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Daniel Arroyo, diputado nacional por el Frente Renovador indicó que “el gobierno va muy mal rumbeado” y describió que la realidad social está definida por “el sobreendeudamiento de las familias” y un “parate de la actividad económica”.
Para el integrante del espacio político que lidera Sergio Massa, el Ejecutivo nacional, al “ir al fondo monetario, lo que está haciendo es apagar el fuego con nafta”; lo que va a “crear más conflicto y más tensión social”.
El ex viceministro de Desarrollo de La Nación sostuvo en este diálogo con , que por las políticas económicas de Cambiemos “se está desenganchando mal una parte de la sociedad”, lo que está generando “un fenómeno de implosión social”.
En cuanto al pedido de desafuero de la ex presidenta por el caso Nisman, Arroyo consideró que “el gobierno busca polarizar con Cristina cuando se le van quemando los papeles”, e indicó que está “en una etapa adolescente” porque “busca el problema en los otros”, en lugar de encarar un modelo de país.
-¿Hacia dónde va el gobierno de Mauricio Macri si sigue por este camino?
-El gobierno va muy mal rumbeado, la situación social está muy complicada. Lo que define hoy la realidad social argentina es el sobreendeudamiento de las familias, todas las familias deben plata porque tenemos costos fijos altos, tenemos que pagar un montón de luz, gas, agua, transporte, combustible, alimentos; porque le sobran 10 o 12 días al mes y cuando la plata no alcanza la gente se endeuda. En cuotas yendo a la financiera de la esquina, haciendo lo que puede para llegar a fin de mes, tomando crédito a tasas usurarias. El segundo punto es que hay un parate de la actividad económica, y eso en los sectores más pobres es el parate de las changas; el gasista, el plomero, el carpintero, el que cose ropa en la casa; todo eso está parado. Y sobre esa foto de un empeoramiento de la situación social, el gobierno a mi modo de ver, al ir al fondo monetario, lo que está haciendo es apagar el fuego con nafta. Está complicándola más, tira un ajuste encima de eso, me parece que va mal rumbeado y que va a crear más conflicto y más tensión social.
-¿Cree que va a tener un costo político el veto del presidente a la ley que limitaba los aumentos de tarifas?
-A mí lo que me preocupa a esta altura no es el costo político, sino la vida cotidiana, lo complicado que está llegar a fin de mes. Si el que tiene trabajo formal, con recibo de sueldo, llega finito o no llega; qué le queda al que hace changas, al trabajador informal, al que está desocupado, al que tiene planes sociales. Se está desenganchando mal una parte de la sociedad. En ese sentido, lo relevante es el costo en términos de vida cotidiana; lo que pasa hoy es un fenómeno de implosión social, mucha gente que revienta para adentro, que no tiene laburo, que está mal, que está complicado, se pelea con la mujer, con los hijos; hay una situación de tensión, de violencia cotidiana. Se está poniendo muy dura la vida, ahí está el costo y ese es el principal tema sobre el cual debería abrir los ojos el gobierno.
-Participó de la Marcha Federal por Pan y Trabajo, ¿Cuál es la importancia de los reclamos de los movimientos sociales y la articulación política con el sindicalismo y los partidos políticos?
-Me parece que vamos hacia una unidad en el campo de los movimientos sociales, que fue lo que se expresó en la marcha federal; unidad en el campo sindical, que espero que efectivamente se logre, y unidad en el campo político. Creo que hay que hacer una oposición unida, amplia, que tenga reales chances de organizarse y de plantear otras ideas y de competir en el 2019. Vamos camino a una unidad y eso es positivo, es bueno. Lo que vi en la marcha y lo que veo permanentemente en todos lados, es mucha desazón, mucha gente que realmente la está pasando complicado, mucha sensación de fracaso, de gente que apostó al gobierno, que creía, haya votado o no a Cambiemos, y estaba expectante de que esto funcionara y ahora siente que esto no va a ningún lado. Y también siente un vacío, no ve nada enfrente y está nuestra obligación como oposición de construir una alternativa seria, hacernos visibles y conducir un camino distinto. Respecto al tema de tarifas, me parece que el gobierno cometió un gran error, porque el proyecto que aprobamos nosotros en diputados y después aprobaron los senadores, es totalmente racional. El gobierno lo ha visto como una puja política, como una pelea de poder y no como un tema que toca el bolsillo de las personas. Si no hubiera vetado el proyecto y se pusiera en marcha el proyecto de tarifas, las familias tendrían un manguito más en el bolsillo y eso es gente que va a la panadería, a la verdulería, que mueve la economía local.
