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Se realizan los preparativos para trasladar hacia fines del invierno al tortugo Jorge, desde el Acuario Municipal de Mendoza hacia el Centro de Rehabilitación de Fauna Marina de Mar del Plata.
El traslado se realizará, probablemente, en el mes de octubre cuando el tiempo es más cálido, a través de un vuelo en el que se dispondrá de un contenedor plástico con una base de colchón húmedo donde se trasportará al enorme tortugo. Sin agua, aclaran desde el Acuario.
En Mar del Plata, el tortugo será recibido por especialistas en biología marina que lo acompañarán en su proceso de adaptación. Actualmente, el estado de salud del animal es muy bueno, comenta Sebastián Fermani, Subsecretario de Ambiente de Capital.
Los análisis y estudios se llevaron a lo largo de un año. “Necesitábamos tiempo para realizar los estudios pertinentes. El año pasado comenzamos, consultamos a especialistas, nos acompañaron muchas personas vinculadas al bienestar animal”, enumera Fermani.
En ese proceso, se han reunido más de 60.000 firmas en adhesión a la petición para su traslado. “Es un proceso muy serio, tenemos que ser muy cautos”, indica el Subsecretario de Ambiente de la Ciudad de Mendoza.
Una vez llegado a Mar de Plata, Jorge ingresará a un proceso de rehabilitación: llegará a una pileta de 120.000 litros, lo que, desde un inicio, mejorará sus condiciones de bienestar por el mayor tamaño de estanque.
“Posteriormente va a pasar a una laguna, a una bahía cerrada al lado del mar, de 2 hectáreas”, detalla Fermani. “Es un proceso que, se estima, dura tres años y no se descarta la posibilidad de que pueda volver al mar, si responde bien a todas las etapas”, añade el funcionario.
El tortugo llegó de pequeño a la costa de Mar del Plata. Fue rescatado y, en ese entonces, el único acuario en condiciones de recibirlo, fue el de la Municipalidad de Mendoza. Hoy, se estima, tiene 70 años, y lleva 38 en cautiverio.
“El tortugo pesa 100 kilos, y lleva casi 40 años en una profundidad de un metro y medio de agua, tiene que desarrollar su musculatura, aprender a comer por si solo y aprender a convivir con otros animales”, comenta Sebastián Fermani.