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“El horno no está para bollos”, reza un viejo dicho popular y cabe para analizar la situación económica y social de la Argentina. El pasado 20 de junio, Cristina Fernández de Kirchner realizó una fuerte crítica al papel de algunas organizaciones sociales y generó una gran polémica.
En el país, y a causa de la crisis económica, proliferaron y crecieron decenas de organizaciones sociales que nuclean a miles de personas en todo el territorio. Algunas cuentan con merenderos, otras con talleres de trabajo y unidades productivas; otras nuclean a trabajadores desocupados y muchas de ellas responden a las demandas de los barrios más carenciados.
Las hay cercanas al gobierno y opositoras, de reivindicaciones peronistas y con base en partidos troskistas. La declaración de Cristina no cayó nada bien en este sector y analizamos junto a algunos referentes en Mendoza el papel de las Organizaciones sociales en los tiempos que corren.
“El Estado Nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales. No pueden seguir tercerizadas. El Estado debe tener el monopolio (de las políticas sociales) así como el Estado tiene el monopolio de la fuerza ¿o se le ocurre a alguien que podemos tercerizar la Policía? No”, aseguró Cristina en un acto de la CTA.
Esta crítica iba sin dudas apuntada al papel de “intermediarios” que cumplen algunas organizaciones sociales en el marco del desarrollo de programas y planes sociales. “Municipalizar o provincializar los planes” sería una de las posibles respuestas. Conozcamos qué opinan desde las distintas organizaciones.
Las posturas de “las orgas”
El coordinador provincial de Barrios de Pie, Adrián Bonada, señaló que “el debate hay que dividirlo en dos o tres partes: por un lado, la discusión del rol de las organizaciones sociales en la Argentina; después el debate por la asistencia por parte del Estado a los sectores más vulnerados de la población y la salida real de la pobreza, ¿cuál es la real solución a esto?”.
En el mismo marco, Daniel Urquiza, referente del Movimiento Evita en el departamento de Las Heras señala que “tenemos bien claro lo que hay que hacer con las y los trabajadores de la Economía Popular, esos trabajadores son quienes han tenido que inventarse su trabajo luego de que ni el Estado ni el Mercado les ha propuesto una solución que los incluya en la formalidad laboral”.
Ante esto, Urquiza apunta que “reducir el debate a si el pequeño universo de quienes acceden a ‘un plan social’, apenas 1.200.000 personas, frente a los 11.000.000 de argentinas y argentinos que están en condiciones de recibirlo, resulta, al menos, una mirada miope de una realidad palpable”.
En tanto que advierte que “esta discusión tiene que ser superadora, transformar a los y las trabajadoras de la Economía Popular en empleados públicos mal pagos no resuelve ningún problema de los que tendríamos que estar discutiendo”.
Desde Oktubres, Laura Carretero explica que los Estados pueden apoyar, pero no reemplazar la generación de empleo. En ese sentido, esta referente de una de las organizaciones sociales cercanas al gobierno nacional subraya que “el Potenciar Trabajo está generando cooperativas. Nosotros tenemos cuatro polos con dos cooperativas grandes. Potenciar Trabajo no es solo las organizaciones sociales, es trabajo privado que se genera con apoyo del Estado”.
Guido Peña, referente provincial de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), explica que “en esos programas se realiza una contraprestación, cabe conocer qué horas se dedican a esa contraprestación. Por otro lado, quienes más manejan estos ‘planes’ ya son los municipios. El problema que hay de fondo es que si lo toma totalmente el Estado no se crea trabajo genuino, porque el genuino lo hacemos nosotros todos los días con las unidades productivas”.
El papel de las organizaciones sociales en los tiempos que corren
Las organizaciones sociales surgen como una respuesta a la crisis: algunas surgieron en los ’90 como respuesta a la crisis del menemismo, otras surgieron a principios de los 2000 en tiempos de De la Rúa y otras florecieron –o se fortalecieron- en los últimos años para dar respuesta a los problemas sociales de los tiempos que corren.
Con la pandemia, el papel de muchas de ellas fue fundamental para poder dar acceso a los barrios a alimento, contención durante la cuarentena y hasta para coordinar el operativo de vacunación más grande de la historia del país. "Las organizaciones no somos parte del problema, somos parte de la solución”, aseguran sus referentes.
“Las organizaciones sociales son una consecuencia de la falta de soluciones que el Estado ha brindado a los sectores más postergados. Aparecen como consecuencia de un caldo de cultivo con grandes niveles de pobreza, exclusión y falta de soluciones en todo el territorio”, analiza Adrián Bonada de Barrios de Pie.
Urquiza, del Movimiento Evita, reivindica el papel de estas entidades durante la pandemia. “La Pandemia dejó al desnudo que el Estado difícilmente pueda estar en cada rincón de la Patria, el proceso de rompimiento del tejido social que dejó el Macrismo se vio reflejado durante la Pandemia del COVID19”, aseguró.
En ese marco, Urquiza –quien ya suena como posible candidato a intendente de Las Heras-, señala que “las organizaciones sociales fueron fundamentales durante éste tiempo, fuimos el abrazo contenedor que millones necesitaban cuando todos estábamos aislados, cuidando nuestra salud, desde los comedores que llevaban el plato de comida que de otra manera no hubiera existido, la organización de las Comunidades que necesitaban tejer lazos de solidaridad y cuidado, hasta repensar las estrategias de generación de trabajo post Pandemia en un Mundo que había cambiado”.
