// 2017-04-17
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?¿Peronismo o kirchnerismo?
Empiezan a generarse nuevas dinámicas en los sectores de la oposición al gobierno de Cambiemos, que dejan de lado viejas dicotomías coyunturales para avanzar hacia la conformación de nuevas alianzas que hace un año atrás eran imposibles.


El caudillo puntano Alberto Rodríguez Sáa se reunió con la ex presidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria, en un momento en que la oposición intenta organizarse frente a la alianza gobernante, y en un escenario donde el Partido Justicialista se encuentra dividido a nivel nacional, lo que genera desórdenes importantes en las provincias.

A pesar de la salida de una veintena de diputados del bloque del Frente Para la Victoria, la excelente relación de cortesía de Urtubey y Macri, y la alianza explícita del Frente Renovador con Cambiemos, hay un grueso sector del Partido Justicialista, donde también están implicados sectores del kirchnerismo, que tienen serias intenciones de establecer alianzas que permitan ganar lugares legislativos perdidos en elecciones anteriores.

Algunos sectores del PJ intentaron plantear una dicotomía entre peronismo y kirchnerismo, aunque la mayoría de ellos adhirieron al Frente Para la Victoria, y llegaron a sus cargos públicos a través de las mismas listas. En un primer momento, quizá intentaron separarse del desgaste de un gobierno de 12 años, o se alarmaron por las encuestas en las que subía la imagen negativa de Cristina y de varios funcionarios sustanciales del gobierno. Sin embargo, pareciera que plantearse ante la sociedad en esa contradicción ya no es rentable para la mayoría de la dirigencia pejotista. Al fin y al cabo, es difícil negar que el kirchnerismo está y estuvo armado por peronistas y no peronistas.

Incluso, los mismos dirigentes de partidos que no pertenecen al justicialismo, pero sí al kirchnerismo como Los Irrompibles, el Partido Comunista o Kolina, comprenden y sintetizan que forman parte de un proyecto que incluye al grueso del peronismo pero que también los representa.

Un hecho local concreto de esta situación fue el último acto realizado en febrero en el Hotel Ejército de Los Andes en el que se encontraban presentes dirigentes del justicialismo nacional como Alejandro Abraham, Guillermo Carmona y Anábel Fernández Sagasti. También los legisladores provinciales Luis Bohm, Lucas Ilardo y Gustavo Arenas al que asistieron además todos los sectores del kirchnerismo que no pertenecen al PJ como Kolina, Nuevo Encuentro y la Tupac Amaru.

Otro hecho de relevancia que ejemplifica esta situación de nuevas pluralidades, es el encuentro del presidente del PJ Omar Félix en una reunión reservada con dirigentes de distintos partidos, que fue promovida por el diputado nacional Guillermo Carmona. Participaron referentes del Partido Comunista, Kolina, Nuevo Encuentro, el Partido Humanista, el Partido Solidario, el Frente Grande Alberto Gago, el Movimiento Nacional Alfonsinista, Los Irrompibles y el Partido Intransigente.

Por otra parte, en Mendoza se visualiza que los intendentes que estaban lanzados a construir una relación con Massa y Urtubey, parecen haber perdido impulso en esa iniciativa. Se vuelve evidente que ante la falta de crecimiento de Massa y el bajo perfil que mantiene Urtubey, no parecen ser en este momento figuras que puedan traccionar a los intendentes para mejorar su desempeño electoral.

A nivel nacional, la imagen del Macrismo, a pesar de las tapas de Clarín y La Nación del domingo, sigue cayendo. La oposición que se ha visto casi paralizada durante el primer año de gobierno de Cambiemos pareciera comenzar a tener una actitud de apertura, que tiene que ver con la vocación frentista de los sectores que componen el campo nacional y popular, que no es otra cosa que un sector de la sociedad que comparte raíces y orígenes políticos comunes, que siguen una línea histórica, y que están en sintonía con los procesos de transformación sociales, económicos y políticos que se suceden en Latinoamérica.

Incluso, hasta el Frente Renovador, al ver la estrepitosa caída de la imagen del gobierno, y las medidas antipopulares que toma, debe cambiar de postura para no perder una porción importante del electorado que aún sostiene.

Las dinámicas políticas que se comenzaron a expresar desde comienzos del 2017, sí tienen que ver con las elecciones legislativas de octubre. En el caso del Frente Renovador, de los 37 diputados que tienen en la cámara por la elección de 2013, 20 finalizan su mandato. El macrismo arriesgará 41 de sus 87 bancas, el kirchnerismo y aliados 32 de sus 72 lugares, mientras que los cuatro socialistas concluyen su gestión y lo mismo sucede con tres de los integrantes de la izquierda.

En síntesis, es lógico que las contradicciones “filosóficas” que los mismos sectores del Partido Justicialista plantearon con el kirchnerismo para sostener alianzas, generar nuevos protagonismos y reordenarse, se diluyen cuando se vuelve más grande la vocación de poder, en un escenario en el que el peronismo perdió viejos refugios a donde ir a resguardarse en épocas de crisis, como la provincia de Buenos Aires.

De todos modos, a pesar del desgaste de dos gobiernos presidenciales, el ataque mediático, la persecución judicial y las deudas pendientes de gobierno, indudablemente Cristina continúa siendo un elemento ordenador al interior del peronismo. La diferencia es que ahora hay algunos cambios en los modos, lo que puede contribuir a la conformación de alianzas electorales que durante el gobierno anterior quizá, eran impensadas.

El encuentro entre Cristina y Rodríguez Saa ya está generando sus frutos: El próximo jueves el puntano dará una charla en el Instituto Patria sobre la política de refugiados de San Luis que es de recepción y contención, opuesta diametralmente a la política de puertas cerradas que propone el macrismo.

Quizá, de esta reciente pero significativa articulación, nuevos actores decidan sumarse a un diálogo más amplio, como por ejemplo los cordobeses Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota, este último aún en sociedad con Sergio Massa.

En un capítulo aparte se deberá analizar el rol del sindicalismo en los sismos políticos que aún están gestándose.
 


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