Entrevistas // 2018-08-05
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Claudia Piñeiro
“Mucha gente todavía cree que la mujer nació para ser madre”
La escritora y representante de mujeres autoconvocadas que impulsan la ley de legalización del aborto, sostuvo que el debate mostró “unas creencias con respecto al rol de la mujer en la sociedad que uno pensaba que estaban superadas”. Afirmó que “por más que la ley no salga, culturalmente ya se ganó esta batalla”.


Claudia Piñeiro, escritora, guionista y una de las últimas oradoras en el debate del Senado a favor de la legalización del aborto, sostuvo que por debajo de esta discusión subyace una pugna “por el lugar de la mujer en la sociedad” y remarcó que “en Argentina hay mucha gente que todavía cree que la mujer nació para ser madre”.

La representante de las mujeres autoconvocadas para luchar por la ley del aborto indicó que el debate “ha sacado unas creencias con respecto al rol de la mujer en la sociedad que uno pensaba que estaban superadas y se dijeron sin empacho”.

Piñeiro expresó en este diálogo con Va Con Firma que “por más que la ley no salga culturalmente ya se ganó esta batalla” y agregó que aunque cree “que va a salir”, el gran logro del debate es que “la situación cultural quedó modificada”.

-¿Cómo ve la discusión en el Senado sobre el proyecto de legalización del aborto, y por qué cree que es más difícil que se apruebe en la Cámara Alta que en Diputados?

-Sé que es más difícil que en Diputados, pero pienso que se va a aprobar, porque una cosa es lo que está pasando y otra cosa es lo que aparece en los diarios. Lo que pasó el miércoles es que hubo un solo dictamen que fue el que consensuaron distintas posiciones pidiendo algunos cambios para encontrarse en un lugar. La sociedad lo que pretende de la democracia es que se encuentren en un lugar personas que piensan distinto. Y eso lograron un montón de senadores a los cuales estoy sumamente agradecida por haber cedido protagonismo, convicciones, para encontrar un lugar de comunidad, donde se diga que no queremos más abortos ilegales en Argentina, no queremos que mueran más mujeres sin poder asistir a un hospital. Frente a eso tenías otros senadores que lo único que responden es rechazo y rechazo. Son una pared, que es la pared del que no puede razonar porque tiene una fe que le impone algo; que lo respeto en lo personal pero no en lo público. El único dictamen que salió es el que tuvo las 26 firmas, no alcanzó por una cuestión reglamentaria, que fue casi una chicana de los que están en contra de la ley. Lo primero que se va a votar el 8 de agosto es si se va a discutir ese dictamen o el que viene de Diputados. Si se discute el que viene de diputados está el acuerdo político de esos senadores que lo van a votar en general pero luego van a modificar cada una de las cláusulas. Me parece interesante aclarar esto porque hay un montón de senadores trabajando para encontrar un acuerdo, para encontrar un lugar donde nos sintamos cómodos entre la necesidad de que no mueran más mujeres por abortos ilegales y la necesidad que se respete a ultranza la vida del embrión. Tenemos que encontrarnos en algún lugar. No puede ser que del otro lado lo único que recibamos es rechazo. Desde acá al 8 van a seguir trabajando en los acuerdos y algunos senadores que todavía seguían pensando en rechazar la ley se van a dar cuenta que quedarse en ese lugar es quedarse en el lugar de la antidemocracia. Es ser antidemocrático quedarse en ese lugar.

-¿Cree que con las modificaciones de bajar a 12 la cantidad de semanas y las objeciones de conciencia el proyecto puede volver a diputados y aprobarse?

-Ya se está trabajando ese acuerdo. Los senadores ya están de acuerdo que van a votar sea un dictamen o el otro, con esas modificaciones. Se incorporaron las modificaciones que pidieron casi todos a pesar de que la campaña había pedido otra ley; se tomó en cuenta lo que dijeron todos. Ahora es el momento de pensar si querés que quede todo igual en Argentina o con este consenso se apruebe una ley mucho menos radical que la que venía de la campaña o la que ya habían corregido los diputados; que quizás nos conforma a todos. En Neuquén tienen un senador que vota a favor, uno que vota a favor con cambios, que ya se introdujeron; y una senadora, Crexell, que me parece sumamente respetable, muy valiosa, que ha decidido abstenerse a pesar de sus creencias y todavía tiene tiempo para reflexionar si no es mejor estar del lado del acuerdo. De los que luchan por encontrar un punto de unión, porque ese es el mejor lugar para estar parado. La pared del rechazo es muy inconveniente para cualquier político y en un punto la abstención está jugando en contra porque va a determinar sino que no tengamos los votos para aprobarla. Todavía hay tiempo para reflexionar, sobretodo la gente inteligente con voluntad de hacer política por los demás. No están dadas las últimas respuestas. 

-¿La discusión del aborto mostró la parte más conservadora de nuestra sociedad?

