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“La domiciliaria sólo debe otorgarse frente a graves estados de salud. Trentini trató de disimular una vez más desmejoras pero fue en vano”, señaló en primer momento el abogado Diego Lavado para quien el rechazo del beneficio solicitado “es un mensaje esperanzador en torno a la Justicia y la lucha por la verdad, la memoria y la justicia” en el país.
No se trata del primer pedido de prisión domiciliaria que extiende el abogado Gabriel Darío Sánchez para su defendido, Hugo Ramón Trentini, quien permanece desde 2012 en el Complejo Penitenciario San Felipe de San Rafael.
En sus reiterados requerimientos a la Justicia Federal el letrado aduce que su defendido sufre desmejoras físicas, así como también la ausencia de riesgo de fuga a causa de la avanzada edad del ex comisario de 69 años.
Finalmente este miércoles se oficializó la negativa del TOF N°2 a través de una notificación donde reseña que “no se advierte que su detención en el establecimiento carcelario en el que se encuentra alojado importe un tratamiento cruel, inhumano o degradante. En cuanto al estado de salud de Trentini, según se desprende de los informe del Cuerpo Médico Forense, no hay imposibilidad o impedimento para que el encausado pueda tratar adecuadamente sus dolencias dentro del establecimiento carcelario.”
Respecto a la invocación de la imposibilidad de fuga, la cédula de notificación refiere específicamente a la imputación que recayó sobre Trentini para que afronte una perpetua como “partícipe necesario en crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado”. En este punto la letra señala: “es debido tener en cuenta que Trentini fue condenado a prisión perpetua por la comisión de delitos de lesa humanidad, no pudiendo soslayarse los estándares que han sido definidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para este tipo de causas”.
Tras el análisis de la resolución que trae paz y seguridad tanto a familiares de víctimas y sobrevivientes de la última dictadura en el sur provincial, y a la familia de Sebastián Bordón, el abogado Diego Lavado explicó las razones que la vuelven paradigmática en un contexto “favorable” para quienes están cumpliendo condena por la comisión de este tipo de delitos debido a la cantidad de beneficios otorgados en el último tiempo.
“El caso de Trentini es muy particular porque fue la muestra acabada de que el aparato represivo no se desmontó durante los primeros años de la democracia. Recién a partir del caso Bordón se hizo en Mendoza una ´limpieza´ de las fuerzas policiales donde estaban enquistados viejos conocidos de la represión ilegal y se impulsó una reforma policial política interesante”.
Lavado recordó que por el secuestro, las torturas y el asesinato que padeció Sebastián en 1997, el ex comisario Trentini recibió en el 2000 “una pena bastante benigna”, teniendo en cuenta que se lo condenó a 16 años de prisión y fue liberado en 2007.
“A partir de la reactivación de los juicios de lesa humanidad pudo determinarse que Trentini fue responsable de las desapariciones en el sur de Mendoza”, señaló y agregó: “es el prototipo de los personajes que quedó insertado adentro de las fuerzas de seguridad después de su participación en el terrorismo de Estado, y que luego replicó sus propias prácticas durante la democracia”.
Hugo Ramón Trentini no fue el autor material del homicidio de Sebastián Bordón, pero sí es considerado por Lavado como “el primer responsable del asesinato. Él dio las directivas para que los policías lo reprimieran, lo desaparecieran y lo dejaran morir”.
Para Lavado el rechazo de la domiciliaria a un genocida que además presenta la particularidad de ser el ícono de la violencia institucional en Mendoza significa “una muestra interesante sobre la justicia provincial que tiene una gran predisposición para dar entre 20 y 25 años de prisión a una persona por un delito no necesariamente grave, como robo con arma. Mientras que a un policía que comanda el asesinato de un adolescente le da 16 años. Ese es un patrón, no solo para la policía provincial, sino también para la justicia”.
La negación de la domiciliaria a Trentini no debe pasarse por alto para el Dr. Lavado: “Es un gran decisión del Tribunal. No hay que olvidar que la historia de Sebastián Bordón es paradigmática en la historia judicial y policial de Mendoza. Trentini fue el primer caso de un comisario condenado por violencia institucional de una provincia que sufre de larga data estos hechos. Todavía hoy tenemos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos causas con policías involucrados a la espera de resolución porque la justicia provincial nunca las investigó, absolvió o dictó faltas de mérito”.
El caso
El 12 de octubre de 1997 el cadáver de Sebastián Bordón, oriundo de Moreno, Buenos Aires, fue hallado al pie del cañadón del Atuel en San Rafael. Esa misma fecha Sebastián iba a cumplir 19 años y había llegado días antes al sur provincial para celebrar su viaje de egresados junto a compañeros y docentes. A los pocos días de estadía fue detenido por la Policía provincial y no volvió a saberse de su paradero hasta que su cuerpo fue encontrado en el risco.
La escena del hallazgo había sido montada por la patota policial que cometió el crimen para simular un suicidio del joven. Sin embargo, las pericias forenses confirmaron que el deceso había ocurrido días antes producto de una severa paliza “típica de apremio ilegal”, sobre la que el adolescente no recibió asistencia médica al encontrarse bajo condiciones de cautiverio.
Los intentos de los efectivos policiales de la Comisaría N° 38 de San Rafael, por aquel entonces bajo el mando del ex comisario Hugo Ramón Trentrini, de malversar la investigación durante los 10 días que Sebastián permaneció desaparecido llevaron a que la familia junto a un grupo de vecinos de Moreno resolviera viajar a Mendoza para iniciar por sus propios medios aquella búsqueda paralela. La que en cuestión de horas develó el temido desenlace del caso.
El Tribunal sanrafaelino juzgó en el 2000 a siete policías y dos civiles por el crimen. Condenó al comisario Hugo Trentini a 16 años de prisión como el máximo responsable. Los policías Daniel Gómez, Roberto Gualpa y Alejandro Cubillos, que eran los recaudadores de Trentini, recibieron entre 10 y 12 años por “lesiones graves y abandono de persona seguida de muerte”. El cabo Esteban Merello, acusado de homicidio, recibió dos años por encubrimiento igual que la parapsicóloga Amanda Ledesma, que “aportó” pistas falsas encubriendo la operación policial.
Trentini recuperó la libertad en noviembre de 2007. Pero el 19 de noviembre de 2012 volvió a prisión por orden de la justicia federal tras ser incriminarlo en crímenes de lesa humanidad junto a otros 25 policías y militares. En junio del año pasado fue condenado a cadena perpetua, otros 12 genocidas recibieron la misma pena en el marco de la llamada “megacausa sanrafelina”.