Entrevistas // 2018-04-29
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Santiago Fraschina
“Antes del segundo semestre van a empezar a devaluar”
El economista dijo que en 2018 habrá “un fuerte ajuste porque no es un año electoral” y pronosticó “cerca de 25%” de inflación. Agregó que la intervención del Banco Central para que no aumente el dólar demuestra “las falencias estructurales de apostar básicamente a la valorización financiera”.


Santiago Fraschina, economista y director de la licenciatura en Economía de la Universidad Nacional de Avellaneda, aseguró que la “realidad económica va a ser muy mala este año” y va a ser de “fuerte ajuste”, porque no es un año electoral y el gobierno intentará aplicar las medidas más duras antes del segundo semestre.

“Van a continuar con los aumentos de las tarifas de los servicios públicos”, advirtió, y agregó que “un poco antes del segundo semestre el Banco Central va a empezar a dejar devaluar la moneda nacional”, por lo que la inflación va a estar “cercana al 25%”.

Entrevistado por Va Con Firma, Fraschina consideró que los números de crecimiento que muestra Cambiemos “no repercuten en el conjunto de la economía”, y recordó que “en los 90 también había crecimiento durante algunos años” pero eso solo no “mejora el bienestar de la población”.

Sobre el sistema de Participacion Público Privada (PPP) que está implementando el gobierno, el economista remarcó que “es un sistema de privatización de la obra pública y es grave porque se lo protege al privado”, y además fracasó en otros países ya que “privatizan la ganancia y socializan la pérdida”.

-¿Cómo cree que se va a desarrollar este año económico?

-La realidad económica va a ser muy mala este año, va a ser un año de fuerte ajuste porque no es un año electoral y saben que el año que viene van a tener que aflojar bastante con la política de ajuste porque necesitan ganar las elecciones para continuar gobernando; con lo cual van a tratar de hacer el mayor ajuste este año, y principalmente el primer semestre. Van a continuar con los aumentos de las tarifas de los servicios públicos, preveo que un poco antes del segundo semestre el Banco Central va a empezar a dejar devaluar la moneda nacional, eso va a repercutir en la inflación, que va a estar cerca del 25%, ni siquiera al 20%, con el objetivo del gobierno de cerrar paritarias al 15% para bajar el salario real a todos los argentinos 10 puntos este año. Todo eso se va a traducir en caída de consumo, de ventas, en una reducción de la producción, una baja de la inversión y un aumento de la desocupación y la pobreza; y una mayor concentración del ingreso. Y también con una fuerte vulnerabilidad financiera por todo lo que estamos viviendo estos días, porque el Banco Central está quemando reservas que no son genuinas sino que son conseguidas por el endeudamiento externo del Estado nacional. Además, en algún momento esa deuda hay que pagarla, y como no vamos a tener los dólares para hacerlo, el gobierno va a tener que seguir endeudándose en el extranjero pero con una tasa de interés mayor, con lo cual el costo del nuevo endeudamiento va a ser mayor al que venimos teniendo. Esto genera una bola de nieve que se termina cuando el sistema financiero no nos preste más dólares y esta burbuja tarde o temprano termine explotando.

-¿Cómo analiza lo que ocurrió con el dólar esta semana y la fuerte intervención del Banco Central?

-Es grave, y está demostrando las falencias estructurales de este modelo económico que apostó básicamente a la valorización financiera, y que se sostuvo con endeudamiento externo del Estado nacional. De lo que va del gobierno de Mauricio Macri, esa deuda creció en casi 144 mil millones de dólares. El ritmo de crecimiento de la deuda es inédita. Inclusive es más fuerte comparado con lo que fue la dictadura del ‘76 y la década del ‘90, donde creció muchísimo también el endeudamiento. Tenés un modelo donde hay un fuerte déficit externo generado primero por el déficit comercial. El año pasado tuvimos el déficit comercial más importante de la historia económica argentina, con 8.500 millones de dólares de déficit, y este año las consultoras están pronosticando que inclusive va a ser mayor, cercano a los 10.000 millones de dólares, y los datos del primer trimestre así lo demuestran. Con lo cual tenés una salida permanente de dólares vía el sector externo del déficit comercial, obviamente por la avalancha importadora; ellos apostaron a un crecimiento de las exportaciones que no se está dando, pero sí crecieron fuertemente las importaciones como consecuencia de la apertura comercial indiscriminada. También tenés un déficit turístico importante, que el año pasado llegó a los 10.000 millones de dólares. Y a esto agregale la fuga de capitales, donde ya se fugaron, según el Observatorio de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo) casi 80.000 millones de dólares, así como la remisión de utilidades de las multinacionales porque el gobierno de Macri las desreguló y están mandándole parte de las ganancias a su casa matriz. Todo eso es salida de dólares permanente. La única posibilidad de conseguir esos dólares en este modelo es a través del endeudamiento del Estado nacional. No hubo ni inversiones extranjeras directas como prometieron, ni hubo crecimiento de las exportaciones. Pero el endeudamiento tiene un limitante, y el mundo se está volviendo más complejo porque Estados Unidos está subiendo la tasa de interés de la Reserva Federal y ya superó los 3 puntos, con lo cual se transforma en una aspiradora de dólares y está haciendo encarecer todas las tasas de interés en el mundo y encarece la posibilidad de endeudarse del gobierno de Macri. Y esto el inversor lo ve, el que se dedicó a la inversión especulativa, y lo que estamos viendo, es que esos inversores están comprando los dólares y los están sacando del país.