-Hablaba de una situación de implosión social, ¿Le parece que esta idea de sumar a las Fuerzas Armadas en materia de seguridad interior puede traer mayor conflicto?
-Eso me parece un horror. Si el gobierno intuye que la contención de la protesta social es con palos y con golpes y con la participación de las Fuerzas Armadas en la cuestión de la seguridad interior es ya directamente tirar nafta al fuego todo el tiempo. Ojalá que reflexione, la Argentina necesita reconvertir a sus Fuerzas Armadas en torno a sus políticas de defensa, tenemos que darnos una política de defensa y tienen que tener un rol las Fuerzas Armadas. Pueden tener un rol en cuestiones logísticas, frente a catástrofes naturales, a situaciones críticas, a inundaciones; pero imaginar un rol de las Fuerzas Armadas en el marco de la conflictividad social es muy alocado. Ojalá el gobierno no se tiente con eso porque es complicar lo que ya está muy difícil.
-El gobierno presentó un pedido para solicitar el desafuero de Cristina Kirchner por la causa Nisman, ¿Qué posición tiene sobre esto?
-El gobierno busca polarizar con Cristina cuando se le van quemando los papeles. Ya lo planteó con el tema de tarifas, confrontando con Cristina cuando el proyecto fue del Frente Renovador y de Argentina Federal; ahora va con el tema del desafuero. Yo creo, con respeto, que el gobierno está como en una etapa adolescente. El adolescente siempre ve la culpa en el otro, el profesor tomó algo que no había dicho, la culpa es de mi mamá, de mi papá. Cuando es adulto se mira el espejo y sabe que tiene que ponerse las pilas y encontrarle la vuelta. El gobierno debería pasar a la etapa adulta y dejar de buscar el problema en los otros. Polarizar con Cristina casi no tiene efecto. Lo que tiene que hacer es concentrarse en sus temas; si hiciera un listado real de lo que está funcionando mal y se concentrara en dos o tres ejes razonables, por lo menos encararía un modelo, ojalá lo haga. El esquema de buscar a Cristina o polarizar cuando las cosas no funcionan es un recurso que va perdiendo relevancia y a muy poca gente le parece razonable.
-¿El recorte de 20.000 millones en el Estado que anunció el ministro Dujovne, en línea con lo que pide el FMI de bajar el déficit, puede solucionar los problemas de Argentina?
-No veo que el recorte sea el camino de la Argentina. El recorte lleva al parate de la actividad económica, y este parate no solo achica el Estado sino al sector privado porque el que no tiene plata no va a ir al kiosco, no va a ir a la panadería, no va a ir a un comercio y eso paraliza toda la actividad. Por supuesto que hay cosas que son razonables pero no está el núcleo ahí. El núcleo es que el gobierno va a un ajuste fuertísimo, está imaginando un recorte de 200.000 millones de pesos, eso desacomoda por completo la vida cotidiana, no es ese el camino. Argentina tiene que ir a un camino de expansión económica, de convocar a un consejo económico social, a las fuerzas de la producción y del trabajo, definir metas de inflación, de crecimiento, cuidando las economías regionales, la industria textil donde trabajan mujeres y jóvenes. Establecer un plan económico y no esto, que es ir recortando como sea de la manera que sea, y eso genera más pobreza y más desocupación.