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Claudio Lozano, quien es economista, militante político y uno de los referentes del partido Unidad Popular, se refirió al plan económico que lleva adelante el gobierno de Cambiemos y sostuvo que “Argentina no tiene futuro con una estrategia de esta naturaleza”, que ya fue aplicada en la “dictadura militar” y en “los 90, y siempre terminan del mismo modo”.
El dirigente expresó que el gobierno “no solo no da respuesta en términos sociales” y “reprimarizan crecientemente nuestro patrón productivo quitándole componente industrial al desarrollo”, sino que vamos hacia “crisis externas que tienen impactos sociales muy negativos”.
Sobre el rumbo económico agregó, en este diálogo con Va Con Firma, que “vamos hacia un 2018 que ni siquiera va a poder tener la característica de cierta recuperación que tuvo el 2017” y que esto se agrava en una situación “de fragilidad social, con una pobreza que está en el orden del 27%, del 28%” al día de hoy.
El ex diputado, que expuso el jueves en el Congreso en el debate por la legalización del aborto, consideró que el Misoprostol es “una posibilidad mucho más interesante, más rápida y más segura que el propio aborto”, por lo que hay que garantizar que sea un “medicamento esencial”. Explicó que en las actuales condiciones “el laboratorio que lo produce” tiene “un manejo absolutamente monopólico fijando precios que son altísimos”, con diferencias “de precios que van del 1.000% al 1.500%” respecto de otros lugares del mundo.
-El Indec informó que la inflación fue del 2,3% en marzo, ¿cómo analiza lo que está ocurriendo con la inflación y la economía?
-Ya tenemos 6,5% de inflación en tres meses, estamos cerca del 7%, y seguramente vamos a tener una tasa similar en abril porque caen los aumentos del gas y de la luz que van a tener una repercusión importante; que no va a impactar solamente en abril sino también en mayo y en junio porque son aumentos de costos para las empresas además de ser aumentos para los hogares. En solo 4 meses vamos a tener cerca del 9% de inflación, estamos prácticamente consumiendo el 60% de la meta que se plantea el gobierno que era el 15%, y está claro que el gobierno al estar promoviendo y logrando en algunos sindicatos acuerdos salariales de 15% para una situación donde la inflación no va a bajar del 20% o 22% como piso para este año, está dando un mensaje de una nueva caída del salario real como componente indispensable de su política económica. Es una señal muy clara respecto primero, a que resolver el tema de la pobreza va a ser muy difícil bajando el poder adquisitivo de los salarios; y segundo, que dinamizar la actividad económica con el mercado interno también se va a resentir porque el efecto de la caída del salario así lo indica. En consecuencia, vamos hacia un 2018 que ni siquiera va a poder tener la característica de cierta recuperación que tuvo el 2017, nos están proponiendo un año peor que el año pasado; para un país como la Argentina con una situación de fragilidad social, con una pobreza que está en el orden del 27%, del 28% hoy, indudablemente es un problema.
-¿Ve posibilidades de salida económica para el país con este programa que lleva adelante el gobierno?
-No, yo creo la Argentina no tiene futuro con una estrategia de esta naturaleza, creo que es una estrategia que ya se ha aplicado, tiene puntos de coincidencia con la política de la dictadura militar, con la política de los 90 y siempre terminan del mismo modo. O bien con abiertas crisis sociales por el conflicto social que desatan al oprimir tanto a los trabajadores como a los sectores medios y a la pequeña y la mediana empresa, que son la mayor parte de la población. O bien, a veces combinado con esto, con crisis externas monumentales con devaluación, aumento de precios, caída de los salarios, aumento de la pobreza y demás; vinculado a crisis externas por sobreendeudamientos, es decir, por dificultades para pagar una deuda impagable habida cuenta del crecimiento exponencial que hacen del endeudamiento como modo de sostener la política que llevan adelante. La política esta es absolutamente insostenible. Argentina bajo este esquema, de cada 10 dólares que consume produce 6 a través de las exportaciones. Le quedan 4 dólares que equivalen a 40.000 millones de dólares al año que es el agujero externo que tiene Argentina y que cubre con 30.000 millones de dólares de deuda y con inversión especulativa. Esto no tiene perspectiva de sustentabilidad en el tiempo; aparte afronta un escenario internacional que se hace adverso poco a poco porque las tasas de interés suben y los términos del financiamiento se hacen cada vez más caros. No solo no dan respuesta en términos sociales, no solo reprimarizan crecientemente nuestro patrón productivo quitándole componente industrial al desarrollo productivo de la Argentina, sino que a la vez nos lleva una vez más a crisis externas que tienen impactos sociales muy negativos.
-¿Como analiza el preventivo de crisis de Carrefour que parece que van a seguir otras empresas? ¿Es un blanqueo de despidos?
-Si, sin duda. El proceso preventivo de crisis tiene sentido cuando el Estado tiene cierta autonomía respecto a las empresas. El problema que tenemos hoy es que cuando va a la mesa de negociación el Estado argentino expresado por el ministro Triaca le hacen el 2 a 1 a los sindicatos y ciertamente el procedimiento preventivo termina siendo la excusa para llevar adelante despidos o para reclamar bajas salariales para resolver supuestas crisis. Aunque está claro que lo de Carrefour, más allá de que se pueda argumentar el deterioro del consumo popular, está teniendo situaciones de conflicto en distintos lugares del mundo y acá hay una reestructuración más general del grupo que no tiene que ver exclusivamente con la situación de la Argentina.
