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En esta segunda parte de la entrevista a Atilio Borón, quien dialogó con VCF con motivo de su participación en las 3° Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de Cuyo, el intelectual y analista político latinoamericano se refirió al avance de las derechas en América Latina, y afirmó que “los gobiernos de derecha tienen tantos o más problemas que nosotros”, y que el ciclo progresista no ha terminado, sino más bien está “en un paréntesis”.
Por otra parte, explicó que la humanidad está mutando hacia otro mundo “post-hegemónico”, en el que Estado Unidos tendrá un papel preponderante, pero no podrá ser un digitalizador del mundo.
-Desde el punto de vista latinoamericano, y luego del retroceso de gobiernos progresistas en la región, en términos de correlación de fuerzas ¿Cómo observa que están estos movimientos?
Estamos en un momento de estancamiento, y en cierto sentido, de retroceso en algunos lugares, y en otros más o menos se mantienen las posiciones. Bolivia sigue su rumbo, en Ecuador hubo una victoria del candidato del oficialismo, muy difícil por cierto, porque hubo toda una ofensiva fenomenal desplegada en contra del candidato Lenin Moreno. Yo estuve ahí toda la campaña, primera y segunda vuelta, y fue impresionante el papel de los medios, de las ONG´s, entre otros. En este sentido, en América Latina estamos en una situación delicada. En Ecuador se ganó, pero el gobierno tiene que adoptar algunas medidas que no serían las que a mí más me gustaran, pero hay una realidad objetiva, que ahora se gobierna en un país partido en dos. Venezuela está bajo un ataque fenomenal, el peor jamás hecho por Estados Unidos en la región. Mucho peor que lo que hizo en Chile. Yo viví allí, y te digo, no hay comparación en cuanto a la perversidad del ataque en contra de Venezuela con lo que pasó en los años 70´ en Chile, esto es mucho más profundo, mucho más cruento, más abarcativo, una estrategia mucho más integral, pero sigue el gobierno. Entonces evidentemente no se avanza, pero tampoco es que se vienen abajo.
Los que sí se están viniendo abajo son los gobiernos que eran los puntales de la derecha en América Latina. El gobierno de México está en un desastre impresionante, tanto es así que después de muchos años, el candidato alternativo, que es López Obrador, está en las encuesta con 30 puntos de ventaja sobre cualquier otro candidato del PAN o del PRI. Habrá que ver qué pasa, porque en México ganás la elección pero después la presidencia se la dan a otro. Una capacidad de fraude fenomenal. En Brasil tenés el desplome total del sistema partidario y muchos dirigentes del recambio, o progresistas, están yendo a la cárcel. Yo hice mi debate con la gente que habla del “fin del ciclo progresista”, hablan y critican lo que está ocurriendo mal en los gobiernos progresistas, pero no nos dicen que es lo que viene después. Y no tienen nada que mostrar, salvo Macri, porque Temer no lo puede mostrar, Peña Nieto tampoco, lo mismo Kuczynski en Perú, porque son gobiernos desastrosos.
Estamos en un punto en donde América Latina está en disputa muy fuerte con Estados Unidos, -que procura recomponer esta situación nacional, porque a ellos les interesa mucho-, pero también con algunos éxitos parciales. Pero todavía es demasiado pronto para dar un dictamen definitivo sobre cuál es el rumbo que está por recorrer América Latina los próximos años. Y creo que hay que tener un poco de calma y no caer en especulaciones rápidas. Si Macri es derrotado en las elecciones de medio término, sus chances de continuar y afianzarse en el 2019 se verían muy limitadas. Si en Brasil a Temer finalmente lo inhabilitan y hay que llamar a elecciones, gana Lula. Entonces por ahí, de repente, lo que pareció un ciclo terminado, fue un paréntesis y vuelve otra vez el proceso a tomar el impulso que tenía en el pasado.
La operación de fin de ciclo es una operación ideológica para tratar de insuflar pesimismo entre todas las fuerzas sociales que queremos un cambio. Nos quieren convencer de que hemos sido derrotados y en la medida en que nos convenzan, somos derrotados. Entonces yo, por eso no lo acepto. Esto todavía está en pleno juego. La pelota está en movimiento, usando una metáfora futbolística, el réferi no marcó el centro de la cancha y pegó tres silbatazos, así que seguimos, con problemas, pero los gobiernos de derecha tienen tantos o más problemas que nosotros.
-Existe la noción de algunos intelectuales como García Linera, que hablan de un declive de la globalización neoliberal. ¿Qué opina al respecto? Y en tal caso, ¿Cuál cree que será la salida?
Objetivamente el neoliberalismo está hoy en día en cuestión en Estados Unidos. O sea, cuando Trump dice que la globalización neoliberal provocó la desindustrialización y el desempleo grande que hay en Estados Unidos. La desocupación no es la que mentirosamente publican los diarios, sino que es mucho mayor, el desempleo real de los Estados Unidos medido rigurosamente está entre el 16 y 18 %, no el 4 y medio o 5 %. Dicho esto por estudios norteamericanos, el famoso Centre for Policy Studiesde Washington (Institute for Policy Studies) lleva algunas estadísticas y demuestra todo esto. Entonces, la globalización neoliberal está seriamente cuestionada. El neoliberalismo ha provocado una verdadera debacle económica en los Estados Unidos, el cual ha perdido gravitación en la arena mundial. En los próximos 10 o 15 años la economía China va a superar ampliamente a los Estados Unidos, la India se viene con toda la fuerza y ninguno de esos países practica los cánones del Consenso de Washington. Lo que le pasó a América Latina, le pasó también a los Estados Unidos. Por eso es tan gráfica la imagen de Trump, cuando fue a Detroit y se paró detrás de una fábrica abandonada y dice “acá, en esta ciudad, en la década de los 60 se fabricaban 6 millones de autos por año, y ahora no se fabrica ninguno”. Esto es la globalización neoliberal.
Evidentemente hay una crisis, lo cual no quiere decir que se vuelve a un período de reconcentración autárquica o aislacionista de los países, pero ese viejo consenso que imperó desde los 90 para acá está seriamente cuestionado, no solamente en el plano de las ideas, sino también en su eficacia práctica como instrumento capaz de producir crecimiento económico.
-Usted explica la globalización como una etapa superior del imperialismo…
Sí, de hecho lo fue, pero el imperialismo es un fenómeno muy dinámico. Yo no creo que ahora vayamos a des-globalizarnos, en el sentido de que vayamos a tener barreras que nos aíslan, porque el avance de los transportes y las comunicaciones ha sido fenomenal, pero evidentemente vamos hacia otro mundo, que yo he llamado post-hegemónico, en donde Estado Unidos seguirá siendo muy importante. Pero ya no está en condiciones de dictar las reglas del juego del orden global, en ese sentido, vamos hacia una globalización de diferente tipo.
-¿Habrá lugar para nuevos procesos de transformación?
Creo que tenemos que hacernos el lugar. Es muy difícil, porque las fuerzas que operan en esa dirección son muy poderosas, pero si los pueblos se ponen en marcha y son conscientes de la misión que tienen que cumplir. Pero nadie regala nada, sino que todo se consigue a través de la lucha.