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El próximo 22 de diciembre, en el Arena Maipú Stadium, Los Gardelitos volverán a presentarse en Mendoza. Con entradas populares, a $200, como ya casi no se ven en ningún show y juntando alimentos no perecederos para colaborar con quienes más lo necesitan, esta banda de rock sudaka no pierde la esencia que la ha mantenido tan cerca del público durante toda su historia.
Eli Suárez está en Mendoza para ver el show de Don Osvaldo, la banda de Pato Fontanet, que se presentará este jueves 18, el sábado 20 y el domingo 21 en el Arena Maipú. Tras el show, viajará a Chile para ver el recital que La Renga dará la mítica Quinta Vergara de Viña del Mar. Entre viajes, amigos y rock, Eli estuvo con VCF y charló sobre la introducción del feminismo en la esencia de la banda, su relación con Mendoza y más.
- Venís a ver a Don Osvaldo y La Renga. Vos tocaste “Simple”, un homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo, con algunos de los miembros de Don Osvaldo ¿Vas a participar del recital?
Vengo a ver a Don Osvaldo acá en Mendoza y que voy a ver a Chile a La Renga y aprovecho para promocionar el recital que haremos el 22 de diciembre acá en el Arena, donde nosotros vamos a tocar por primera vez.
A los chicos vengo a verlos, no está acordado que suba a tocar. Respecto al tema, surgió de forma muy espontánea. Algunos integrantes de Don Osvaldo tocaron ese tema y en ese contexto me invitaron a tocar y surgió esto de tocar una mandolina peruana. A ellos les pareció que estaba bien y después terminé cantando unos coros. Tenemos muy buena relación.
- Ustedes siempre se pronunciaron respecto a Callejeros.
Nosotros siempre defendimos la inocencia de Callejeros y lo sosteníamos en todos nuestros recitales y entrevistas.
- Acá en Mendoza tienen una relación especial con el público. ¿Sienten que se ha generado un vínculo diferente con la gente?
El público responde siempre muy bien, nos sentimos muy cómodos con la gente acá, en los recitales, en la calle. Es hasta una cuestión familiera, Korneta era de San Martín. Cuando hemos tocado acá en Mendoza, siempre hay un ambiente muy copado, muy buena onda.
- Eso se retroalimenta porque cuando termina el recital se bajan a saludar, a firmar autógrafos y sacarse fotos…
Esa es una característica de la banda. También se da que Mendoza está presente hasta en las canciones. “Mendoza tierra luz” decía Korneta en América del Sur. Creo que también en parte se debe a eso nuestra relación especial. De repente tenemos la suerte de que les haya gustado, el público mendocino es muy selectivo.
- Hace algunos días, en Mendoza se suspendió un recital de Onda Vaga por la reacción del público a raíz de denuncias de abusos por parte de los miembros de la banda. Ustedes han tomado posición respecto a esas situaciones y llegaron a decir “si el rock de verdad quiere ser revolucionario, debe abrazar al feminismo”. ¿Cómo fue ese proceso en la banda?
Fue algo paulatino, como corresponde fue una mujer la que introduce el feminismo dentro del escenario, Fue mi vieja, July. Ella se subió al escenario; el año pasado estábamos haciendo la interpretación de cada uno de los discos que se reeditaban en el Teatro Flores. En la tercera noche, que hacemos Tierra de Sueños, hacemos el tema que se llama “Introducción Sudaka” que es muy experimental. Es como una descomposición musical, es ruidoso y volado. Lo que había hecho Korneta ya era una cosa muy loca y, cuando presentamos el disco ya sin que estuviera mi viejo, subió al escenario mi mamá e hizo su versión de la introducción.
La invitamos a hacer lo mismo, con motivo de la reedición de ese disco y a ella se le ocurre subirse con el cartel de “Ni Una Menos” en las manos. Me pareció una idea bárbara y le dije “si querés, para tener libres las manos, podemos ponerlo en la pantalla grande y que quede así”. Cerraba el tema y aparecía esa imagen, se generó algo muy impactante en el público. No es que se generó un grito de gol o una ovación, fue más bien una cachetada.
Me gustó mucho lo que pasó. A partir de eso, yo tenía hecho el estribillo y la música de Sortilegio de Arrabal y me pareció que estaba bueno que las estrofas hablen de esta cuestión feminista. Justamente por lo que está pasando en el país y porque esto sacudió a la gente…
- En el último recital, ustedes repartían la letra de Sortilegio de Arrabal, con algunas consignas feministas… ¿Cómo surge esa letra?
A partir de que mi vieja participa con nosotros y aparece el cartel y se genera eso, empieza a dar vueltas en mí la idea de que esta canción podía llegar a tener esa mirada. Yo tenía el estribillo que habla de la luna y el arrabal, la luna puede representar tranquilamente lo femenino y el arrabal es la orilla, el margen.