-¿Por eso el Banco Central sube la tasa interés de Lebacs, para que no se vaya al dólar?

-Exactamente. Porque hay un problema: si el Banco Central no interviene y esto se traduce en una fuerte devaluación de la moneda nacional, seguimos poniéndole leña al fuego de la inflación. Sabemos que en la Argentina toda devaluación se traduce a precios, sobre todo en un modelo como este, donde han decidido dolarizar las tarifas de los servicios públicos y el combustible. Y encima estamos discutiendo paritarias. Con lo cual hoy el gobierno no puede devaluar la moneda para que siga estimulando el proceso inflacionario. Le queda subir la tasa de interés para que los inversores especulativos, en lugar de comprar dólares se sostengan en Lebac, y esto sigue retroalimentando el negocio financiero. Si sigue subiendo la tasa de interés de las Lebac, sube la tasa de interés del sistema financiero y esto atenta contra la producción; porque con estas tasas de interés ningún empresario va a poder sacar un crédito para capitalizarse y poder generar crecimiento; con lo cual atenta contra la economía real. Hoy el Banco Central tiene un dilema: o baja la tasa de interés para ver si puede apuntalar el crecimiento económico, pero esto implicaría aumentar la corrida cambiaria, la devaluación y la inflación, o sube la tasa de interés para ver si puede contener la corrida cambiaria, a riesgo de que eso atenta contra la economía real.

- El Indec dio números positivos, como el estimador de actividad económica, que aumentó un 5,1%. ¿Cree que es un síntoma de mejora?

-Quiero empezar a analizar un poco más los números del Indec porque hay datos que nos están sorprendiendo a gran parte de los economistas en general. Por ejemplo, el año pasado dijo que los salarios en la Argentina le ganaron a la inflación. Y cuando uno empieza a desglosar cuáles son los que subieron, te dice que los salarios no registrados. Es muy llamativo que sean los trabajadores no registrados los que tuvieron más aumento porque no tienen sindicato, ni paritaria. Este es otro dato que nos sorprende, el 5% de crecimiento, pero en líneas generales a esta economía puede hacerla crecer el sector agroexportador, el sistema financiero, la minería y algunos nichos industriales que son los más beneficiados por este modelo. En los años ‘90 también había crecimiento durante algunos años, el problema que cuando se crece con este tipo de modelo económico termina siendo un crecimiento estadístico, porque no repercute en el conjunto de la economía y mucho menos mejora el bienestar de la población. Son crecimientos de un sector en particular que no es mano de obra intensiva, con lo cual no genera trabajo, y se puede dar, como pasó en los 90, que crezca en términos estadísticos el PBI pero la gente esté viviendo cada vez peor.

-Hubo también un aumento de exportaciones, ¿Implica un crecimiento sostenido?

-El dato del crecimiento de las exportaciones es de marzo, pero el dato del déficit comercial del primer trimestre del año indica que es mayor al del primer trimestre del año pasado, que fue un déficit comercial alto. Lo que tratan de hacer es comprimir lo máximo posible el mercado interno, reduciendo el consumo de los argentinos, como por ejemplo a través del aumento de la tarifa de los servicios públicos o la caída del salario real, para aumentar el saldo exportable de ciertos bienes como el del complejo agroexportador. Sin embargo, ese crecimiento de exportaciones en este primer trimestre, y nosotros estimamos que en todo el año, no van a superar el crecimiento de las importaciones, con lo cual vas a tener un sostenido déficit comercial a lo largo de este año como pasó el año pasado.

-¿Cómo ve este sistema de Participacion Público Privada (PPP) que está implementando el gobierno para la obra pública?

-Los PPP son la privatización de la obra pública. Como el gobierno no quiere invertir un peso en obra pública, trata de estimular generando un negocio al sistema privado para que ellos hagan la obra pública. Es un modelo que ya fracasó en todo el mundo, en Chile, en España. Con lo cual uno ya sabe qué pasa con este modelo de las PPP, porque privatizan la ganancia y socializan la pérdida. Cuando no dé más ganancia, el Estado se va a hacer cargo de las pérdidas que dén estas inversiones públicas. Y además se va a hacer solamente obra pública donde haya tasas de rentabilidad para el sector privado. Ya escuché a varios gobernadores, entre ellos Gildo Insfrán, que se preguntó quién va a venir a invertir con una PPP a Formosa. Con lo cual se rompe con el federalismo porque no se va a hacer obra pública donde no generen rentabilidad. Es un sistema de privatización de la obra pública y es grave porque se lo protege al privado ya que si hay pérdida, se termina haciendo cargo el Estado, con lo cual eso de que la inversión es por riesgo de los empresarios no se da. Y después, lo que pasó en casos como en Chile o en España, es que terminaron siendo mas caros los PPP que cuando el Estado hace obra pública en forma directa.

                 


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