Mendoza // 2018-07-03
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Télam
En la provincia despidieron a la mitad de los corresponsales
De los seis periodistas con que contaba la corresponsalía local, tres ya fueron cesanteados bajo distintas modalidades. Este lunes el Sindicato de Prensa de Mendoza reclamó frente a la sede mendocina donde además de exigir la reincorporación de los trabajadores se apuntó al plan macrista de vaciar los medios públicos e inhibir a la ciudadanía del derecho a la información y a la libertad de expresión.


El desguace de Télam ya se cobra el puesto de 357 trabajadores de prensa en todo el país. En conferencia de prensa el SiPreBa denunció el lunes por la tarde que alarma la situación en las provincias donde poco a poco comienzan a desaparecer las corresponsalías. Tal es el caso de Formosa, Chaco, Catamarca y Chubut con el despido total de sus trabajadores. Se presume que en las próximas horas podrían caer más sedes.

En conferencia de prensa, los trabajadores organizados denunciaron ayer por la tarde que de un total de 98 corresponsales distribuidos en Argentina, 47 ya han sido desafectados de la agencia pública de noticias. En Mendoza cayó la mitad del personal.

En la concentración que se llevó a cabo el mediodía de este lunes lluvioso y con bajas temperaturas frente a la sede mendocina de Télam, también se hizo referencia a los cientos de puestos de trabajos que se perdieron en la Televisión Pública y Radio Nacional en el último tiempo, bajo las decisiones de Hernán Lombardi, Titular del Sistema de Medios y Contenidos Públicos de la Nación. Según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) entre diciembre de 2017 y marzo de 2018 aproximadamente 450 trabajadores fueron despedidos de esos medios. A los que ahora se suma la mitad de la planta de la primera agencia pública de noticias en Argentina, la mítica y hasta hace muy poco prestigiosa Télam.

“Ya no nos vamos a enterar de lo que sucede en las provincias. Los despidos a periodistas, además de significar hambre para familias enteras, afectan nuestro poder de decisión como ciudadanos, viola nuestro derecho a la información”, expuso Marisa Carrizo, secretaria general de SiPrenMza a VCF mientras se montaba la olla popular en la vereda de la corresponsalía de calle Alem para visibilizar la gravedad de la situación y dar a conocer las historias de los tres nuevos periodistas despedidos en la provincia por órdenes del Gobierno nacional.

El periodista Favio Roa, con 30 años de servicio en la agencia, contó a VCF que si bien estaba alerta por la situación de despidos masivos que se estaba dando a conocer el martes 26 de junio desde Buenos Aires, el suyo lo tomó por sorpresa. “No porque no fuera a pasarme a mí, sino porque que te dejen sin trabajo cuando fuiste el día anterior a realizar tus tareas normalmente, te deja conmocionado, además de todo lo que significa un perder el trabajo”. Cuenta que lo que más le sorprendió es que recibió el telegrama, replicado ya centenares de veces a lo largo y ancho del país, días después de la fecha que indicaba la misiva. Es decir, estuvo cumpliendo funciones mientras ya lo habían despedido sin ser notificado.

Los últimos cuatro años de servicio que cumplió en Télam, hasta el martes pasado, Favio los desempeñó en Mendoza como corresponsal. Estaba encargado de coberturas en general: cultura, sociedad y política. Este lunes por la mañana, bajo la tupida llovizna que volvió más gris el paisaje de la protesta, contó que el periodismo es la única fuente de ingresos que tiene para solventar a sus dos hijos.

“Inmediatamente de recibido el telegrama, noté en mi cuenta bancaria que tenía liquidada la indemnización. A esta perversión se le suma que además me notificaron que tengo prohibido el ingreso a la agencia”, expresó. Y no dudó en denunciar, en consonancia a la conducción gremial del SiPreba y SiPrenMza, que estos despidos “no son más que una cacería en contra de la libertad de expresión. Es la política de silenciamiento de todas las voces”.

Por su parte, Alejandro Baidal, el segundo periodista echado de Télam en Mendoza, relató: “empecé a trabajar en 1989 en la agencia haciendo reemplazos. En el ´94 mi situación se fue formalizando y me designaron coberturas de deportes. Así fue como el despido me encontró siendo el responsable de la sección”.

El martes lapidario para los trabajadores de prensa Alejandro estaba de franco. Así mismo se había dispuesto a actualizar información en la cablera tras el partido de la selección contra Nigeria. Cuando quiso ingresar al editor advirtió que estaba inhabilitado. Tiempo después sus claves y contraseñas directamente fueron bloqueadas. A los dos días, mientras continuaba su licencia y la incertidumbre comenzaba a pesarle con mayor fuerza, resolvió revisar su cuenta bancaria. Allí encontró el depósito completo de lo que sería su indemnización. Todavía no recibía el telegrama de despido.

Finalmente, ese mismo día, le llegó el telegrama: “Lo curioso es que tiene fecha del 22 de junio, y yo trabajé el 24 y el 25 hasta que arranqué con mis francos. Encima lo recibí casi una semana después”, cuestionó escoltado por la solidaridad de diversos periodistas que se sumaron el reclamo de este lunes en la calle Alem de la capital mendocina.

“Acá nadie toca un peso de esa supuesta indemnización porque no nos damos por despedidos. Exigimos volver a nuestros trabajos”, exclamó de manera orgánica a lo que han resuelto los sindicatos intervinientes y los 357 despedidos de la agencia pública de noticias en todo el país.

Alfredo Ponce, el único fotorreportero de Télam en toda la región cuyana es el tercer despido de la cablera en Mendoza. Todavía no recibe el telegrama, pero desde el último sábado tiene depositada la “indemnización” en su cuenta. “Es decir, estoy despedido, solo resta que llegue el telegrama”, se lamentó ante VCF.

Ponce inició su historia en la agencia en mayo del 2003 bajo contratos precarios. Su situación laboral fue regularizada en 2013 por lo que además hizo mención al fraude laboral, pues la liquidación final de haberes solo contempla los últimos cuatro años y medio en que se desempeñó en Télam de un total de 15 años.

“A no ser que hayan contratado otro fotorreportero la agencia se queda sin registros fotográficos de lo que suceda en Mendoza, San Luis, San Juan. Porque esa era mi función, hacer las fotografías de todo Cuyo. Viajaba todo el tiempo”, describió y no dudó en disimular su enojo y desconcierto frente al nuevo desafío al que se enfrentan los trabajadores Télam: “ganar la batalla por la recuperación de sus fuentes de trabajo”.

Desde SiPreMza, Marisa carrizo apuntó al trasfondo de la situación: “quieren deshacerse de una planta de personal encuadrada, con salarios y derechos, por una precarizada. Ese es el esquema. Vienen por la planta permanente en distintos lugares del Estado nacional porque son las directivas del Fondo Monetario Internacional”.

La gremialista explicó que en lo simbólico la situación también es problemática: “con el cierre de las agencias se agrava la calidad de la información por lo tanto de la democracia”.

Mientras tanto, el grueso de los trabajadores despedidos de Télam, concentrados en Buenos Aires, pedirán este martes explicaciones públicas en el Congreso Nacional a Lombardi de lo que consideran un “saqueo al periodismo”. Preparan además una marcha nacional para el próximo jueves.


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