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A casi 48 horas del final de la alerta sanitaria en la provincia, muchos mendocinos y mendocinas continúan con la pseudo normalidad previa al decreto del gobernador Rodolfo Suarez.
Es que, a excepción de la habilitación de la circulación nocturna y el porcentaje de aforo, prácticamente la cotidianeidad que traía la provincia es la misma que desde hace un buen tiempo.
Sin controles exhaustivos, salvo en situaciones excepcionalmente evidentes, el anuncio de apertura hecho desde el Ejecutivo provincial ha resultado meramente declarativo y no modificó sobremanera las rutinas de la población.
Sí muchos otros y otras celebraron la decisión, sobre todo la que permite la libre circulación nocturna sin límite horario y sin distinción se trate de esenciales o no.
Asimismo, varios y varias advirtieron de la “imprudencia” de las nuevas habilitaciones y denotaron las “especulaciones electoralistas” de las nuevas medidas de apertura.
“Si había alerta sanitaria no se notaba, sobre todo en función de los controles de circulación. No se notaba en los micros ni en los espacios públicos”, comenta Germán, de 60 años.
Leo, que es programador, por su parte opina: “Este fin de la alerta sanitaria me parece una medida meramente electoralista”.
“Me parece una imprudencia, justamente ahora, que en todo el mundo se está en alerta por la diseminación de la variante Delta, empezar a abrir todo me parece de extrema peligrosidad”, considera Nora, que es jubilada.
Marta es ama de casa y analiza: “Este tipo de decisiones se toman en función de conveniencias políticas. Se acercan las elecciones y de alguna manera hay que congraciarse y ponen en peligro a la mayoría de la población”.
Para Raúl, que es albañil, no se modifica mucho el panorama con este anuncio y sus consecuentes habilitaciones: “Si no me decías no me enteraba, no me cambia en nada. A mí no me ha afectado, he podido trabajar”.
Yanina es estudiante universitaria y refiere: “El accionar de Suarez es absolutamente irresponsable. Ahora nos dice que habilita eventos al aire libre y salones de fiesta. El martes suspendió la Maratón de Mendoza. Se contradice todo el tiempo. Es más bipolar que mi ex”.
Jorge, es empleado de comercio, tuvo Covid - 19 hace unos meses atrás y celebra la medida: “Nosotros nos cuidamos, nos vacunamos. Ya me dio Covid, ya era hora”, resume.
“¿Había restricciones?”, bromea Kevin y sintetiza un sentir generalizado en torno a las flexibilizaciones oficializadas, que consuetudinariamente ya se ejercían sin regulación del gobierno.
Muchos y muchas desaprueban la decisión del gobierno de Mendoza, al señalar que aceleraría la propagación de la variante Delta, todavía no comunitaria en el país.
Asimismo, optan por mantener las medidas de cuidado y las limitaciones, en muchos casos autoimpuesta, en torno a reuniones familiares y sociales.
Y es que más allá del decreto en el papel, el gobierno insiste y remarca la necesidad de sostener los cuidados, el distanciamiento social y los protocolos en las distintas actividades.
“Quien se cuidaba, se seguirá cuidando. A quien no le importó nada o no se cuidó en toda la pandemia, va a seguir sin cuidarse y exponiéndonos a todos”, expresa Marcelo, docente, que además indica el riesgo que representan las clases presenciales de por sí desde hace meses.