina
Vialidad Nacional: incertidumbre y preocupación por el cierre de sus delegaciones en todo el país
/ Argentina
Hacer musculación ayuda a controlar la diabetes y mejora la calidad de vida
/ Argentina
Detención de Juan Grabois: tensión y reacciones tras la ocupación del Instituto Perón