Nuestras canciones tienen que ver con lo marginal y siempre ha sido algo latente en nuestras letras, son historias que pasan en los márgenes de la sociedad. Y con todo lo que está pasando con el movimiento de mujeres queda expuesto que no hay nada más marginal que una mujer en la sociedad en la que vivimos. Lennon decía, hace muchísimos años, que “la mujer es el negro del mundo”.
A partir de eso, recogí historias que tenía a mano, con las que nos sentíamos identificados, y empezamos a armar la canción. La canción salió hace poquito más de un año y, a partir de eso, para profundizar la postura decidimos invitar a dos militantes feministas que son trabajadoras sexuales para que suban al escenario y hablen por ellas mismas.
Ellas se expresaron con total libertad y expusieron muchas consignas feministas que nosotros acompañamos, entre las cuales se hablaba de los derechos laborales para las trabajadoras sexuales, haciendo la salvedad de que trabajo sexual no es trata. Ese tipo de postura también generó alguna visión encontrada adentro del feminismo mismo, hay gente que no está a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales. Es algo que tiene que ver más con ellas, pero tiene que ver con los riesgos que uno toma cuando toma ciertas posturas.
- En el rock no es habitual que se hable de estos temas ¿Por qué toman la decisión de hacerlo?
Fue fuerte porque nosotros habíamos visto una denuncia anónima en contra de mi viejo por una situación de abuso. Nosotros no habíamos tomado una postura porque tenía todo un proceso interno en la familia y para nosotros que fue bastante intenso, cada uno tiene sus tiempos. De hecho, la chica tuvo su tiempo para hablar lo cual es muy respetable. Lo hizo de manera anónima, yo la busqué y no la había podido encontrar.
Me pasó que me tocó el testimonio y había empezado a hablar del tema en los recitales. Que cambiemos la cultura de los recitales, que respetemos a las mujeres, que tienen derecho a estar en el pogo. Y está todo eso de que las manosean o que las pibas están adelante en las vallas y algún boludo las quiere apoyar. Esas cosas están naturalizadas y son un horror. Entonces empezamos a hablar de eso en el micrófono y de los pungueos también. Y eso ha ido cambiando, las pibas venían diciendo lo que pasaba y a mitad del show, cuando hablo, dejaron de zarparse con ellas. Por eso era también importante plasmarlo en una letra.
- Tuvieron una toma de postura clara respecto a este momento ¿Cómo lo tomó el público?
A partir de que se subieron las pibas y hablaron, esta chica que había hecho la denuncia anónima se manifestó y dijo “che por qué no dicen algo del abuso que yo sufrí hace tantos años”. A partir de eso hice un descargo y tomé una postura concreta respecto a esa situación que son cosas que se dan en el rock y en la sociedad misma. Eso fue muy fuerte para todos, a mí particularmente me movilizó muchísimo. También eso generó otras cuestiones, son los riesgos que uno corre cuando toma una postura.
Cuando nosotros tocábamos en las villas, estábamos tomando una postura y nos decían que éramos negros, villeros, delincuentes; cuando decíamos que Callejeros era inocente, también, que éramos unos asesinos. Y ahora, que tomamos postura respecto al feminismo, y más subiendo a las trabajadoras sexuales que son las que tienen menos voz adentro del feminismo mismo, también. Hay sectores que se manifiestan en contra. La banda siempre tomará posturas y correrá riesgos, sino dejaríamos de ser nosotros mismos.
- En relación a la toma de posturas, han decidido poner las entradas a precios accesibles y juntar alimentos no perecederos para comedores e instituciones que ayudan a personas en situación de vulnerabilidad. Así será en diciembre, cuando toquen en Mendoza.
Es hacer algo desde nuestro lugar. Entradas en $200 y juntamos alimentos no perecederos, cuando podemos lo hacemos, lo hacíamos hace un tiempo y ahora lo estamos haciendo de vuelta.
Estamos ayudando a comedores que están afectados por la situación social y por las políticas de este Gobierno. Así que es nuestra manera de sumar un granito de arena y generar una conciencia social. Siempre estamos abiertos a ver dónde hace falta ayuda y nos aprestamos a colaborar desde nuestro lugar.
Eli Suárez, en Mendoza, esta vez abajo del escenario, como un fanático más del rock, visitando a sus amigos, siguiendo a las bandas que le gustan. Parte de una banda que se interpela a sí misma, que cuestiona todos los privilegios y que no se olvida del barrio y de sus raíces.
Más datos sobre el recital en:
https://www.facebook.com/events/256609851715128/