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El Museo del Pasado Cuyano Dr. Edmundo Correas fue inaugurado el 24 de mayo de 1967 como lugar necesario para hacer visible la historia regional de las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja, a cuyo estudio está abocada específicamente la Junta de Estudios Históricos de Mendoza. Ocupa el edificio que perteneció a don Francisco Civit, ex-gobernador mendocino, y fue declarado monumento histórico nacional el 12 de noviembre de 1970.
En total, el museo ocupa dieciséis salas y los cuatro patios. Al transitarlos, la historia parece recrearse en los distintos ambientes que evocan determinados momentos históricos de la región. Mobiliario de época, obras pictóricas, documentos y objetos de uso son algunos de los elementos que trasladan al visitante al siglo XIX.
Francisco García es historiador y actualmente trabaja en el Museo interactuando y articulando con docentes y alumnos con el objetivo de otorgar herramientas para aprehender mejor la historia.
-¿Cómo es trabajar la historia desde los museos?
- Enseñar la historia siempre es bueno. Sin caer en latiguillos comúnmente usados considero que la enseñanza de la historia fuera del aula también aumenta el sentido de pertenencia de los ciudadanos con su comunidad, logrando así que se identifiquen con ella, lo que a su vez deviene en su futura protección, al menos en teoría. Además actualmente mucha gente consume historia a partir de otros rubros, como el periodismo, las redes sociales, documentales, hasta inclusive a través del deporte. En mi caso puedo ofrecer a la comunidad que me rodea, la experiencia de conocer un museo propio, con temas propios y explicados desde otra visión de la historia; o por lo menos alejada de esa calculadora de fechas y nombres propios que sólo sirven para “des-historizar” la historia, y alejarla de la gente. En un museo uno tiene la ventaja de ver y tocar la historia. Es una disciplina científica y puede ser alcanzada por los sentidos, eso es buenísimo.
Por otro lado vivimos una época de vertiginosidad, consumo y conocimiento efímero; los chicos han venido a un mundo así. Yo les ofrezco algo que está ahí, quieto, igual que hace muchos años y que en vez de perder valor lo gana día a día.
Por otro lado hacemos mucho esfuerzo por mantenerlo y cuidarlo, eso el estudiante lo entiende pero también lo ve personalmente, por suerte logramos buenas reflexiones respecto de la historia y el patrimonio cuando terminamos el recorrido. Nos pasa que los docentes salen del museo encantados y los chicos vuelven a sus casas sintiéndose detectives del pasado.
-¿De qué se trata la propuesta para las escuelas?
La propuesta surge como complemento y apoyo a la actividad que ya realiza la Junta de Estudios Históricos en su atención matutina, que por temas presupuestarios no alcanzaba horarios vespertinos. Básicamente se trata de crear una especie de nexo entre nuestro Museo y las escuelas, y viceversa. De alguna forma u otra, lograr que de a poco las escuelas de la provincia incluyan en sus plataformas curriculares el conocimiento sobre el patrimonio local, en este caso puntual desde una propuesta didáctica en un museo. Esta propuesta está pensada para todos los niveles del sistema educativo, es decir para cada año de primaria y secundaria como también para nivel universitario; cuenta con la elaboración de actividades prácticas (guías de trabajo) para que el/la docente aborde antes, durante y/o después de la visita o cómo lo crea más conveniente según la haya planificado. Esas guías las elaboramos de docente para docentes, y los temas que se incluyen son: la historia de la casa Civit como Monumento Histórico, los contenidos históricos vistos en clase que se encuentren dentro del recorrido y un tercer aspecto abocado exclusivamente al patrimonio y su valoración.
-¿Por qué surge esta oferta puntualmente?
Concibo a las escuelas como el principal eslabón en la cadena de educación social de los niños y jóvenes. Mediante instancias de formación y experiencias con colegas, se ha detectado entre otras, varias falencias en la valoración que el mismo sistema educativo deja expuestas. Nosotros trabajamos mucho con escuelas, sin embargo tanto a nosotros como a otros museos, nos hace falta programar un mensaje pura y exclusivamente para la educación. Por su parte las escuelas deberían incluir la educación patrimonial en sus plataformas, más teniendo en cuenta la cantidad de recursos digitales con los que contamos, y la necesidad de fortalecer las estrategias de la educación como herramienta de transformación, si es que todavía lo es. En síntesis, las escuelas y los docentes tienen que incorporar a los museos, y nosotros adaptarnos a sus demandas.
-¿Cómo es la articulación entre el museo y los docentes?
En primer lugar tomo contacto personal con el o la docente a cargo, y en conjunto decidimos los temas a tratar y las estrategias para implementar la actividad. También pueden optar por plataformas ya trabajadas que se adecuen a su interés. Generalmente lo más solicitado es la Gesta Sanmartiniana, pero hemos trabajado temáticas religiosas, personajes locales, instrumentos bélicos, unitarios y federales o la misma familia Civit como ejemplo de los llamados “Gobiernos de Familia” en Mendoza. Siempre hago hincapié en fortalecer el conocimiento de nuestra historia.
-¿Qué podemos ver en el Museo del Pasado Cuyano?
El Museo es grande y completo para lo que podemos ver en la Ciudad. Tiene catorce salas evocadoras del pasado de la región, por eso su nombre, recobrado sobre todo en base a personajes destacados que marcaron la historia de Mendoza, obras pictóricas de pintores locales y extranjeros de renombre, un mobiliario antiguo de lujo (muy vistoso para los visitantes), documentos, réplicas de armas antiguas, y algunas perlas que dejamos sin mencionar para que se conozcan personalmente. Algo bueno es que está en permanente proceso de remodelación, mejoras y ajustes de criterios históricos en lo que se muestra. Los directivos y los empleados entendemos eso y unificamos este criterio. Además la Junta de Estudios Históricos de Mendoza, además del Museo (y propietaria de la Casa Civit), también cuenta con una biblioteca-hemeroteca con más de 15 mil volúmenes para consultar, lo que nos posiciona como una oferta cultural importantísima.