El jueves pasado, madres y padres de alumnos del establecimiento ubicado en calle Garibaldi de Ciudad se enteraron del intempestivo cierre de la escuela secundaria, que tiene una matrícula de alrededor de 170 estudiantes.

A través de un informa mensaje de whatsapp, la docente y coordinadora pedagógica de la escuela Juan Agustín Maza, Jésica Valdivia se anotició de que debía informar al resto de los profesores del colegio del cierre del mismo.

Quien se lo envió fue Gustavo Amstutz, uno de los socios de la escuela, que le manifestó a la profesora que el cese de actividades de la institución se debía al incumplimiento de pago de cuotas de alrededor del 70% de las familias que mandan a sus hijos e hijas a esa escuela.

Esto lo comenta Jésica mientras ordena el funcionamiento de la escuela, que, a pesar del mensaje de cierre, sigue funcionando, desarrollándose las clases con normalidad y con la presencia de madres y padres que copan el hall del edificio esperando novedades.

Padres y madres han expresado su preocupación, porque todo se ha manejado en la informalidad. “No hay anda oficial que nos diga algo del cierre”, comenta Andrea, madre de Felipe, alumno de cuarto año de la escuela Maza.

La mamá señala que, hasta hace dos semanas, se incorporaron estudiantes. “Entró un alumno al curso de Felipe hace dos semanas. Ese chico pago cuota, matricula. Hace un mes atrás entraron otros dos chicos pagando también”, dice Andrea.

Desestima las acusaciones de uno de los propietarios de la escuela en torno a la demora de pago de cuotas, y con ello la deuda de alquiler que la escuela tendría. Además, destaca las tareas de mantenimiento y reparaciones que el grupo de padres realizó este fin de semana.

Además, la mujer manifiesta que, desde este lunes, al ingresar al GEM, la plataforma de gestión electrónica de la DGE, la situación escolar de su hijo figura como “pedido de pase”, lo que significa el cambio de escuela, aunque ella no lo haya solicitado.

La mayoría de los padres se encontraron con dichos estados de sus hijos en el GEM. Mientras, el viernes pasado, reclamaron ante la Legislatura, donde un grupo de legisladores le expresaron “que mantengan la lucha y el reclamo”, cuenta Andrea.

Ese mismo día, un grupo de padres fue recibido por el gobernador Rodolfo Suarez. Dicen, madres y padres, que el gobernador se comprometió a que la escuela no sería cerrada, sin embargo, no tienen todavía una certeza al respecto de lo que vendrá los próximos días.

Paralelamente, Jésica Valdivia señala que a todo el cuerpo docente se le adeuda el pago del mes de julio y el aguinaldo. “No hay ni siquiera una carta documento donde conste el cierre de la escuela para poder accionar desde ahí”, señala la profesora y coordinadora.

Tampoco la DGE ha extendido algún documento oficial sobre el caso, señala. Mientras tanto, dirige la escuela en turno mañana, sin ser directora, pero procurando organizar un clima enrarecido y alterado que colma a toda la comunidad educativa.

Es que cerca de 50 docentes podrían perder su trabajo, con la imposibilidad de acceder a otro, a días de las vacaciones de invierno. Las y los docentes tampoco pueden subir notas o comunicaciones al GEM.

Desde el Ejecutivo, el gobernador señaló el pasado viernes que intercedería para evitar el cierre, pero al mismo tiempo pidió a los padres y madres que no descarten la reubicación de sus hijos.

Las mamás temen las complicaciones que les implique conseguir bancos en otros colegios, junto con el “daño psicológico que representaría separar a los chicos a esta altura del año y cerca de terminar la secundaria muchos de ellos”.

Madres y padres insisten con la propuesta que hicieron al gobierno: autogestionar la escuela, de manera de mantener los grupos de alumnos y el equipo docente como hasta ahora. Mientras esperan respuestas concretas, la escuela sigue en marcha, sin certezas y sin salarios docentes.