_
El desarrollo del segundo juicio por el esclarecimiento de la desaparición y el asesinato de Johana fue fructífero gracias a las testimoniales y las pruebas elaboradas durante la instrucción que permitieron dilucidar cuál fue el destino de la niña desaparecida el 4 de septiembre de 2012 en Lavalle. Así lo consideraron ayer, tras escuchar la sentencia, el fiscal Alejandro Iturbide, los querellantes Viviana Beigel y Pablo Salinas, y la docente lavallina Silvia Minoli. Todos protagonistas de esta causa que por largo tiempo pareció perdida, pero que el ímpetu de las mujeres organizadas pudo transformarla en justicia.
A diferencia de muchas mujeres que faltan de su casa en Mendoza, la lavallina de 13 años fue buscada incansablemente y nunca olvidada. Primero la buscaron su familia y las maestras de la escuela Virgen del Rosario, a la que asistía junto a sus hermanitos. Luego todo el pueblo de Tres de Mayo al que no demoraron en plegarse la comunidad lavallina y los colectivos feministas de toda la provincia. En contraste con otras historias similares, los medios de comunicación siempre pusieron foco en la causa de Johana y Soledad.
Durante estos años se apuntaron diversas hipótesis hasta que el proceso de justicia sobre el crimen de Soledad Olivera, ocurrido un año antes de la desaparición de Johana, condujo hacia Mariano Luque como el único responsable.
En sus primeras declaraciones, Beatriz Chacón, hermana de Johana y ex pareja de Luque, ya lo había señalado como el culpable de la desaparición de la adolescente, pero luego, el sometimiento la presionó para que se desdijese. Finalmente, en el juicio que se abrió en septiembre de este año comenzó a develarse la verdad.
No solo Beatriz pudo reelaborar su testimonio de veracidad, quitandose las ataduras con Luque ya en la cárcel por el asesinato de Soledad, sino que se habilitaron nuevos testimonios, peritajes y pruebas que fueron destrabando la causa e hicieron revalidar el trabajo de instrucción de la primera etapa de investigación. Esto lo explicó el fiscal Iturbide junto la querella luego de escuchar el fallo de los jueces Rafael Escot, Gonzalo Guiñazú y Aníbal Crivelli en la siesta del lunes.
Dos mujeres, dos homicidios, ningún cuerpo
Por unanimidad ese Tribunal condenó a 24 años de prisión a Mariano Luque tras hallarlo culpable de “homicidio simple en concurso real”. Además, ordenó que la pena por la causa de Johana se unifique a la de Soledad Olivera, lo que lleva al trabajador rural a transitar sus próximos 32 años privado de la libertad. Tanto el Ministerio Público Fiscal como la querella constituida por los abogados Pablo Salinas y Viviana Beigel, en representación de la Ong Xumek, y Fernando Peñaloza, por la Secretaría de Derechos Humanos, habían pedido la pena mayor: prisión perpetua.
El desfase entre los “24 años de cárcel” y la “condena a prisión perpetua” convoca a un análisis del fallo del tribunal, que será parcial hasta tanto las partes no accedan a los fundamentos de la sentencia, en vista a la dimensión que tomó la historia de Johana Chacón hacia el interior de la sociedad mendocina.
Tanto el fiscal Iturbide como los abogados Salinas y Beigel valoraron la sentencia como “importantísima” e “histórica”. El hecho de que el caso se resuelva sin haber encontrado el cuerpo de Johana otorga particularidades al fallo.
“Es la culminación de un proceso muy largo que obedece a la dificultad de poder probar un homicidio cuando el cadáver de la persona no se encuentra. Unir indicios y sumarlos a las testimoniales para poder convencer al Tribunal cuando no se han hallado los cuerpos de ninguna de las mujeres vuelve más complejo el proceso. Es un logro de la justicia”, entiende Iturbide.
Para Beigel, a la espera de los fundamentos que le habiliten ampliar su análisis, el fallo marca un “precedente” en los casos en que los cuerpos de las mujeres víctimas no fueron encontrados.
A su vez, Salinas, coincide con sus pares y celebra que el Tribunal haya dado la razón a las dos partes acusadoras al señalar a Luque como culpable del homicidio de la adolescente “cuando esto fue puesto en duda innumerables veces”, en sus palabras, a las que añade que se trató de una sentencia “histórica que genera sensación de justicia”.
Salinas también manifestó que, en un total de 32 años de cumplimiento de la pena en prisión, la diferencia con la “perpetua” es “más bien técnica, por lo que el tiempo efectivo de condena implica un acatamiento “similar”.
Sobre la unificación de las causas de Johana y Soledad, Iturbide y Salinas, explicaron que no necesariamente implica que el Tribunal haya entendido que los asesinatos estuvieran vinculados, sino que el condenado, según el Código Procesal vigente, no puede cumplir dos penas paralelas por lo que se ordena obligatoriamente unificarlas.