-Sí, nosotros hemos visto cosas que no creíamos posibles. Por ejemplo que digan que las mujeres somos como perritos, que se llevan las crías a la veterinaria y las regalan, y se preguntaban cómo nosotras no podíamos hacer lo mismo; y cosas peores. Sobre todo lo que ha sacado son unas creencias con respecto al rol de la mujer en la sociedad que uno pensaba que estaban superadas y se dijeron sin empacho. Hay que tener presentes a esos legisladores para las próximas elecciones porque son gente peligrosa. Una persona, un legislador que piensa de las mujeres lo que hemos escuchado son gente peligrosa, más allá de su ideología, tienen una concepción sobre las mujeres discriminatoria, denigratoria, injusta. Me parece que una persona que ve a alguno de los ciudadanos con los que comparte la vida en un país de esa manera no debería estar en un puesto de poder como el que tienen los legisladores.

-En este debate los legisladores tuvieron libertad para votar de forma personal, a pesar de que uno los eligió por un proyecto político. ¿Cree que se debería haber dado una discusión dentro de los partidos políticos y a partir de ahí salir con una posición acerca de este tema?

-Es un tema lo suficientemente sensible como para que los partidos den libertad de acción. Pero creo que a partir de ahora, sí lo van a tener que hacer; porque en la próxima campaña que es ya, todos van a tener que decir que opinan del aborto. El Partido Socialista de Santa Fe, que es un lugar modelo donde se aplica la ley de aborto no punible, en su plataforma partidaria propician que haya una ley de aborto legal, pero los otros partidos no están pronunciados. Ahora que vienen las próximas elecciones, no hay duda que vamos a necesitar que digan que opinan sobre el aborto para saber si los votamos o no los votamos. Una discusión que podría terminarse ahora con la votación de la mejor ley posible para todos nosotros, no de ninguna ley porque eso sería dejar todo como está y es lo peor que puede pasarnos como sociedad, sacaría el debate de las próximas elecciones. Pero si la ley sale, lo primero que vamos a preguntarles a los candidatos es qué opinan de esto. 

-¿En el fondo la discusión del aborto es una discusión sobre el lugar de la mujer en la sociedad?

-Sin duda. Dos debates tiene por debajo la discusión del aborto: uno es el lugar de la mujer, porque si hay alguien que te dice que una mujer violada tiene derecho a hacerse un aborto y una mujer que tuvo una relación consensuada y no quiere ser madre, no; lo que está diciendo es que lo que está castigando es la relación consensuada, porque el embrión sería igual. Un embrión producto de una violación y un embrión producto de una relación consensuada tienen las mismas características, por qué a uno sí lo podés descartar y al otro no. Claramente se está penalizando la relación consensuada y la opinión de la mujer en cuanto a que no quiere ser madre. Porque hay mucha gente todavía en la Argentina que cree que la mujer nació para ser madre y tiene la obligación de serlo. Si quedó embarazada involuntariamente tiene la obligación de ser madre y la verdad que no podemos permitir que siga ese concepto más allá de la ley de aborto. La mujer tiene que planear su vida como mejor lo quiera, hay mujeres que no quieren ser madres y no tienen por qué serlo. Y a veces los métodos anticonceptivos fallan, por más educación que tengamos. Hay que mejorar muchísimo la anticoncepción, la educación sexual sobre todo para jóvenes y adolescentes, pero también los métodos anticonceptivos fallan. ¿Qué solución le damos a las mujeres que no quieren ser madres y la anticoncepción falla?

El otro tema que quedó claro en esta discusión es que no tenemos un Estado laico. La Constitución dice que somos un Estado laico, pero no lo tenemos, porque la verdad que la interferencia que ha hecho la Iglesia en este debate es impropia. Ellos pueden hablar con sus fieles para que no aborten pero ellos no pueden imponerle a una sociedad donde hay tantos credos diferentes y que se dice laica, lo que ellos opinan. Quedó muy claro el poder de la iglesia para presionar a determinados senadores, diputados y determinados personajes del Ejecutivo y me parece que tenemos que discutir que a pesar de que nosotros decimos que tenemos un Estado laico no funcionamos de esa manera y eso no lo podemos permitir más.

-¿Cree que el feminismo, la revolución cultural que lleva adelante va a seguir concretando transformaciones sociales como la del aborto?

-No tengo duda que la batalla cultural ya se ganó. Hasta hace un tiempo no decíamos la palabra aborto, buscábamos eufemismos, decíamos otra cosa parecida para no decir la palabra aborto. Hoy todos hablan de aborto, los niños, los jóvenes, los adultos; si uno pregunta que es, le tenés que dar una respuesta. En ese sentido, ya nadie que tenga que transitar por una cosa así se va a sentir solo como antes, porque sabe que no va a ser mirado de esa manera, porque un montón de gente pública, actrices, escritoras, distintas personas han contado su situación de cuando fueron a abortar, del maltrato que recibieron, la degradación que fue hacerlo en secreto y en la ilegalidad. Ya nadie se va  a sentir solo en esa experiencia. En muchas provincias, yo he estado en varias, hay socorristas para ayudar a las mujeres que están transitando un aborto. Por más que la ley no salga culturalmente ya se ganó esta batalla. Yo creo que va a salir el 8 pero si no habrá que esperar y saldrá el año que viene, veremos. Pero que la situación cultural quedó modificada es el gran logro de este debate. Ese no nos lo van a quitar ni con chicanas dentro del Senado.


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