Laura Carretero asegura que ante una crisis inédita como la que vivimos, con una guerra en otra parte del mundo, pero que repercute en nuestras latitudes, “lo que expresó Cristina es la preocupación sobre cómo caminar esta crisis inédita”. En tanto que señala que “el Estado debe garantizar la salud y la educación”.
Por ese motivo, Carretero explica que “las organizaciones sociales fueron la base para que la pandemia no golpeara tan fuerte como hubiera golpeado sin ellas”.
Peña, desde la CCC, insiste con los mismos puntos que quienes están al frente de otras organizaciones: “Las organizaciones cumplen un papel fundamental en el barrio. La falta de centros de salud y lugares de atención primaria, problemas de alimentación, todo eso lo ayudan a atender las organizaciones sociales”.
En tanto que puntualiza: “en pandemia, las organizaciones sociales ayudaron a promover la vacunación en los barrios. Fueron las mismas quienes inscribieron a quienes se tenían que vacunar. Las organizaciones ayudaron a los vecinos para que llegue alimento a las familias que se tenían que aislar 15 días”.
La solución
“Es una mentira que municipalizando el 0,7% del presupuesto nacional se va a resolver el problema de la generación de trabajo genuino que se necesita en la Argentina. La mayoría de los trabajadores y trabajadoras necesitan 3 o 4 trabajos para llegar a fin de mes. Lo que se paga no alcanza para cubrir una canasta básica familiar”, señala Guido Peña.
Mientras que asegura que “el problema no son los planes sociales, el problema es que van recursos a pagar la deuda externa. Esto se queda con más del 10% del PBI. Se debería discutir que se hace con la deuda externa que contrajo Macri, se fugó”.
Bonada, explica que en un contexto donde “la mitad de la población se encuentra bajo la línea de la pobreza, tenés una canasta básica total para una familia tipo por encima de las 100 lucas (100 mil pesos), donde casi la mitad de los asalariados en nuestro país cobra un sueldo de 38 mil pesos. Si uno se pone a ver, lo real es que las personas que tienen trabajo también son pobres”.
Ante esto, subraya que “creemos que los planes sociales por sí mismos no son la solución para la pobreza. La solución es un modelo económico que absorba a la mano de obra desocupada en trabajos genuinos y de calidad. Es real que con los planes sociales no se sale de la pobreza. Más allá de que ha aumentado el presupuesto en políticas sociales, al mismo ritmo ha aumentado la pobreza”.
Entonces, advierte que “si no hay otras variables que se resuelvan desde lo macroeconómico y con las mejoras de los salarios, por más que se entreguen planes a través de las organizaciones o se municipalice, lo real es que no se resuelve el problema de fondo. El debate de la pobreza no puede quedar encasillado solo en la cuestión económica. El problema es multicausal”.
Daniel Urquiza comienza apuntando que “no encontramos ningún indicador que nos diga que ‘municipalizar los planes sociales’ resuelve alguno de los problemas que tenemos”. Entonces profundiza advirtiendo que “si la discusión es quién los controla, pues hay que decir que el Estado a través de sus organismos de control lo hace, para eso existen auditorías y áreas específicas. Pero, además, en un ‘Estado que no funciona’ para algunos, sería una contradicción. Vale aclarar que las organizaciones sociales no dan altas por bajas como se ha dicho, eso no es así”.
Por otro lado, si la discusión fuera que el "Estado tiene que tener el monopolio de las políticas sociales", la valoración que hace Urquiza es que “vale recordar que el Peronismo, del que nos sentimos parte, siempre hizo parte a las organizaciones libres del pueblo de las políticas sociales, lo hizo Juan Domingo Perón a través de Sindicatos, Mutuales y la misma Fundación Eva Perón, lo hizo Néstor Kirchner cuando el país estaba desintegrado y llamó a los movimientos piqueteros a ser parte del Gobierno, lo hizo Cristina Fernández, cuando su ministra Alicia Kirchner, implementó la política de Microcréditos que la llevó adelante junto a organizaciones sociales, ¿entonces cuál sería la diferencia?”.
Finalmente, se explaya diciendo que “si la discusión es ‘que trabajen’ vale decir que quienes están en las organizaciones trabajan y todos los días para poder salir adelante y es ahí donde les invitamos a qué conozcan todo lo que hacen. Y si la discusión es una pequeña puja de poder, lamento decirles que es tarde. Las y los trabajadores de la Economía Popular ya están organizados, conocen sus Derechos y han podido empoderarse frente a años de abandono. Hay cosa que son inevitables”.
Finalmente, Laura Carretero entiende que “Cristina da su opinión, pero la crisis no se soluciona con planes. Las organizaciones sociales generan cooperativas de trabajo, no candidatos políticos”.
En tanto que valora el trabajo privado a pequeña escala que se realiza mediante estos programas sociales, “contamos con antecedentes de muchas décadas. Por ejemplo, la Fundación Evita donaba máquinas de coser, lo que hacía era generar trabajo para modistas desde sus casas”, recuerda.
De esta manera, finaliza diciendo que “supongamos que pasa a manos de la provincia, hay que tener un concepto claro de qué se quiere con los programas. La política de Estado es necesaria. Pero la realidad no calza en el zapato que le queremos poner”.