Los alegatos de la parte acusatoria sí plantearon la conexión entre los dos hechos: “el motivo por el que pedimos perpetua es el ocultamiento de otro crimen, es decir, que Luque mató a Johana para encubrirse del asesinato de Soledad del que la niña había sido testigo, pero posiblemente el Tribunal no haya acordado en esto. Hay que esperar los fundamentos”, expresó el letrado.
“De todas maneras los jueces han encontrado a Luque responsable del asesinato de la niña Johana Chacón con gran nivel de certeza, y esto es un logro de la sociedad mendocina toda, principalmente de Silvia Minoli”, afirmó.
Femicidio de hecho
La abogada Viviana Beigel, es reconocida por haber incorporado en los juicios de lesa humanidad de Mendoza la perspectiva de género desde la parte querellante, proceso que reeditó en la causa de Johana. Como ella misma lo ha explicado en numerosas ocasiones, la figura de femicidio no tuvo lugar en la imputación de Mariano Luque porque fue incorporada al Código Penal apenas unos meses después de ocurrido el homicidio de la niña lavallina.
“Entendemos que hubo un femicidio pero no pudo ser calificado de este modo debido a la situación legal”, explicó a VCF al respecto. Aun así, la querella y la fiscalía trabajaron para que se respete la condición de género de la víctima: una niña de 13 años abusada, asesinada, luego incinerada y desaparecida por un varón adulto.
“Nosotros solicitamos que se incorporara un apartado dentro del veredicto que expresara que Johana Chacón fue víctima de violencia de género. Todo el juicio ha transcurrido y ha demostrado la existencia de violencia de género, en el caso de Johana una violencia que venía produciéndose desde hacía mucho tiempo por abusos consumados que se probaron en las audiencias”, detalló.
Hasta la lectura de los fundamentos, la abogada desconoce si los jueces Escot, Guiñazú y Crivelli tuvieron en cuenta la mirada de género en el fallo pero asegura que “como querellantes intentamos que eso fuera así y que se incorporaran fundamentos de género en la sentencia porque es parte de la realidad que vivió Johana y el desenlace de esa vida, era nuestro deber sostenerla y solicitarla”.
“Johana es ni una menos”
Silvia Minoli es la mujer que cambió la vida de Tres de Mayo y de Lavalle con su perpetuo reclamo de justicia. Durante la lectura de la sentencia todos los ojos estaban puestos sobre ella y sobre los padres de Johana que tuvieron un protagonismo secundario en esta lucha debido a los condicionamientos sociales que presentan, aunque a su modo y en sus posibilidades, nunca dejaron de estar presentes en esta lucha.
Minoli, tranquila la mayor parte del tiempo durante la última audiencia del juicio pero permitiéndose por momentos la emoción, manifestó a VCFsus sentimientos luego de la lectura del fallo: “quiero decir que los alegatos fueron maravillosos, emocionantes con una perspectiva de género que hacía mucho que no escuchábamos y eso ha sido el premio a toda esta lucha que hemos llevado adelante sobre todo las mujeres mendocinas y del país porque no es casual el `Ni Una Menos`: Ni una menos es Johana Chacón, Soledad Olivera y todas las chicas que nos faltan”, expresó ahogada por un cálido llanto de calma tras los primeros minutos de la “justicia” que aseguró sentir con el veredicto contra Mariano Luque.
“Lucía Pérez hoy es el broche de oro lamentable de lo trágico de toda esta historia que nos viene persiguiendo a las mujeres”, señaló en referencia a la impunidad reciente que recayó sobre el femicidio de la adolescente marplatense por la hoy se moviliza el movimiento feminista en todo el país.
“No me pone feliz que haya alguien en la cárcel. No es ese el objetivo, el objetivo es que tomemos conciencia y que aprendamos a denunciar, que los hombres y las mujeres que imparten justicia tengan la perspectiva de género que han tenido nuestros abogados, los que defendieron a Johana y a Soledad”, expresó y también valoró a los medios de comunicación que siempre acompañaron su reclamo. “Prácticamente no hubo amarillismo, sí una conmoción especial y genuina de su parte, no siempre ocurre”, consideró.
Consultada sobre cómo cambió su vida y la de la comunidad de Lavalle la historia de Johana expresó que “solo puedo decir que estoy acá de pie, estoy viva, esta sentencia quiere decir que se puede. Es un mensaje para que en las escuelas vean qué les pasa a los niños y a las niñas cotidianamente. No siempre están las familias para detectarlo, ahí están las docentes y los celadores, deben mirar a los invisibles”, sintetizó en referencia a su compromiso con quien fuera su alumna, Johana, y a quien de un día para otro dejó de ver en el aula con pleno conocimiento de la situación de vulnerabilidad social que estaba sufriendo y que la exponía a graves riesgos.
Finalmente, con simpleza y humildad, Minoli, la mujer que quedará en la historia de las luchas colectivas de Mendoza concluyó: “después de tanto tiempo hemos llegado a celebrar que los hombres que matan mujeres no las sigan matando. Gracias y no dejemos de acompañar a las niñas y a las mujeres que nos necesitan”.