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La nota fue publicada el 18 de agosto, en la columna El Mendolotudo. El texto atraviesa por claras alusiones al color de piel, la nacionalidad, la residencia de los sectores marginalizados con un tono sumamente sexista y discriminatorio sobre la figura de la mujer madre y su entorno.
En diálogo con VCF, Bettina Martino, profesora y ex directora de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo, expresó su rechazo, ya que considera que la misma implica poner a circular una representación social, que discrimina, estigmatiza, que es ofensiva, y refuerza los peores estereotipos y representaciones negativas que se pueda tener de todo eso.
“Además lo hace pretendiendo tener un tono jocoso o humorístico, con una representación social, no sólo en relación con la mujer, sino también hace asociaciones entre los sectores marginalizados y sus hábitos en relación con la prostitución, los olores, las malas condiciones y la falta de higiene. Es una nota tremendamente discriminatoria porque está asociado a la figura de la mujer en su rol de madre, como si ella no tuviera derecho también a salir, a vivir libremente su sexualidad”.
Respuesta de los implicados
Ante los diversos repudios que se generaron, el diario online realizó una publicación en alusión a los mismos, en la que se lee como respuesta “Es a raíz de un artículo producido por esa publicación que tiene un espacio, pero no representa la opinión de MDZ”.
En cuanto a la contestación del medio, la ex directora de la carrera de Comunicación Social, concuerda que estas notas solo reproducen aún más la violencia de género, “solamente explicitan no compartir la perspectiva, pero no se trata aquí solamente de una perspectiva. Sería bueno que quien responde esto se ponga con él la ley, o con las normativas vigentes de discriminación o de violencia de género y rever la nota para darse cuenta que verdaderamente no es una cuestión de perspectiva o punto de vista, es terrible y yo creo que han pasado todo límite”.
Y añadió “es un razonamiento absolutamente irrisorio que no los justifica para nada. Los medios tienen que saber que límites están atravesando, tiene que saber poner en valor al otro que puede estar siendo afectado. Estas respuestas no son de alguien que ejerce la comunicación, sino de alguien que solamente le interesa ser un empresario de la información y de la comunicación, cosa que no es posible, es incompatible. Tiene que tener un límite y yo veo que no lo tienen”.
Por otra parte, desde el staff de El Mendolotudo, respaldaron a la autora mediante una nueva publicación. Expresaron que son un grupo de 40 personas que realizan notas inéditas y de su propia autoría, que tiene que ver con el perfil de cada uno de los miembros, los cuales no son periodistas ni comunicadores.
“Decimos lo que muchos piensan y no se animan a publicar. Somos políticamente incorrectos y escribimos lo que nos gusta y como nos gusta. Acá no se censura a nadie y dejamos que todos se expresen libremente, en un marco de humor e ironía, marco que muchas veces, como este caso, no hemos sabido manejar. […] La nota en cuestión está mal en sus formas, porque buscó ser graciosa, buscó hablar de una parte más de la sociedad mendocina con ironía y picardía, encausar una queja hacia la irresponsabilidad de manera humorística y no logró su cometido. Tanto la autora, como todos nosotros, reconocemos el error en la manera de comunicar la temática, ya que en vez de irónica terminó siendo ofensiva y mal interpretada”.
Sin embargo para Martino no hay humor posible que se rescate de la nota, “cuando uno dice que la gente que vive en estos barrios marginalizados no le gusta bañarse o que esa mujer madre prácticamente ejerce la prostitución a cambio de una salida o un trago, por ejemplo, me parece terriblemente ofensivo y estigmatizante”.
“No sé quién que este en su sano juicio o que todavía conserve alguna dosis de empatía y solidaridad para con los otros que puede obtener una mínima cuota de humor de semejante atrocidad”.
Autora
En una nueva publicación, “El típico papá ausente, abandónico y luchón”, Pol Vora (como se hace llamar) se refirió a la repercusión de la anterior, sin reflexionar sobre las acusaciones que realizó a la figura de la mujer madre, con la que muchos sectores se vieron afectados. Y expresó: “Hubo muchas mujeres y hombres indignados con mi nota anterior, pero no fue con ánimos de ofender a nadie, sino de reflejar a las madres a las que sus hijos le chupan tres tetas. Ahora espero que no aparezcan los papás luchones a intentar cambiar mi forma de pensar. Preocúpense más por ver qué están haciendo mal”.
En base a ello la profesora Martino indicó que “la enorme responsabilidad es del medio, porque es quien publica, el que puede darse cuenta si está vulnerando convenciones internacionales y normativas nacionales en contra de todo tipo de violencia. Ellos tiene la obligación de saberlo, aunque la escritora también, pero quien pone a circular esa representación y quien está interesado en seguir circulando estas cosas para que cada clic le signifique un rédito, es el medio”.
Pedidos de levantar la nota
“Debió ser levantada, justamente para no seguir reproduciendo representaciones e imágenes de ciertos sectores sociales y de las mujeres que realmente no contribuyen a todos los esfuerzos que cotidianamente, otros medios, las instituciones educativas, los Estados hacen para terminar con la discriminación y la violencia de género”.
Y finalizó Bettina: “No es un acto de censura levantar la nota, porque es claramente ofensiva, no estamos hablando de que es lo que pienso sobre un tema, se está calificando disfóricamente desde que empieza hasta que termina a las mujeres madres de determinados sectores y eso es un terrible acto de violencia y discriminación. Por lo menos debió ser mediado, decir publicamos esto y la verdad nos equivocamos, porque esto no es así, no podemos representar a estos sectores de esta manera, no compartimos esta mirada de la mujer madre. No necesariamente se tiene que levantar la nota, sino paralelo a la que hiciste, mirarla críticamente del mismo medio que la ha publicado. Ya que no comparten la opinión podrían refutarla punto por punto.