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Eduardo Jozami, abogado, periodista, ex preso político de la última dictadura e integrante de Carta Abierta, sostuvo que “es imperioso” un proceso de unidad del peronismo porque “es difícil imaginarse el triunfo electoral si no se da de algún modo esa unidad”.
Aunque aclaró, en este diálogo con , que “nunca una unidad supone que el 100% de los peronistas se junten en una lista”.
El dirigente político e integrante de Participación Popular sostuvo que “los que están en el camino del medio, tienen una oreja de cada lado”, por lo que también tienen “expectativas en el macrismo”; y “tienen que elegir” si son “más amigos del kirchnerismo o de Macri”.
Para Jozami, “en el terreno de la economía” el gobierno no va a poder “acumular muchos méritos llegado el momento de la elección”, aunque consideró que “puede aprovechar esta onda reaccionaria” que avanza “en América Latina” y puede congregar “un voto que va a tener más que ver con el miedo de que vuelva aquello que se demoniza, que es el kirchnerismo”.
-¿Imaginaba que transcurridos casi tres años de gobierno de Cambiemos íbamos a estar en la situación que estamos, con el FMI, aprietes a la justicia, presos políticos?
-Es difícil de contestar porque si dijera que sí, es una respuesta casi pedante, porque quién podría imaginar esta catástrofe con tanta precisión tres años antes. Pero en términos más generales uno tendría que decir que tampoco es sorprendente porque las experiencias que tuvimos de aplicación de políticas francamente neoliberales en la Argentina, después del golpe del ‘76, en los ‘90, con Menem y De la Rúa; todas terminaron en situaciones bastante parecidas a éstas. En términos de injusticia social, de caída en los niveles de vida, de concentración del ingreso, de apertura de la economía que afecta a los sectores de la producción nacional; y siempre estuvo el Fondo Monetario presente. Era difícil pronosticar lo que iba a pasar porque en realidad la conducta que tuvo Macri en la campaña electoral, sobre todo en las discusiones con Scioli en los últimos días, más allá de que no tienen ninguna relación con la verdad y todo eso fue escandalosamente mentiroso, implicaba un reconocimiento de que había ciertos valores, ciertas experiencias que en la sociedad Argentina tenían mucha fuerza, estaban muy presentes, que había ciertos consensos que no iba a ser fácil ignorar para cualquier presidente. Desde el primer día estuvimos en la duda entre, por un lado, el proyecto muy perjudicial para la economía y para la sociedad argentina y para los sectores populares que tenía este gobierno; pero por otro lado que no le iba a ser fácil aplicarlos porque había 12 años de políticas muy distintas a éstas que habían tenido apoyo en la población. Todavía estamos en ese dilema, en esa duda; si bien no se puede dejar de reconocer que el gobierno ha avanzado muchísimo en este camino perverso.
-El presidente, en el coloquio de IDEA, volvió a hablar de fiesta populista y de los cuadernos, ¿cree que es el único discurso que le queda a Cambiemos de aquí a las elecciones?
-El gobierno se ve también enfrentando una contradicción complicada, porque es difícil después de tres años de gestión, evitar que el centro de la discusión política sea la política del gobierno y sobre todo cuando las consecuencias son cada vez más negativas y la situación es tan alarmante. Pero por otro lado, en el terreno económico y social el gobierno no tiene nada para ofrecer. Después de haber estabilizado el dólar, dentro de algunos meses pueden controlar la inflación cosa que no es imposible porque si se mantienen estas altas tasas de interés y esta situación tan recesiva, en algún momento los precios bajan; pero con un costo social alarmante. Imaginemos que pueda haber una situación más holgada en relación con el gasto público que el gobierno ahora está guardando recursos para ser un poco más flexible en materia salarial o de jubilaciones, aunque también es difícil de imaginar en este contexto. Insisto, en el terreno de la economía no creo que el gobierno pueda acumular muchos méritos llegado el momento de la elección. Me parece que puede aprovechar esta onda reaccionaria que lamentablemente sigue avanzando en América Latina como vemos en Brasil, (pero) va a ser un voto que va a tener más que ver con el miedo de que vuelva aquello que se demoniza, que es el kirchnerismo, que con un voto por un programa que se concibe que pueda mejorar el país.