-Expuso el jueves en el Congreso por el proyecto de legalización del aborto. ¿Cuál es la importancia de esta discusión?
-Es un salto de calidad democrática, de avance en términos de ciudadanía y y ojalá que de derechos si se lo aprueba. Y es un reconocimiento a la tarea persistente y absolutamente profunda e impecable que ha hecho el movimiento de mujeres en los últimos doce años a punto tal de que tal cual lo están evidenciando las encuestas de todo tipo hay un consenso social dominante en la Argentina respecto a que el tema de la despenalización y la legalización del aborto tiene que aprobarse. Es muy importante que se esté debatiendo y espero que el Congreso esté a la altura de las circunstancias y avance en la aprobación del proyecto que se debate.
-Planteó que hay mucha hipocresía en esta discusión, ¿A qué se refiere?
-Todas las estimaciones del ministerio de Salud, tanto en el 2005 como en el 2015, indican que tenemos entre 350.000 y 500.000 abortos al año; que tenemos 50.000 egresos hospitalarios por embarazos que terminan en aborto. Estamos hablando que hay 100.000 chicas menores de 19 años por año que quedan embarazadas y 7 de cada 10 de estos casos no son intencionales. Hablamos de una realidad donde el aborto es la tercera causa de la muerte materna en la Argentina, que involucraba en el 2010 a 77 mujeres cada 100.000 nacidos que se repartían de manera profundamente desigual; porque eran 14 mujeres de 100.000 nacidos en la ciudad de Buenos Aires y 166 mujeres cada 100.000 nacidos en la ciudad de Formosa. Una distribución absolutamente desigual; las que pagan el pato con la existencia de un mercado clandestino que especula con la vida de las mujeres, son las mujeres más pobres y las jóvenes. Es un acto de hipocresía no hacerse cargo de esto. No estamos hablando si el aborto se va a empezar a hacer a partir de un proyecto de esta naturaleza, sino que hablamos de algo que ocurre. La penalización del aborto no ha generado menos abortos, hay más abortos; y lo que hay son dificultades para acceder a un aborto seguro y se pone en riesgo la vida de las mujeres. En aquellos países donde se legalizó el aborto, más allá de que hay un primer momento donde siempre las cifras suben porque estamos hablando de un mercado clandestino; luego hay una tendencia a la baja de las situaciones de aborto y en todos los casos se da una reducción sustantiva de las muertes por esta causa.
-¿Hay una clara situación de desigualdad también?
-Es terminar con la hipocresía y reducir la desigualdad, porque al tomarlo desde la Salud Pública y permitir que se garantice la prestación legal de este tipo de intervención quirúrgica, acompaña en términos de mayor equidad; y al mismo tiempo fortalece la democracia, porque la democracia es aquél régimen que permite que toda persona pueda tener capacidad de decidir sobre su propia historia. Está claro que si las mujeres no pueden decidir sobre su propio cuerpo estamos mansillando un derecho de manera elemental. La maternidad no puede ser una imposición, es una elección de vida y en ese marco hay que verlo. Hay que correr de estas discusiones las cuestiones religiosas que son las que terminan obturando el debate, porque acá nadie que tenga una profesión de fe que no le permita abortar porque se apruebe esta ley tiene que abortar si no quiere hacerlo. Lo que es cierto es que hay una situación objetiva en nuestro país donde este recurso es utilizado porque hay cotidianamente cientos de miles de mujeres que fruto de cómo funciona esta historia tienen que optar o entre hacer un aborto clandestino o tener un embarazo no deseado.
-¿Qué implica la necesidad de avanzar con la esencialidad del medicamento Misoprostol?
-El misoprostol permite una posibilidad mucho más interesante, más rápida y más segura que el propio aborto; y la Organización Mundial de la Salud lo ha declarado como un medicamento esencial. A pesar de esto, el órgano que regula los medicamentos en la Argentina, que es Anmat, no ha definido ni siquiera que es un medicamento de uso ginecológico; menos aún que es un medicamento esencial; que es lo que hay que garantizar que sea. Y eso permite que el laboratorio que lo produce tenga un manejo absolutamente monopólico fijando precios que son altísimos en relación con la producción del Misoprostol en cualquier lugar del mundo, con diferencias de precios que van del 1.000% al 1500%; una locura. En un contexto donde además la distribución por parte del Estado es inexistente, hay que avanzar con el tema de la esencialidad del Misoprostol porque es un recurso muy importante, que hace las cosas más rápidas, seguras y cortas. Y en eso estamos atrasados como estamos atrasados en la educación sexual, que se aprobó hace 12 años, pero cuando uno ve las encuestas solo 2 de cada 10 pibes que salen de la secundaria dicen que tuvieron contenido de educación sexual. Argentina revela tener una suerte de tabúes monumentales a la hora de avanzar en este tema y en ese sentido lo que está planteando la campaña por el derecho legal, seguro y gratuito son cosas muy claras que reclaman una práctica de política pública integral, porque dicen: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. Es el mensaje de la campaña, que es un llamado de atención que sería bueno escucharlo aprobando este proyecto que forma parte central de la estrategia que se está proponiendo.