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La situación ante el inminente cierre del jardín maternal Evita, de la escuela hogar Eva Perón, preocupa a familias, docentes y comunidad educativa por la problemática que entraña, tanto para los niños y niñas que allí son atendidos como para las mamás trabajadoras que podrían perder el trabajo al no poder dejar a sus hijos en ese espacio.
La DGE esgrime presuntas irregularidades y desvío de fondos por parte de la Fundación Cachypum, a cargo del comodato y la gestión del jardín maternal desde 2008, y de ese modo justifica el corte abrupto de subsidio a la institución para su sostenimiento. Desde la fundación, niegan tales acusaciones y defendieron la gestión transparente de los recursos para el jardincito.
Marcelo Jury, presidente de la Fundación Cachypum, señala que la atraviesan “una situación de impotencia y de injusticia”. “Venimos trabajando desde 2008 y se han hecho las rendiciones de cuentas periódicamente, los 10 de cada mes, hemos dado cuenta de los subsidios que nos han entregado, no tenemos ni un mes atrasado”, detalla Jury.
En una reunión que se celebró este jueves en exteriores del jardín, y a la que asistieron más de 30 mamás (y 3 papás) para interiorizarse de la problemática, Jury hizo lectura del recurso jerárquico presentando a la DGE este lunes, respondiendo los cuestionamientos que le hacen. Del mismo, desde la fundación y desde el jardín, aguardan respuestas de la DGE que todavía no llegan.
“Es una mentira lo que la DGE está esgrimiendo. La directora de Educación Privada hizo mención, en los medios, de irregularidades por parte de nuestra fundación, las cuales han sido todas refutadas en este recurso jerárquico. El ministro entiende que tenemos irregularidades desde 2016, cosa que no es así y que en el recurso presentado queda demostrado”, reafirma Jury,
“Lo que sí queda demostrado es que hay movimiento sistemático de cierre de organizaciones sociales. Somos ya más de 16. Ni el oficialismo ni nadie del arco opositor ha tenido la nobleza intelectual y civilidad para levantar esta situación y mala expectativa para defender la economía social y popular que mantiene un jardín maternal”, reclama el titular de Cachypum.
Jury añade que muchos de los cuestionamientos que la DGE achaca a la fundación y considera “irregularidades”, fueron propuestas de la misma DGE para que se incorporaran, oportunamente, en los programas educativos integrales de la institución. Ahora, se lo retrucan como motivo para fundamentar la quita de subsidios a la fundación y el consecuente cierre del jardín maternal Evita.
Entre los puntos de defensa de la entidad que al día de hoy se hace cargo del jardín, Marcelo Jury destaca la labor de la fundación: declarada de interés educativo por el Ministerio de Educación de la Nación, de interés provincial por el gobierno de Mendoza, e incluso de interés educativo por la propia DGE, que hoy la desfinancia.
Los salarios de marzo de las ocho docentes y la directora del jardincito los pagó este mes la fundación, cuenta Jury. Pero es incierto el tiempo y la espalda que la asociación pueda tener para sostener todavía más el trabajo de las profesionales. Incluso, el mismo presidente de Cachypum asume: “Si el problema es la fundación, nos hacemos a un lado, pero no cierren el jardín”.
Belén Cabrera, la directora del jardincito, lleva días sin dormir ante la incertidumbre y la angustia por el destino de ese espacio educativo y contención social y de los 48 bebés y niños menores de 3 años que asisten. “Es un momento muy crítico. Tenemos mucha incertidumbre, las trabajadoras y las familias”, lamenta la responsable del Evita.
“Para las familias es una problemática grave si se quedan sin el jardín”, resume Belén, y coincide con lo expuesto por las mamás trabajadoras: “Somos sostén de familia, si nos quedamos sin este jardincito, nos quedamos sin trabajo”. A algunas las llamaron por teléfono desde otros jardines para ofrecerles bancos para sus hijos en otras instituciones.
Sin embargo, la gran diferencia del jardín Evita con otros, radica en la jornada extendida en la que trabajan. “El jardín abre a las 7.30 y trabaja hasta las 14.30, tiene jornada extendida, con cinco salas: para 1; 2 y 3 años”, detalla la directora. Otros jardincitos de la zona no trabajan en ese horario.
Al abrir temprano, el jardincito Evita posibilita a las madres trabajadoras contar con un espacio de cuidado para sus hijos, mientras concurren al trabajo, formal o informal, en muchos casos. Su cierre les implicaría un grave problema para su economía doméstica, toda vez que no se cuente con políticas de cuidado desde la gestión provincial para acompañar a las familias más vulnerables.