Las contradicciones que están viéndose al interior de Cambiemos, esta demanda del radicalismo de que aflojen un poco con el ajuste, está mostrando que los que no participan tan plenamente del fundamentalismo neoliberal que caracteriza la gestión muestran su alarma a pesar de que son integrantes del mismo gobierno. Imaginemos que los sectores más independientes que acompañaron a Cambiemos en 2015 y en 2017 ya están bajándose de ese tren.
-¿A Cambiemos le conviene que Cristina Kirchner sea candidata y polarizar con ella la elección?
-La polarización hasta ahora le ha convenido y es comprensible que ellos piensen que les puede convenir en la medida que hay un voto muy importante por Cristina pero al mismo tiempo también hay un nivel importante de gente que dice que no la votaría entre los independientes. Pero eso también tiene un riesgo, porque era mucho más fácil para el macrismo decir esto cuando Macri era el candidato más votado que ahora cuando se ve que cada semana que pierde algún puntito en la intención de voto. Entonces, eso está estimulando ahora la posibilidad incluso del reemplazo del candidato, y de que sea Vidal. Todas las encuestas reflejan que tiene más intención de voto que el presidente. Esa es una discusión que todavía no han resuelto.
-¿Cómo ve al proceso de unidad de la oposición?
-Creo que sería imperioso que se diera porque es difícil imaginarse el triunfo electoral si no se da de algún modo esa unidad. Digo de algún modo porque nunca una unidad supone que el 100% de los peronistas se junten en una lista. Eso rara vez ha ocurrido, salvo en los tiempos de los primeros gobiernos de Perón. Pero sin una unidad importante, con la participación del sectores sindicales, de la gran mayoría de los partidos justicialistas del interior y de otros sectores no peronistas, ni necesito decir con el kirchnerismo porque es la fuerza más importante y es la que de algún modo tiene que armar e impulsar este proceso de unidad, es difícil el triunfo electoral. Pero además de eso creo que también va a ser difícil gobernar porque el frente no solo sirve para sacar los votos necesarios sino que tiene que ver con un apoyo social, que es el que va a posibilitar las políticas que van a ser imprescindibles para reencauzar este proceso en un sentido diferente.
-¿Qué análisis hace del llamado peronismo racional, de Sergio Massa o Urtubey?
-Creo que no todos son iguales. No es necesariamente un juicio ético, que sean mejores o peores sino que me parece que hay algunos, por dar el ejemplo más fácil como el caso de Urtubey, que cada vez que tiene que hacer un gesto muestra que está más cerca de Macri que el resto del peronismo. Me parece que sería difícil pensar que puede jugar un rol importante en un proceso de unidad con el kirchnerismo. Hay otros, como el caso del mismo Massa, que tratan de diferenciarse y siguen pensando en el camino del medio. Y yo no descartaría que pudieran finalmente participar de una interna amplia, si en esa interna ellos piensan que pueden tener algunas posibilidades. Es muy difícil pronosticar porque los que están en el camino del medio, tienen una oreja de cada lado, y también hay expectativas en el macrismo, no solo en la unidad del peronismo. Lo que está claro que no se puede tener en esos sectores, es una expectativa de que van a jugar el rol principal en la constitución del frente. Hay otros dirigentes que se están acercando en este momento, como el caso de Felipe Solá, o Daniel Arroyo y otros diputados, que han entendido más claramente que en una situación como ésta uno puede tener diferencias con el kirchnerismo y con Cristina, pero tiene que elegir si es más amigo del kirchnerismo o más amigo de Macri, y les cuesta definirse a algunos sectores.
-¿Por qué cree que el kirchnerismo no pudo construir otro candidato aparte de Cristina?
- Es un viejo problema que siempre existió en el peronismo. La idea de que hay un líder que de algún modo opaca el crecimiento de otras figuras. Pero me parece que esta vez se plantea en términos mucho más concretos, es decir, sería bueno que nosotros pudiéramos definir en el corto plazo quién va a ser el candidato, porque no todos los candidatos tienen la misma necesidad de instalación que podría tener Cristina.
-¿Hay otra opción además de Cristina?
-Creo que puede haber otras opciones, yo particularmente estoy trabajando cerca de Agustín Rossi, que es uno de los dirigentes que se ha planteado como posible candidato presidencial, pero eso requiere una decisión importante por parte de Cristina, porque obviamente ninguno de los dirigentes importantes del kirchnerismo va a ir a una interna a enfrentar a Cristina. Es una decisión que excede a estos dirigentes.